Uruapan, Michoacán.- El destino de Amiram Nir no era ninguna ciudad de Estados Unidos ni de Inglaterra, asegura el capitán Adrián Ramírez, quien conoció los planes de vuelo de la aeronave en la que se accidentó el agente del Mossad cuando volaba de Uruapan a la capital del país.
Aquel otoño de 1988, tras llegar a Ciudad de México, Nir abordaría un avión comercial de KLM con destino a Ámsterdam y después de ahí viajaría a Ginebra, Suiza, asegura Ramírez, por lo que descarta la versión de que el espía israelí se reuniría en Washington o Londres con el legendario periodista estadunidense Bob Woodward para revelarle secretos de la Operación Irán-Contra.
Aunque el capitán Ramírez estima posible la historia negra que recorre Michoacán en torno a que Nir formaba parte de una cúpula de espías que compraban armamento a Israel para venderlas en Latinoamérica a grupos anticomunistas y cárteles de la droga, considera que la caída de la avioneta fue un desafortunado accidente.

La caída sí fue accidente
Quienes metieron la mano para destapar el motor fueron dos personas: Alfredo Mirelles y Enrique Cuahonte. El cigüeñal del avión estaba partido en dos. Yo no le nombro desvielar porque eso es un descuido técnico, no revisar bien el aceite o esas cosas. Puede ser que ese avión, cuando le ajustaron el motor, compraron el cigüeñal remanufacturado.
¿Cómo actuó el piloto ante la situación?
El piloto Guillermo Cuahonte hizo lo que un piloto bueno pudo haber hecho. Si tú me preguntas de un buen piloto en Uruapan, te diré que Memo es el indicado: tenía en ese entonces unos 34 o 36 años. Si le preguntas a Mirelles te va a decir que el cigüeñal estaba en dos partes. El avión quedó dividido en dos partes porque cuando aterrizó se estrelló con una piedra, pero el piloto hizo lo mejor que pudo ante la inesperada falla.
¿Descarta la posibilidad de un sabotaje?
No dudo de la historia negra, pero es complicado: Dicen algunos que se usó un explosivo. ¿Qué es lo que te mata en una explosión? La onda expansiva, la implosión. Pero el avión no estaría así, habría fierros por todos lados. Y un proyectil de bala deja un agujero. Ninguna de esas dos cosas quedaron en la avioneta. Si fue un sabotaje, se trató de algo muy sofisticado.
Woodward sí se reunió con Nir
Aunque Nir no tenía destino final Londres ni Washington, unos días después del accidente, el periodista Woodward confirmó que estaba en contacto con el agente del Mossad, mientras investigaba el acuerdo secreto entre el gobierno de Estados Unidos y el de Israel para realizar operaciones antiterroristas de manera conjunta, las cuales estaban a cargo del propio Nir y de Oliver North, un teniente coronel nacido en San Antonio, Texas.
Cinco meses antes de su muerte, 25 y 26 junio de 1988, Nir se reunió con Woodward en Londres. El encuentro, de carácter privado, duró 13 horas y el periodista lo hizo público después del accidente en México, mediante un artículo publicado en The Wahsington Post. Durante estos encuentros, el espía reveló a Woodward que los entonces presidentes de Estados Unidos, Ronald Reagan, y de Israel, Shimon Peres, habían establecido el acuerdo de lo que después se conocería como la operación Irán-Contra.
Nir le explicó a Woodward que el acuerdo entre ambos países generó una serie de acciones encubiertas con objetivos y aspectos tácticos en común, como la ayuda ilegal a los terroristas nicaraguenses conocidos como La Contra, así como también al gobierno de Irán.
Antes de morir en Michoacán, Nir le anunció también a Woodward que pronto daría a conocer su testimonio de manera abierta. Analizaba si lo haría mediante una entrevista televisiva, a un periódico o a través de un libro. Todo esto mientras iniciaban unas investigaciones oficiales por parte del senado estadunidense.
Tras el encuentro, el periodista siguió buscando al agente del Mossad durante el verano de ese mismo año, pero éste nunca atendió sus llamadas, sino hasta el 10 de octubre, cuando Nir le dijo a Woodward que no estaba listo para volverse un personaje público, considerando que la publicidad que tendría podría afectar sus actividades como empresario, entre las que se encontraba la comercialización del aguacate michoacano.
Pese a esto, Nir se comprometió a reunirse de nuevo con Woodward en Londres y ofreció la posibilidad de proporcionar importantes revelaciones sobre funcionarios estadunidenses, aunque de manera extraoficial.
Esto ya no sucedió, debido a que el 30 de septiembre se cayó el avión de Nir en México.
Tras la muerte del que llegó a ser consejero antiterrorismo de Israel, Woodward y los editores de The Washington Post decidieron dar a conocer la información que habían obtenido del espía de manera extraoficial.
Bush, a salvo
Según la investigación de Woodward, Nir fue la figura central del caso Irán-Contra: “North lo citó como el creador de la idea de generar ganancias de la venta de armas a Irán para financiar otros proyectos encubiertos, idea que North utilizó luego para desviar el apoyo a los rebeldes nicaragüenses”.
Un par de años después de la muerte del espía, el teniente coronel North fue condenado por realizar acciones ilegales en la Operación Irán-Contra, pero recibió inmunidad durante el gobierno de George Bush y hasta hace uno meses fungía como presidente de la Asociación Nacional del Rifle estadunidense y como comentarista eventual de la cadena Fox.
El testimonio oficial de Nir pudo haber afectado el camino a la presidencia de George Bush, quien además de haber sido director de Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, en su calidad de vicepresidente durante el gobierno de Reagan, había participado en el acuerdo de creación de la Operación Irán-Contra.
Durante las investigaciones oficiales que se llevaron a cabo, se estableció que Bush estaba enterado de la operación ilegal. Una de las pruebas claves que se encontraron fue un memorándum de 11 páginas firmado por Nir, en el cual éste describía de manera detallada cómo había informado a Bush sobre la venta ilegal de armas.
La muerte de Amiram Nir en Michoacán –accidente desafortunado o sabotaje sofisticado– impidió que éste brindara su testimonio de manera oficial y se conociera por completo la verdad de la Operación Irán-Contra.
También impidió que hubiera justicia para las miles de personas afectadas en Medio Oriente y América Latina.
La búsqueda de la verdad todavía continúa. De hecho, fue por Nimrod Nir, el hijo de Amiram, que inicié esta investigación, la cual, por ahora, aquí termina.