La reciente designación del doctor Leonardo Lomelí Vanegas al frente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene un tufo de machismo para quienes defendemos la equidad de género.
Me encantaría conocer la postura desde la filosofía de la UNAM para encontrar las respuestas a la proliferación de conductas machistas.
Sin embargo, creo que me quedaré con las ganas pues es un tema vulgar y corriente que difícilmente podría interesar a los filósofos unamitas, aunque podríamos encontrar notas de importancia y trascendencia…
La UNAM cuenta con miles de académicas que bien podrían acceder a dirigir nuestra máxima casa de estudios pero en la realidad, se siguen imponiendo las prácticas machistas que se desapartan de la transformación política y social del país.
Hablando de equidad de género en el espacio público hoy tenemos más gobernadoras, más legisladoras y el próximo año la primera presidenta de México.
Pero la UNAM y todas las universidades públicas del país se resisten al cambio.
En el país para dar un dato, de las treinta y cuatro (34), universidades públicas, éstas tienen al frente de su gobierno (Rectoría), solo a cinco mujeres.
Un dato que preocupa porque el discurso sobre igualdad se queda en el papel donde la brecha de género alienta a los machistas defensores de patriarcados.
¿Hay machismo en la UNAM?
Sin duda y me refiero a la conducta de sus consejeros para la designación de los principales puestos directivos, empezando por el más filosofal de su pirámide jerárquica: La Rectoría.
Así entonces la UNAM desde sus orígenes en el siglo XVI con la creación de la Real y Pontificia Universidad de México a nuestros días nunca hemos tenido una rectora en la UNAM.
Mejor vamos a tener la primera presidente de México para el próximo año y la UNAM con más 500 años de historia pareciera sigue defendiendo la supremacía del hombre sobre la mujeres para su gobierno.
Para los académicos machistas con argumentos racionales y serios (según ellos), para justificar su prepotencia contra las mujeres para relegarlas de puestos importantes, entre ellos nombrar a rectoras no solo en la UNAM, sino en todas las universidades públicas del país valdría la pena preguntarles:
¿Qué entenderán por Machismo en las Universidades Públicas?
Siendo preciosistas del lenguaje y para no errar en nuestra postura, tenemos que ir al libro de las definiciones:
El diccionario para conceptualizar bien la idea y evitar la crítica rabiosa de quienes pudieran defender el relego de la mujer para ocupar puestos reservados a los hombres.
La Real Academia Española (RAE), define “machismo” en dos acepciones que para la reflexión de esta semana iluminan con claridad nuestra idea.
Transcribo primera definición: “Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres”.
Segunda definición: “Forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón.
En la designación de directivos de la empresa hay un claro machismo.”
Con las definiciones anteriores podemos darnos una idea que estamos ante conductas machistas para la designación de los puestos directivos en la UNAM ocupados en su mayoría por hombres.
Pero hay que puntualizar otra palabra –prepotencia-, para dilucidar (como dirían los infalibles Ministros de la Corte), la problemática de esta reflexión y buscar las respuestas al machismo dentro de la UNAM para elegir Rectoras en vez de Rectores.
¿Qué debemos entender por “prepotencia?
Continuará...