Negocios

La engañosa brecha salarial de género

Siempre me han intrigado las diferencias salariales entre mujeres y hombres. A menudo, los medios de comunicación nos bombardean con la idea de que las mujeres ganan menos en todo el mundo, y las cifras parecen respaldar esta afirmación. En México, por ejemplo, la brecha salarial de género alcanzó 16.7% en 2022 de acuerdo con la OCDE, lo que significa que por cada 100 pesos que ganaba un hombre en su trabajo, una mujer ganaba solo 83.3 pesos. 

Si bien la explicación predominante es la discriminación, me resulta difícil aceptar que sea el único factor. ¿Cómo explicar, entonces, que las empresas dejen pasar la oportunidad de contratar a más mujeres con las mismas habilidades y a menor sueldo? En un mundo en el que las empresas compiten de manera feroz, ¿no sería lógico aprovechar que pueden obtener talento a descuento para sacarle ventaja a su competencia? La discriminación ciertamente existe, pero hay otros factores que contribuyen a la brecha salarial que reportan los medios. 

Quizá el más relevante es que las cifras que se manejan suelen ser promedios que no toman en cuenta las particularidades de los distintos tipos de empleos ni quiénes los cubren. Me explico. Hay empleos que pagan mejor que otros y las mujeres están sobrerrepresentadas en los que menos pagan. Por ejemplo, mientras que 80% de las enfermeras en México son mujeres, la mayoría de los doctores son hombres. Esto provoca que al momento de sacar el promedio total de sueldo por género exista un sesgo a favor de los hombres. 

Este sesgo se magnifica al considerar que los hombres tienden a trabajar más horas en promedio que las mujeres. Esta diferencia puede atribuirse en parte al hecho de que las mujeres suelen asumir una mayor carga de responsabilidades domésticas y familiares. Más horas de trabajo, por supuesto, suelen traducirse en mayores ingresos, lo que contribuye aún más a la brecha salarial. 

La discriminación de género es una realidad innegable, pero buena parte de la brecha salarial se explica por las decisiones que las mujeres toman, ya sea por elección o por circunstancias, sobre qué profesión eligen y el tiempo que dedican al trabajo remunerado. 

Parte de la brecha salarial se irá reduciendo con el tiempo de manera natural conforme el número de mujeres profesionistas aumente (hay más mujeres en universidad y posgrado que hombres). La razón es que el sueldo promedio sube respecto a los años de escolaridad. 

Sin embargo, alcanzar una equidad en la brecha salarial promedio es un objetivo que muchos repiten sin pensar en las implicaciones. Mejor buscar romper con estereotipos para que las mujeres se sientan con la libertad de escoger profesiones mejor remuneradas, como ingeniería (si lo desean), y construir un sistema de cuidados que les permita trabajar más (si quieren). La lucha debe concentrarse en que mujeres y hombres con habilidades similares obtengan la misma remuneración en trabajos similares.


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Julio Serrano Espinosa
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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