Yo no sé si es únicamente percepción personal pero, aunque por varias décadas pelearon codo a codo el Día de Muertos con el similar de Brujas, éste último ha venido perdiendo terreno en el gusto de la población infante que ya se inclina por nuestras tradiciones, por nuestra festividad más colorida.
Y es que mientras una celebra la broma, con atuendos que asemejan a espectros demoniacos e inspirados a provocar susto y el temor a lo desconocido, en nuestra cultura se festeja a la muerte a la que, con temor o no, se enaltece junto a nuestros seres queridos que forman parte de su mundo y entonces se vuelve un tributo a la vida después de la vida como establece la creencia cristiana, ese paso a la existencia eterna.
Hay una importante aportación para este efecto de parte del organismo rector en el ramo educativo que ha sido incisivo para provocar el mayor conocimiento y difusión de nuestras fiestas; de hecho ha organizado recientemente concursos de altares de manera anticipada a las fechas festivas en ánimo de opacar al Halloween.
Sin embargo el tema tiene que ir más allá y al margen de empatar las fechas en competencia, deben ser difundidas las celebraciones propias al interior de las escuelas en forma didáctica y no sólo “montando” altares, pues el sentido de pertenencia debe fortalecerse de manera prematura mediante el conocimiento, del significado al “distinguir” a lo que por naturaleza es un motivo de temor, el fin de la vida.
Decía párrafos arriba que el día de brujas convoca a cada vez menos muchachitos porque ya no es tan frecuente encontrarlos a la puerta de la casa entonando el ventajoso “trato o truco” en espera de la dádiva dulce que ha dejado de ser obligatoria pues nada les garantiza tan solo que les abran, menos aún recibirla.
Labor también debe ser de los padres para que no contribuyan adquiriendo esos disfraces inspirados en criaturas desfiguradas y sanguinolentas, que en poco y nada nos identifica comparándolas con nuestros altares dignos de nuestra cultura admirada en todo el mundo además.
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Hasta la próxima.