Política

Están pintadas de verde; sí, sí

Nadie tiene todo el dinero del mundo. Esta certidumbre le devolvió a Gil el alma al cuerpo. Ni siquiera el gobierno de Estados Unidos es lo suficientemente rico. El Departamento de Seguridad Interna reconoció que solo dispone de recursos para los prototipos del muro en la frontera de México, pero no para su construcción: “Tenemos dinero para los prototipos, no para los planes de largo plazo. Después veremos las decisiones presupuestales para las fases futuras de la construcción del muro”. Gil lo leyó en su periódico MILENIO: 732 empresas se interesaron en participar en el proyecto. “El plazo de entrega de proyectos completos y presupuestos vencía el 24 de marzo, pero fue extendido hasta el 4 de abril”. Cada prototipo tendrá una altura de 5 a 9 metros y una extensión menor a 10 metros y será montado en la zona de San Diego. Si la lectora o el lector tienen a la mano unas rejas como las de Chapultepec, son verdes, son verdes nomás para usted, ni lo dude, haga usted su prototipo y en una de ésas le pega al gran proyecto para el cual por desgracia todavía no hay dinero suficiente. Trump debería poner el ejemplo de la Muralla China, de 6 y 7 metros de alto y de 4 a 5 de ancho. Y no licitaron el proyecto, solamente murieron 10 millones de seres humanos durante la construcción. Cierto, el muro chino mide 21 mil kilómetros de largo y la frontera de México y Estados Unidos unos 3 mil. Haga usted sus cuentas. Gil imagina que un día lejano el muro de Trump será considerado patrimonio de la humanidad. Periodo de la dinastía Trump, entonces se construyó este magnífico muro. Mju.

Fracaso

A Gil lo tienen hasta el copete. Cada día, en las primeras planas de sus periódicos aparece la noticia: Cruz Azul fracasa de nuevo. Uno de los equipos de futbol más poderoso de México no gana ni a balazos. Bien: señores dueños de los cementeros, dejen de fastidiar: despidan al entrenador español que en mala hora trajeron, quiten de su plantilla a dos o tres jugadores y empiecen de nuevo. La verdad es que el lamento no sirve para maldita la cosa. Por cierto, la lectora acuciosa (gran figura) y el lector inverecundo lo habrán notado: en México el periodismo deportivo no existe. Nadie encontrará una crónica interesante, un texto bien escrito, un relato deportivo. Una verdadera desgracia en un país con una afición de muchedumbres. Gilga lo sabe: nadie lee nada de nada. Y volviendo al Cruz Azul: ¿no convendría despedir al señor Jémez y empezar otra vez? En serio: basta ya, por un futbol digno. Gamés tiene amigos que hinchan con ganas por el Cruz Azul. Amigos y amigas, olviden a la Máquina que pita y pita. Ya cansan con sus derrotas, caracho.

Reforma y Lieja

Se habían hecho puré de tomate cuatro jóvenes después del choque de un BMW contra un poste de la avenida Reforma. El chofer que salvó la vida conducía su coche a 185 kilómetros por hora. Y como dicen: perdió el control. Ante el escándalo de la sociedad, como si el culpable no fuera el joven que manejaba, sino el Gobierno de Ciudad de México, de hoy en adelante detectarán con helicópteros a los coches que vayan a exceso de velocidad. Aquí un X-10Z en la calle de Insurgentes: un automóvil desarrolla velocidades de vértigo. Lo vemos desde aquí arriba y de pronto ha desaparecido, un X-10Z. Sí, puré de tomate registrado por nuestro helicóptero.

Según Gamés, no está mal que los helicópteros vigilen lo que pasa en tierra firme, pero diantres, el único culpable de ese terrible golpe fue el conductor. Ahora resulta que los valets, los meseros, el clima, el gobierno de la ciudad. Pues con la pena, pero el conductor ebrio y loco es el culpable. Si Gil toma un arma y balea a las personas, ¿quién es el culpable?: ¿el gobierno? En fon. Gilga quiere que un helicóptero lo cuide: aquí un X10-Z cuidando a Gamés. Todo en orden. Yo soy un paletero y gano mil pesos a la semana, dice el conductor.

Todo es muy raro, caracho, como diría Homero: Levantado el muro contra la voluntad de los inmortales dioses, no debía subsistir largo tiempo.

Gil s’en va

gil.games@milenio.com

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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