INTERPOL ha hecho un llamado para transformar el lenguaje que rodea a las estafas en línea disfrazadas de relaciones sentimentales o amistosas.
En concreto, propone abandonar el término pig butchering (despiece del cerdo), por considerarlo estigmatizante y deshumanizante para las víctimas, sugiriendo reemplazarlo por “estafa sentimental”.
Este debate pone de relieve el poder y la responsabilidad ética del lenguaje en la percepción pública y en el tratamiento de víctimas y victimarios.
El término pig butchering, originado en la jerga de los estafadores, reduce cruelmente a las víctimas a la condición de animales destinados al sacrificio financiero y emocional.
Esta expresión profundiza el daño psicológico, incrementa la vergüenza y dificulta aún más que las víctimas puedan pedir ayuda, entregando así una victoria adicional a los victimarios.
La propuesta de INTERPOL—estafa sentimental—si bien devuelve cierta dignidad a las víctimas, conlleva el riesgo de minimizar la brutalidad inherente al delito cometido.
La elección de palabras tiene consecuencias reales, particularmente en asuntos tan sensibles como este, donde el daño emocional se combina con devastadoras pérdidas económicas y, en el caso mexicano, comienza en call centers falsos y termina en asesinatos.
Nombrar algo es definirlo, es colocar la mirada sobre los aspectos que queremos enfatizar o diluir. Sin embargo, al denominar estas acciones como “sentimentales”, se corre el peligro de suavizar una realidad que es profundamente cruel y destructiva.
Quizá la dificultad radica en que cualquier término centrado en las víctimas puede oscurecer la responsabilidad de los victimarios.
Pero otorgarles una denominación excesivamente gráfica, como “carniceros”, podría generar el efecto contrario: otorgarles una notoriedad indeseada, resaltar su poder de dar muerte, y convertirlos en protagonistas de la narrativa.
Lo fundamental no es solo cómo nombramos estos delitos, sino garantizar que cualquier término elegido visibilice inequívocamente la responsabilidad de los autores, al tiempo que facilite un entorno donde las víctimas puedan recuperarse, denunciar sin temor y recibir justicia.
IG @davidperezglobal