Como parte de la edición de este año del Festival, un par de propuestas que exploran las posibilidades del arte sonoro y visual en el ecosistema digital, desde perspectivas feministas.
Asentada en Montreal y de ascendencia francocaribeña, Ourielle Avé, conocida como Ouri, tuvo una formación musical clásica en la que aprendió a tocar el arpa, el violonchelo y el piano; en la adolescencia se mudó a Canadá, en donde se involucró con diversas propuestas electrónicas, a partir de las cuales empezó a construir su estilo, integrando su bagaje formativo con los descubrimientos en el camino. Participó en el EP Why I Love You (2016) de CRi y presentó el EP Superficial (2017), con los ecos de Odile Myrtil y Munya, integrándose al tejido sonoro de cambiante estado armónico, transitando entre instrumentaciones recuperadas de algún pasado cercano, ya estableciendo un estilo que juega con las abstracciones y que se conecta en algún sentido con colegas como Sarah Davachi, Jenny Hval, FKA Twigs, Elsa Hewitt e Isa Gordon, entre otras.
Continuó con otro EP, titulado We Share Our Blood (2018), que ameritó una versión ampliada que se tituló We Share Our Blood remixes (2018), buscando la escapatoria con una electrónica descendente, justo para compartir palpitaciones hipersensibles y reflexionar acerca de su condición identitaria con ese violonchelo que se encuentra con un hábitat de múltiples posibilidades digitales. Formó el dueto Hildegard junto con la cantautora vancouverense Helena Deland y firmaron el álbum homónimo Hildegard (2021), conformado por ocho viajes breves y de oscura inmersión con vocalizaciones sosegadas y melifluas que se introducen en un digitalismo remarcado, de pronto paisajista; le siguió Jour 1596 (2024), integrando un R&B de sustento digital con apuntes orgánicos que patinan sobre las cuerdas del arpa y las agudas teclas del piano, envolviendo las voces de transparencia casi adolescente.
Bajo su nombre firmó Frame of a Fauna (2021) abre de manera entrecortada con Ossature, salpicada de ralentizaciones vocales y cuerdas furtivas, mientras que Mind Beth contribuye con Odd or God, puesta sobre una red de contención sobre la que se deslizan los juegos de las vocales, alternando con resonancias perceptibles, en tanto High & Choking, Pt. 1 flota a lo largo de una rítmica suavemente insistente, como queriendo escapar del miedo a ser observada; en la susurrante Fonction Naturelle se denota su formación clásica, acá desde una perspectiva contemporánea, y tanto Too Fast No Pain como Felicity se nutren de las participaciones de Mobilegirl y Antoniya, respectivamente, para contrastar estados placenteros alejados del malestar, levantando por momentos una voz que escapa al entresijo armónico de cuerdas y teclados.
Con el apoyo de Zach Frampton, creados de ambientes interrogativos, produjo bt002: self hypnosis tape (2022), enfatizando su vena de vanguardia neoclásica para dejar que palpite a lo largo de los poco más de 23 minutos del disco, dejando escapar su vocal entre los pausados caminos sonoros por los que cabe una sutil experimentación, incluyendo un piano dubitativo que dialoga con las cuerdas mientras se desarrolla la esperada autohipnosis. En Daisy Cutter (2025), por su parte, Ouri plantea el reconocible R&B con sus aditamentos de electrónica a ras de pasto que acompañan caminos contrastantes, entre la disciplina y la liberación, la oscuridad final y la posibilidad de seguir arriesgando: si bien es un trabajo muy controlado e individual con ese bajo en plan narrativo, la artista estuvo rodeada por diversos visitantes como Oli XL, Charlotte Day Wilson, que la acompaña en Behave!, Mobilegirl de nueva cuenta, y Bamao Yendé, entre otros recurrentes de la escena del House contemporáneo.
Por su parte, Portrait XO es una artista multidisciplinaria que se ha acercado a la inteligencia artificial desde una perspectiva crítica, retomándola como herramienta pero también como objeto de análisis al momento de la creación de sus propuestas sonoras y audiovisuales. Presentó el EP Portrait (2015), integrado por cuatro cortes con una estructura de popart que se sostiene en un dinámico piano, vocalizaciones sobrepuestas y rítmicas detalladas. Entregó un par de EP’s para sendos filmes: el largo The Murderer´s (Terran, 2017) y el corto Star Audition (Julin, 2017), cuyo soporte musical transcurre en clave emocional, ya sea de tensión, misterio o expectativa. Fundadora del archivo Sound Obsessed, dedicado a la exploración y creatividad sonora a través del uso de nuevas tecnologías, se ha constituido como una artista que apuesta por la vanguardia en la relación entre seres humanos y máquinas.
Después de los sencillos Little Love (2017), The Chasing Game (2019), Aiv1 (2020), Home (2022) y P3ac3 (2024), en los que recorrió tesituras pop, tecno y dance con énfasis en incursiones informáticas, integró el largo Wire (2024), recorrido experimental en diez cortes que surgió a partir del diálogo creativo con la IA y en la que se escuchan rítmicas provisionales, oleaje cibernético y voces que parecen atravesar el subsuelo para buscar las conexiones esperadas entre el océano interminable del big data. Creó la futurista puesta en escena El costo de la conexión, hibridaciones sonoras y visuales basada en datos que reflexiona sobre 17 objetivos de desarrollo sustentable propuestos por la ONU y su agenda 2030, como lo detalla en la siguiente entrevista, al igual que sus perspectivas sobre el uso de la IA en los procesos creativos:
https://kaput-mag.com/rainbow_en/em-guide_portrait-xo_my-favorite-way-of-working-is-taking-speculations-of-new-technologies-and-turning-them-into-tangible-things-like-art-and-music-then-having-interesting-conversations-about-them/