Dos jornadas son suficientes en el futbol mexicano para colocar “en capilla” a un entrenador y hacer que un proyecto se tambaleé. Están los directores técnicos que por la envergadura del club al que dirigen, trabajan supeditados a una enorme presión desde que comienza el torneo, y los hay también quienes, por la situación apremiante de su club, tienen la soga al cuello desde que rueda el balón.
Esta noche, como ejemplo, Pablo Guede al frente del Puebla, busca los tres puntos a como dé lugar en la visita de los Camoteros al puerto de Mazatlán. La presión es toda sobre el argentino, que viene de firmar un torneo de nueve puntos al frente de los de la Angelópolis y comenzó con derrota este campeonato en la jornada uno ante el Atlas de Guadalajara.
Aunque buena parte del plantel comparte el fracaso del certamen anterior, la columna vertebral del Puebla se reforzó. La cúpula camotera le dio una importante sacudida a la oncena para apuntalar la profundidad de un equipo que luce un poco mejor rematado que en torneos anteriores.
El problema para Guede y su cuerpo técnico estriba en la endeble defensa. Si el equipo de la Franja no corrige en ese sector, va a ser imposible competir de una mejor manera. Rejuvenecer la plantilla puede dotar de un cariz mucho más agresivo al equipo hacia al frente; de hecho se notó en el eje del ataque ante los Rojinegros con la irrupción del canterano americanista Esteban Lozano, empero, atrás, donde “crujen los huesos” y se requiere de la solvencia de líderes con experiencia en la demarcación y en el contexto deportivo del Puebla, luce demasiado temerario jugársela con jóvenes.
José Pachuca no puede ser el capitán de un equipo sotanero del cociente. El entorno mediático de La Franja elevó demasiado a un joven que tiene aptitudes y puede desarrollar una carrera interesante, pero que a sus 19 años, aún se está formando. Eso nos llevaría a otro tópico: ¿cómo se trabaja en las fuerzas básicas de la Liga MX? Tema para otra ocasión.
Pachuca ya es seleccionado juvenil y digamos que, como proyecto, va en camino de consolidarse, pero todavía le falta. El acapulqueño será uno de los cinco capitanes en el “gafete rotativo” que implementó Guede para este torneo. Otro dato que resulta sintomático de la falta de un liderazgo definido en el Puebla.
Guede estará en camino de encontrar dichas referencias con su nueva plantilla, pero previamente, tiene que tomar un recodo para llegar lo antes posible a lo más importante y que olvidó desde hace diez encuentros: ganar.
La pausa por la Leagues Cup podría marcar un derrotero prematuro en el proyecto de Guede, si en el lapso de los tres primeros partidos del torneo no ha encontrado la victoria, es altamente probable que el hilo se corte por lo más delgado a pesar de la paciencia de tortuga que le han tenido y de la cláusula de rescisión que lo blindó cuando firmó con el Puebla.
Las formas ya no importan en lo absoluto y el remedio a todos los males del Puebla y su entrenador es “muy simple”: sumar victorias.