No hay plazo que no se cumpla y en unas horas más, el evento democrático más grande de México dará comienzo, este domingo 2 de junio de acuerdo con el censo del INE casi 100 millones de mexicanos estarán si quieren todos, en la posibilidad de definir el destino de este país.
Más allá de las campañas hechas, de los dimes y diretes, de los chismes, de las descalificaciones, de las confrontaciones que se han dado entre las dos candidatas y el candidato, al final quedamos nosotros como ciudadanos, y somos los que tenemos la responsabilidad y me atrevería a decir que, hasta la obligación, de habernos empapados de las propuestas de las y el que aspira a gobernarnos.
Votar es nuestro gran deber cívico, sufragando escogeremos el futuro y ese futuro tendrá a nuestros representantes que en su debido momento deberán rendirnos cuentas.
Elegir a nuestro próximo presidente, es sin duda uno de los momentos más importantes que podemos tener como ciudadanos, por lo que debemos estar conscientes de esta gran responsabilidad ya que, al hacerlo, aseguraremos que aquellos a los que escojamos, trazarán el camino a seguir y también nos permitirá hacernos escuchar para mostrar nuestras inconformidades o sugerencias de cómo se está gobernando. A estas alturas usted lector mío ya decidió su voto, bueno espero, porque si no, mañana frente a la urna lo que debe ser algo pensado, será solo puro estómago de su parte, se habrá dejado llevar por lo que escuchó en la calle, vio en algún noticiero, leyó en algún medio impreso o red social o lo que en sus reuniones se comentó, así sin más, sin profundizar y sin saber si lo dicho o leído fue creíble.
Piense por favor con detalle a quién elegirá, quien gane comandará a México durante seis años y no podemos andar experimentando o escogiendo al “azar”. Su voto vale, su voto impacta, su voto ayuda, así que por ningún motivo deje de ir, no regale su sufragio, no lo deje en blanco, vote, escoja, viva este acto de participación ciudadana.