No, el título de esta columna no hace alusión al momento que vive nuestro país a nueve meses del mundial de futbol, aunque también podría venirle como anillo al dedo. Se trata de una metáfora que aborda un tópico mucho más banal: la visita que encara el Puebla de la Franja este sábado en La Bombonera ante el Toluca.
Los Camoteros tienen que estar agradecidos, lo que pase en su partido tendrá una repercusión menor, porque a la misma hora se disputa el Clásico Nacional entre el América y el Guadalajara. Si el Puebla es aplastado por enésima ocasión, pocos, por no decir casi nadie, estarán al tanto con inmediatez.
Cuando se hizo el calendario del Apertura 2025, el clásico de clásicos estaba anunciado para hoy, porque el Toluca, que suele jugar ahora los sábados por la noche, programó su partido sin saber que le iban a encimar a la misma hora el encuentro estelar.
No es nuevo que los partidos se empalmen en cada jornada y que muchas veces los más atractivos coincidan a la misma hora. Tiene que ver con la pésima gestión de la Liga MX, la guerra de las televisoras y el divisionismo en las altas esferas balompédicas.
Ese amontonamiento de partidos en el calendario, “casualmente” perjudica más a los equipos que se salen del redil. Es muy normal ver que a los conjuntos del grupo Pachuca o al Guadalajara, cuando juegan como locales, les acomodan el partido de un equipo de la misma magnitud de popularidad de manera simultánea.
No olvidemos que el Toluca “se la hizo cansada” a su televisora para firmar un contrato y renovar ahora que son los campeones defensores. Aunque los Choriceros son un equipo de una enorme tradición y el tercero con más títulos en la era profesional del futbol mexicano, nunca han recibido un trato especial y su proyección ha sido detenida a pesar de contar con equipos de época.
Sobre el terreno de juego, el Toluca de Mohamed llega en un momento ligeramente a la baja, ubicándose en el quinto lugar de la clasificación, pero en lo absoluto se puede hablar de un declive. Simplemente, es la curva de rendimiento normal de todos los equipos, el péndulo eventualmente irá hacia arriba y volveremos a ver al diablo en todo su esplendor.
Además, con el plantel del Toluca, aún en un momento vulnerable, la distancia respecto al equipo de la Franja es suficiente para tener una jornada sin demasiados problemas.
Comparecer ante el demonio siempre ha sido sinónimo de sufrimiento para el Puebla, el Nemesio Díez es históricamente la aduana más insufrible para los de la Angelópolis. Jugar en la capital mexiquense evoca marcadores de escándalo como aquel 7-0 de los cuartos de final de vuelta en el torneo de verano 2000, o para no ir más lejos: el 5-1 del año pasado.
En muchos de esos recuerdos, que son pesadillas para el Puebla, estuvo presente el hoy director técnico de La Franja: Hernán Cristante. El entonces guardameta era un espectáculo debajo del marco, y mientras Cardozo se dedicaba a masacrar con goles a los Camoteros, Cristante se encargaba de dejar en cero al Puebla.
Ahora, del otro lado, ya veremos si Hernán tiene la pócima y es capaz de exorcizar al diablo.