Jean-Marie Delacroix es una autoridad permanente en lo que a la terapia Gestalt. Hace poco más de diez años (Ed. Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 2008) editó un amplio ensayo que ha sido base y guía para muchos terapeutas que compartimos los resultados en la práctica diaria.
Es, en efecto, “una visión antropológica de la relación y el sentido de la enfermedad y la paradoja de la vida”.
Reproduzco a mis lectores lo siguiente que, a su vez, extraigo de la cuarta de forros: “Leer este libro es permitirnos dar una mirada amplia y profunda al modo como se van relacionando los acontecimientos en la vida de un terapeuta: desde su formación en el seno de una familia francesa hasta llegar a ser un profesional que ha incorporado treinta dos años de aplicación de la Terapia Gestalt en descubrimientos y experiencias, sumido en diversas culturas. Jean-Marie Delacroix (...) ahonda en los temas centrales que interesan al ser humano que se pregunta por las relaciones, el sentido de las enfermedades y la gran paradoja de nuestra existencia”.
Recuérdese que el principio de la terapia Gestalt es el “aquí y el ahora”, base del existencialismo. El ayer se ha ido, el mañana no existe, sólo está el presente.
El prólogo del libro es de Adriana Schnake. Ahí dice: “los creadores de la terapia Gestalt tenían una ideología anarquista Nos ponían en guardia contra los efectos nocivos de las instituciones en el individuo.
Y nos invitaban a establecer una interacción creadora e innovadora con el entorno en lugar de padecer sus efectos neurotizantes”.
Apostilla: esta idea fue compartida en su totalidad por el movimiento antipsiquiátrico formado, entre otros, bajo la conducción de David Cooper.
Entre los muy variados subtemas, Jean-Marie Delacroix se detiene a pensar en lo arcaico y lo íntimo / ampliación del marco de la conciencia / una estética de la relación / frontera-contacto: terapeuta blanco y paciente negro y “anoche he soñado para el grupo”.
La actual condición humana necesita de la teoría de la Gestalt, una buena manera de ir a una autocrítica ausente en la mayoría de las conciencias. Enfrentaremos a la ansiedad y a la neurosis como se debe hacerlo.
Una terapia que nos pone ante el espejo que no volteamos a ver por miedo a descubrirnos.
Hablarle a la enfermedad y a todo lo que nos atormenta es también un aprendizaje. La Gestalt es una herramienta.
Juan Gerardo Sampedro