El gran autor de thriller policiaco y novela negra, originario de Boston, debutó con Un trago antes de la guerra (1994), en la que conocimos a los investigadores privados Patrick Kenzie y Angela Gennaro, encarnados en el cine por Cassey Affleck y Michelle Monaghan en Desapareció una noche (2007), basada en la cuarta historia de la serie y dirigida por Ben Affleck, quien también recurrió a otra novela de Lehane para realizar Vivir de noche (2016), segunda parte de la trilogía dedicada a John Coughlin, delincuente en ascenso. Dos grandes maestros de la dirección, ni más ni menos que Clint Eastwood y Martin Scorsese, retomaron sendas novelas para realizar Río místico (2003) e Isla siniestra (2010), respectivamente, en tanto Michaël R. Roskam se encargó de La entrega (2014).
En cuanto a su presencia en la televisión, el autor de Después de la caída (2017), novela narrada desde la perspectiva de una periodista que mata de un balazo a su marido, participó como guionista de The Wire entre el 2004 y el 2008 y de Boardwalk Empire en el 2013, dos de las más grandes series de la historia de la televisión; se involucró después en dos proyectos basados en obras de Stephen King: Mr. Mercedes (Kelley, 2017-2019), serie para la que escribió siete capítulos alrededor de Bill Hodges (interpretado en exacta tesitura por el gran Brendan Gleeson), detective retirado que continúa atrapado en un caso sin resolver, y The Outsider (Price, 2020), en la que colaboró con dos episodios.
Vendrían un par de miniseries televisivas lideradas por él: Blackbird (2022) y Smoke (2025), basadas en sendas autobiografías y protagonizadas por Taron Eggerton y Greg Kinnear, dentro de la vertiente del true crime que se desarrolla a partir de la reconocida escritura de Lehane en la que siempre cabe la ambigüedad y la profundidad de los personajes, más allá de sus roles de villanos o héroes, que aquí no caben del todo. Tramas delictivas en las que se sabe pronto quiénes son los culpables y que se centran en el proceso para probar dicha condición, con delgadas fronteras entre la legalidad y la franca ruptura de la ley para lograr los propósitos propuestos.
La primera, conocida como Blackbird: confesiones de un asesino (EU, 2022), retoma el texto In with the Devil: a Fallen Hero, a Serial Killer, A Dangerous Bargain for Redemption (2010), escrito por James Keene y Hillel Levin, en el que el autor, acusado de crímenes relacionados con el narco, narra la experiencia de ingresar a una prisión, tras un trato con el FBI, para obtener la confesión de un compañero de celda, Larry Hall, el presunto asesino serial que participaba en escenificaciones de la guerra civil, acusado de cometer decenas de crímenes durante los ochenta y la mitad de los noventa, interpretado de manera angustiosamente verosímil por Paul Walter Hauser: la relación que van construyendo paulatinamente se mantiene siempre al borde de la ruptura y de la confianza desbordada.
A lo largo de los seis intensos episodios, entramos a la prisión del presente y salimos al exterior del pasado sin perder el nervio narrativo, gracias a una fluída edición y la adecuada secuenciación de cómo se va construyendo la relación entre ambos personajes, mientras se presenta cómo el convicto fue cometiendo los crímenes en cuestión y las indagatorias para atraparlo: la tensión está puesta en la manera en la que el protagonista debe obtener una confesión de su compañero de cárcel para, a su vez, él mismo ganar algún tipo de condonación por sus crímenes relacionados con las drogas. En tanto, el padre (Ray Liotta en su última aparición televisiva) del protagonista y el hermano del asesino (Jake McLaughlin) visitan a sus respectivos familiares con la desazón correspondiente.
Sin alcanzar el nivel de la anterior, Smoke (EU, 2025), estructurada en 9 episodios, consigue atraparnos entre humaredas de thriller policiaco centrado en la búsqueda de dos pirómanos, uno de los cuales pudiera ser un taciturno empleado de un restaurante de pollos (Ntare Guma Mbaho Mwine) por parte de un especialista en incendios y aspirante a escritor (Egerton, versátil), cuya tercera esposa es bibliotecaria (Hannah Emily Anderson) y una detective (Jurnee Smollett, atribulada) comisionada para el caso; se les suman el jefe y amante de ella (Rafe Spall) y un ex policía (John Leguizamo, desenfadado), mientras el jefe del protagonista (Kinnear) supervisa a la distancia.
Basada en el podcast Firebug, sobre los crímenes del pirómano y ex bombero John Leonard Orr y a partir de una incandescente fotografía que ilumina las reflexiones acerca del fuego como elemento de poder o venganza, según el caso, se van desplegando las pesquisas al tiempo que se van develando las facetas ocultas de todos los personajes, acaso sólo ventiladas como los sitios en los que se realizan los incendios o hasta que son capaces de verse al espejo para descubrirse tal cual son y no como suponen ser, en tanto sacan sus odios, frustraciones, miserias y complicidades. Una mirada a la piromanía no sólo como delito, sino como una forma de fantasear con tener el control sobre el mundo y los demás, incluso al grado de sentirse omnipresentes.
Denis Lehane volvió a la novela con la absorbente Golpe de gracia (2023; Salamandra, 2024), ambientada en Boston a mediados de los setenta, entre tensiones raciales y lucha de poderes entre la mafia irlandesa y una madre que busca a su hija: de lo mejor del thriller estadounidense.