Al menos lector mío es lo que podemos decir justo a estas alturas del año, y es que el más reciente reporte del INEGI sorprendió tanto a propios (me incluyo) como a extraños, cuando mostró que Hidalgo se colocó como líder nacional en crecimiento económico, si, leyó usted bien, nuestro estado tuvo un incremento del 5.7% durante el segundo trimestre del 2025, una cifra que más allá del dato frío y elocuente, nos habla de que en verdad esta habiendo una transformación silenciosa, sin aspavientos y consistente de la estructura productiva de nuestra entidad; una entidad que durante décadas había sido dependiente casi en su totalidad del gasto público, en otras palabras de lo que papá gobierno daba.
Y si miramos con lupa el resultado nos vamos a dar cuenta de que no es casual, la verdad es que Don Julio ha logrado atraer inversiones en sectores industriales y logísticos que han beneficiado la posición estratégica del estado entre la CDMX, el puerto seco de Tula, el corredor del Bajío, los parques industriales y el desarrollo carretero, y esto está de a poco comenzando a rendir frutos, además si le sumamos lo que la presidenta quiere hacer acá con la dinámica del nearshoring estamos viendo una reconfiguración económica del país donde nos estamos viendo beneficiados.
Aclaro que no debemos echar campanas al vuelo, este crecimiento económico no es igual a ver un bienestar automático, la cifra del INEGI midió producción no calidad de vida, por lo que aún falta que todo esto se traduzca en empleos mejor pagados, y reducción de desigualdades entre los municipios de Hidalgo. Hoy en día aún Pachuca y su zona metropolitana muestran un dinamismo creciente, pero al mismo tiempo regiones como el Valle del Mezquital, la Sierra y la Huasteca siguen ancladas en la marginación y con altos niveles de migración.
El reto de Menchaca es no ser un garbanzo de a libra, si no por el contrario, que consolide un modelo económico que combine crecimiento con la justicia social de la que él tanto habla. Si el gobernador logra mantener este ritmo, diversifica su variedad productiva y forma capital humano a la altura de las demandas de la industria, entonces si podría ser el primer mandatario en llevar nuestro estado a convertirse en un polo de desarrollo real, el tiempo nos lo dirá.