En tiempos de crisis, el apoyo crece y ante las amenazas de deportaciones masivas del gobierno de Estados Unidos hacia los migrantes, el flujo de remesas hacia las familias del estado de Puebla registra un alza.
De acuerdo con los datos del Banco de México (Banxico), durante el primer trimestre de este 2025, periodo marcado por el inicio de la gestión de Donald Trump, quien tomó posesión de la presidencia de Norteamérica el pasado 20 de enero, el estado de Puebla captó 789.4 millones de dólares, unos 15 mil 306.77 millones de pesos, a 19.33 pesos por dólar, por concepto de remesas, la cifra más alta para un periodo similar desde que se tienen registros.
Al realizar un análisis de los recursos que mandan los paisanos que en su mayoría viven en Estados Unidos hacia el territorio poblano
El monto enviado por los connacionales poblanos radicados en el exterior, principalmente en Estados Unidos, registró un crecimiento de 8.7 por ciento durante el primer trimestre de este año en comparación con los primeros tres meses de 2025.
Las estadísticas de Banxico permiten observar que Puebla aparece dentro del top 10 nacional entre las entidades receptoras de remesas. Michoacán se colocó en primer lugar entre los estados con mayor recepción de dólares con mil 269.2 millones; la segunda posición fue para Jalisco con mil 249.9 millones y Guanajuato se ubicó en el tercer puesto con mil 218.3 millones. En cuarto lugar apareció Chiapas con 972.4 millones de dólares y la Ciudad de México en la quinta posición con 943.8 millones de dólares. El sexto sitio fue para el Estado de México; séptimo, Oaxaca; Guerrero, octavo y Puebla se ubicó en el noveno lugar.
El territorio poblano recibió entre enero y marzo de este año un monto equivalente al 5.5 por ciento del total de los dólares que llegaron al país, por concepto de remesas, 14 mil 269 millones de dólares.
Al final, los dólares que reciben las familias poblanas a través de depósitos o envíos directos desde ciudades como Nueva York, Connecticut, Chicago, Houston y Los Ángeles, se traducen en la compra de bienes y servicios y, al mismo tiempo, detonan diferentes cadenas productivas en sus comunidades.