En el año 2011 me tocó colaborar como asesor de una ONG en Nueva York cuando la ONU lanzó el Primer Congreso Internacional para La Mujer y la creación de UN WOMEN. Allí comencé a descubrir la increíble riqueza y aportación de la mujer para el mundo, y que uno de los errores más grandes que hemos cometido como humanidad es habernos olvidado de nuestras mujeres. Borramos estúpidamente la feminidad en nuestras realidades sociales, políticas, económicas y también religiosas. Porque hasta en las religiones se respira el maligno cáncer del machismo.
En aquella ocasión y después de haber escuchado a delegadas de Norteamérica y Europa exigir como un derecho humano básico el acceso a internet; una mujer como de cincuenta años, de color negro y de un país africano, se levantó diciendo con un inglés pronunciado lentamente y una dulce voz, que antes de llevar a su país computadoras e internet por favor mandaran alimentos y medicinas para satisfacer el hambre, tener acceso al agua y mejorar sus condiciones de salud. En su país carecían de ello-dijo sonriendo.
He reflexionado durante algunos años este hecho y me he dado cuenta de que algunas veces creemos falsamente que podemos representar las necesidades e intereses de otros. Entendí que lo mejor que podemos hacer en nuestra vida son dos cosas: callar y escuchar.
Dicho lo anterior, quiero escribir estas líneas como un homenaje a tantas mujeres que hacen más bello el mundo, mi mundo.
No pretendo ser un hombre más que habla creyendo que las entiende y sabe lo que necesitan. No, yo solo puedo callar y admirarlas. Cuando me toque, estaré y me relacionaré con ustedes como un igual en lo que somos igual y diferente en lo que somos diferente.
He venido recorriendo a través de los años y las conferencias diversos países, ciudades, empresas y organizaciones. Constato y doy fe que la mujer es baluarte de la familia, de los valores, de la empresa, la política y la cultura.
No ver a la mujer es no ver a México; es no querer ver de lo mejor que hay en el mundo.
No puedo dejar de pensar en las maestras del Estado de México que sostienen con su amor, alegría y profesionalismo la vida de su sindicato y de miles de niños y niñas sustituyendo carencias afectivas que hay en los hogares mexicanos. Mi respeto para ellas. Tampoco puedo dejar pasar a las mujeres que llevan en sus hombros y en su corazón el peso no solo de sus familias sino también de sus empresas, porque conozco a varias que además de ser excelentes madres son líderes y grandes empresarias. Felicidades también a las que han decidido invertir sus mejores años en la empresa más importante que es la formación en valores de su propia familia.
El 8 de marzo celebramos el día internacional de la mujer pero no podemos gritar un día y callar los trescientos sesenta y cuatro días restantes.
Creo firmemente que no hay que hablar de la mujer, hay que hablar con la mujer y escucharla atentamente porque tiene tantas cosas que decirnos y sobre todo tiene tantas cosas que enseñarnos.
Digo con mucho orgullo que soy lo que soy; porque soy hijo de una gran mujer, soy hermano de una gran mujer y amigo de increíbles mujeres que hacen más bello mi mundo.
Siempre he pensado que rodearse de mujeres talentosas es sin duda lo más inteligente que un hombre puede hacer.
Dicen por allí que detrás de un gran hombre hay una gran mujer y yo no estoy de acuerdo. Yo digo que junto a una gran mujer hay un gran hombre.
Todos tenemos algo de femenino en nosotros que coloquialmente llamamos valores y que nos permiten reconocernos como personas, vernos con igualdad, con equidad, con libertad y tratarnos con respeto.
La mejor política social es apoyar con todo a las mujeres. Lo que haga el gobierno y la las organizaciones de la sociedad civil para rescatar el tejido social será mil veces más efectivo si los apoyos se los damos a las mujeres.
Fíjense nada más que incongruencia y qué injusticia; a las mujeres les exigimos que trabajen como si no tuvieran hijos y que críen a sus hijos como si no trabajaran. Haber quitado las Estancias Infantiles y las Escuelas de Tiempo es tan incongruente como absurdo.
El Estado y la sociedad deben ser equitativos y garantizar el derecho de todas las mujeres a llegar a ser profesionistas, trabajar y ser madres, en condiciones de equidad. Por eso debemos exigir y recuperar los programas de Guarderías y Estancias Infantiles, así como las Escuelas de Tiempo Completo, para que sus hijos estén seguros y bien atendidos, mientras ellas trabajan y se desarrollan.
Las mujeres controlan cerca del 65 por ciento de las decisiones de compra totales en bienes y servicios a nivel global. Debemos hacer un mayor esfuerzo si queremos ver algún día a nuestras hijas, ocupar un espacio justo y equilibrado en la sociedad.
En los últimos tres años, 10,753 mujeres fueron víctimas de asesinato en México. ¿Algún avance del gobierno?
La violencia no tiene género. ¡Lo que no tiene es Madre! ¡Ni una menos!
Ante los terribles feminicidios en México, el silencio de la sociedad y más el silencio de nuestros gobernantes estimula a sus verdugos.
Porque el silencio y la indiferencia son el arma más letal en el maltrato hacia la mujer. ¡No más silencio!
La mujer tiene que poder elegir, decidir y trabajar por su propio bienestar.
Es tarea nuestra garantizar las condiciones para que esto suceda. Porque ser mujer, ser madre y ser profesionista no son excluyentes. Son la realidad de miles de mujeres que contra viento y marea construyen el mejor México Posible.
Termino con algunas frases de autores que expresan lo que yo siento. Tal vez se queden cortas y pido disculpa por ello. Pero lo que sí entiendo es que lo más valioso de la mujer está dentro de ella.
Los hombres, sus derechos y nada más; las mujeres, sus derechos y nada menos.
(Susan B. Anthony) “Sé la mujer que levanta a otra.
La mujer que da apoyo a las demás.
Sé esa que tú necesitaste cuando tus resultados no fueron los que esperabas.
La que da impulso.
La que motiva.
La que inspira.
La que aporta sin esperar nada a cambio.
La que no teme que otra también tenga éxito.
Sé una mujer de cambios.
Sé la mujer que levanta a otra.
Ya no estoy aceptando las cosas que
no puedo cambiar. Estoy cambiando
las cosas que no puedo aceptar
(Angela Davis)
FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE
LA MUJER, HOY Y SIEMPRE
Diego Cardoso Pérez