Como muchos lectores fuera de Colombia yo conocí a Daniel Coronell a través de su columna en la revista Semana. Coronell ha sido uno de los pocos periodistas en el mundo —no exagero— capaces de mantener un espacio de opinión semanal construido desde el periodismo de investigación. Dos dimensiones del oficio que casi nunca se mezclan.
La columna de Coronell da noticia en vez de limitarse a comentar o analizar la noticia y durante su tiempo en Semana, destapó muchos de los esquemas de corrupción y de abuso de poder más notables en ese país. Su cancelación es una pérdida para la publicación, para sus lectores, pero sobre todo para Colombia en un momento en el que este tipo de periodismo independiente, riguroso y valiente es más necesario que nunca.
Por eso lamento tanto que Semana haya tomado la determinación de cancelar el espacio, sobre todo bajo las circunstancias en las que se conoce la decisión. La salida de Coronell se produce días después de la publicación del texto “La explicación pendiente”, en el que el periodista cuestionó públicamente a Semana por no hacer su trabajo, por negarse a difundir información importantísima sobre altos mandos del ejército colombiano que sería eventualmente publicada por el New York Times, provocando un verdadero escándalo político.
Lamento que el fundador y los directivos de Semana hayan dejado pasar la oportunidad de consolidar su credibilidad y, en cambio, hayan cedido a presiones políticas, a lógicas corporativas o, peor aún, al miedo de reconocer sus errores. Más allá de la lógica editorial, o de la ausencia de esta, lamento que la decisión de cancelar el espacio de Coronell muestre un profundo desconocimiento sobre el futuro de la comunicación y del periodismo. Para sobrevivir, las plataformas tradicionales necesitan ampliar su audiencia y ofrecer contenidos originales. Necesitan competir con un mundo de información y para lograr todo esto, Semana ya contaba con un arma formidable en su arsenal.
Como presidente de noticias en Univision, Coronell es mi jefe desde 2011 y en los mejores días, cuando no le reclamo todo, es también mi amigo. Pero yo conocí a Daniel como lector y desde esa perspectiva lo voy a echar de menos, aunque estoy seguro de que muy pronto la columna tendrá el espacio que se merece.
@Enrique_Acevedo