La clase media es el motor de cualquier país del mundo civilizado. Es la que genera estabilidad económica en una nación, no son dueños de grandes empresas, más bien de medianas y de pequeños negocios que generan empleos y sobre todo impuestos; algunas personas no tienen empresas o negocios, pero son contratados como subgerentes, gerentes, directores o directores generales de alguna gran empresa, a los cuales se les retiene impuestos cada día de nómina, como cualquier empleado u obrero, otros ejercen su profesión libremente.
La mayoría de la clase media, opta por inscribir a sus hijos en colegios e institutos particulares, también utilizan los hospitales y sanatorios privados, éstos por supuesto generan egresos económicos ya sea de colegiaturas, hospitalización, consultas a médicos y medicinas de patente, los cuales son deducibles de impuestos en forma mínima, los más previsores contratan gastos médicos mayores; también poseen vehículo propio, mismos que deben pagar tenencia, placas, licencia de conducir, revisiones ecológicas, seguro de vehículo, mantenimiento, consumo de gasolina, pago de casetas en carretera y del financiamiento del vehículo.
La gran mayoría de la gente de clase media no acude a las clínicas de gobierno como el IMSS, o ISSSTE, aun siendo derechohabientes, tampoco inscriben a sus hijos en escuelas gubernamentales donde deben ser recibidos sin ningún problema, se trasladan en vehículos particulares para llevar a sus hijos a sus actividades escolares, deportivas y culturales, posteriormente acuden a sus labores o pendientes personales, evitando saturar el transporte público.
El que la clase media prefiera educación, sistema de salud y transporte privados, es decir, que tengan que desembolsar una buena cantidad de sus ingresos, y no utilizar los servicios oficiales, representa para el gobierno la oportunidad de brindar estos espacios no utilizados a personas que no pueden financiar ni la educación de sus hijos ni el sistema de salud de la familia.
La clase media, además de generar gran parte de los impuestos de un país, pocos utilizan los servicios como los ya mencionados y de ser así, tanto la educación, como el sistema de salud y abastecimiento de medicamentos, se verían rebasados por mucho, y por supuesto, los más pobres serían los perjudicados; esto, sin contar que también la clase media, podría trasladarse en transporte público como metro, metrobús o autobús, igualmente también colapsaría por razones obvias.
Por lo tanto, atacar, antagonizar y satanizar a la clase media es de lo más ruin, pues son emprendedores o aspiracionistas los que arriesgan su capital, propio o financiado, para posteriormente ser señalados, es decir, nuestro actual gobierno parece que “ignora” que la fortaleza de un país como México, tanto en lo económico como en lo académico, es la clase media.
Si bien es cierto, que la clase media no es su clientela electoral, si es el motor de la economía.
Tampoco ambicionan el sueño americano, no, la clase media mexicana, arriesga su inversión en su país, porque lo ama.