Pudo haber sido distinto. De no haberse cometido un error garrafal hace 37 años, es probable que el nombre que estaría desapareciendo hoy fuera el de BBVA y no el de Bancomer.
La eliminación de Bancomer de la marca BBVA Bancomer representa un recordatorio más —por si lo necesitáramos— de que la banca mexicana no está en manos de mexicanos. Con solo ver el nombre de los principales bancos del país resulta más que evidente.
Aunque no me guste el cambio de nombre, me queda claro que BBVA es dueño de Bancomer y que puede hacer lo que quiera con la marca. Lo que me da más tristeza es que este desenlace no tenía que haber ocurrido. La banca mexicana podría ser hoy más poderosa que la española.
Tomemos el caso de BBVA. Bancomer es la joya de la corona. Genera más de 40% de las utilidades globales del grupo, arriba incluso de las que produce la matriz española. Durante la crisis financiera de 2008 y en otras crisis subsecuentes, Bancomer ha representado un salvavidas para BBVA. No estoy seguro de que hubiese sobrevivido sin su subsidiaria mexicana.
Y no solo es Bancomer. Las otras subsidiarias mexicanas de bancos extranjeros aportan utilidades multimillonarias cada año a sus matrices, lo que habla de la rentabilidad de la banca en México. El tema es que la mayoría de los beneficios no los están obteniendo los mexicanos.
¿Qué pasó? ¿Cómo llegamos a esta situación? ¿Por qué se dio la extranjerización de la banca mexicana? Evidentemente hay muchas razones, pero un factor clave en mi opinión y en la de investigadores de la banca mexicana fue la decisión de López Portillo de expropiar la banca en 1982, la cual desencadenó una serie de eventos que influyeron en la extranjerización. En ese entonces, Bancomer era el banco más importante de Latinoamérica y su director general era Manuel Espinosa Yglesias, mi abuelo.
Al expropiar la banca, López Portillo marginó una generación de banqueros mexicanos. Durante el tiempo que fue operada por el gobierno, la banca se debilitó. Cuando se reprivatizó, varios de los compradores fueron casabolseros. Su falta de experiencia en el negocio bancario, aunado a la crisis económica de 1994, provocó la quiebra de la mayoría de los bancos y dejó dañados a los sobrevivientes. En los años subsecuentes, casi todos fueron adquiridos por extranjeros.
Estoy convencido de que, de no haberse expropiado la banca, hoy la composición del sistema bancario nacional sería muy distinta y que muy probablemente los dueños no serían en su mayoría extranjeros. Es más, me atrevería a especular que los bancos globales serían los mexicanos y no tanto los españoles. No es descabellado pensar que en lugar de que BBVA comprara Bancomer habría sido al revés y que la decisión que se estaría tomando en estos momentos sería quitarle el nombre de BBVA a la filial de Bancomer en España, Bancomer BBVA.
juliose28@hotmail.com