Dicen que “el que es perico, donde quiera es verde” y ese refrán lo encarnan a la perfección los Pericos de Puebla en el inicio de la temporada 2025 de la Liga Mexicana de Beisbol, la campaña del centenario. En lo estrictamente deportivo, el equipo comenzó a tambor batiente, incluso superando las expectativas.
La novena que dirige el venezolano Russell Vásquez muy rápido desarrolló una identidad propia, un sello de equipo aguerrido que va más allá del resultado, de una victoria o una derrota. La afición que ve los partidos —todos, en casa y en gira— a través de Canal 6, o la que va al parque Hermanos Serdán cada vez que la Novena Verde juega en casa, sale feliz del estadio. ¡Ganamos, perdimos; igual nos divertimos!
Hasta ahora son más las victorias que las derrotas y no es una casualidad. El equipo está jugando bien, desplegando un beisbol como para ganar series, tener récord positivo y acechar la cima de la zona sur.
Hace una semana, luego de perder la serie ante los Olmecas de Tabasco, los Pericos estuvieron a siete juegos de distancia de los líderes Diablos Rojos del México. En menos de dos compromisos, ante León y el México, la parvada verde recortó la distancia a dos juegos y, a punto de comenzar la actividad del fin de semana, los emplumados están a tres juegos del primer lugar.
Lo que hicieron los Pericos en el encuentro que se disputó de lunes a miércoles en Puebla, no es nada sencillo. Le propinaron su primera serie perdida del año a los campeones Diablos Rojos y se quedaron muy cerca de sacar la escoba para barrerlos.
El Puebla hizo ver vulnerable a un equipo que ganó 72 juegos en 2024, puso de rodillas al roster más poderoso del circuito y pareció mostrarle al resto de la liga cómo se puede vencer al México. Fundamentos, contundencia, inteligencia y mucho corazón fueron la clave para un equipo que está mostrando ser de hombres, más que de nombres.
Falta mucho en la temporada, todavía no llegamos ni al 25 por ciento de la misma, pero la metamorfosis de los Pericos muy rápido se ganó a la apasionada, aunque muchas veces voluble, afición de la Angelópolis. Tres llenos, entre semana, como los que se vieron ante el México, tenían mucho tiempo de no producirse.
Además del juego de pelota, todo lo que implica ir al nido verde, se ha convertido en un atractivo de la ciudad. Lo que rodea al partido se volvió en toda una experiencia, hasta culinaria. Acudir a los estadios de beisbol a lo largo y ancho del país, es un reto ante la báscula.
El beisbol y los Pericos de Puebla están de moda. Una afición ávida de satisfacciones como la poblana, ha desarrollado una pericomanía que germina con nuevos partidarios a este deporte y a este equipo.
Ya dependerá de los Pericos mantener esa efervescencia con buenas actuaciones en el diamante, porque no hay mejor promoción que ganar y brindarse en cada jugada.