“Misión de rescate”, el nuevo filme de Netflix, aborda el concepto de héroe solitario, perfil ampliamente conocido en el cine Western. Su protagonista, Tyler (Chris Hemswoth), no tiene nada que perder. No tiene recelo de las repercusiones de sus acciones y tiene un objetivo que puede ser resumido en la misión en sí o en el dinero que recibirá al final. Sin embargo, la idea de la película no es reproducir este mismo perfil abruptamente, ni tampoco forzar al espectador a pensar en las similitudes.
Cuando Tyler acepta la misión de rescatar a Ovi (Rudraksha Jaiswal), rehén de una pandilla rival de su padre (en ese momento en prisión), no hay prácticamente ningún obstáculo en su jornada. No obstante, sabemos que las cosas irán cambiando con el tiempo, a tal grado que empatice con el joven rescatado y deje de verlo como un simple paquete a entregar con seguridad.
A pesar de la urgencia narrativa, el director y el guionista mezclan muy bien las escenas de acción desenfrenadas con aquellas en las que el ritmo necesita caer para que el drama funcione. Hay planos-secuencia excelentes y, lógicamente, bien coordinados. Algunos poseen cortes discretos, aunque no sean capaces de mantener una precisión enérgica por largos minutos.
En tanto cine dramático, la película soslaya el tratamiento de personajes secundarios y se centra en el carácter de Tyler, lo cual funciona porque actúa conforme a sus propias limitaciones: el enemigo en común, el aliado que el protagonista no reconoce y el equipo que actúa junto a él, cerrando una narrativa que no peca de exceso.
Hay, inclusive, una cierta exposición del trabajo infantil en la línea de frente de la violencia en forma de crítica social, aunque ésta no gana trazos finales más positivos, dando como margen de reflexión el verdadero estado de abandono en el que los jóvenes se encuentran. Actuando paralelamente a la historia personal de Tyler, tal cuestión social se balancea bien, de modo general. De esta forma, el proceso de redención del personaje tiene espacio para evolucionar, por más que el espectador poco sepa de su propia historia personal y se encaje en padrones un tanto cliché. No obstante, Hemsworth carga muy bien con el peso de su personaje Tyler, insertando con ello un clásico arquetipo para los días actuales. En resumen, se trata de una película ampliamente recomendable para los amantes de este género cinematográfico.