Política

¿Claudista oportunista o nuevo concepto?

  • Agora
  • ¿Claudista oportunista o nuevo concepto?
  • Cuauhtémoc Carmona Álvarez

“Claudista” se autonombró el gobernador priista Esteban Villegas. La palabra, lanzada con entusiasmo abre más dudas que respuestas: ¿es oportunismo?, ¿un despertar de su conciencia política?, ¿o simplemente el naufragio de un priista moribundo que busca nuevo refugio?

Si ser obradorista implicaba identificarse con la ideología y la praxis del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora aparece el intento de construir un “claudismo” todavía sin una definición clara. 

Sin embargo, más allá de la ocurrencia semántica lo que se juega es el verdadero contenido de ese concepto al menos si queremos tomar con seriedad la palabra: ¿Qué significa, en realidad, ser claudista?

En un ejercicio lúdico y semántico para mí sería el sello que nuestra primera presidenta busca imprimir a su forma de gobernar distinguiéndose por método y evidencia como política y como científica, donde el desorden busca imponerse en algunas áreas del gobierno. 

Para ella, como física, es la “entropía política” que sin duda enfrenta con determinación sobre todo en las áreas donde apesta a corrupción. La “entropía” es caos, desorden, accidente y deformación principalmente.

Sería un modelo de gobernar que se distingue por una continuidad energética con rumbo; seguridad basada en inteligencia y coordinación; transparencia que rinde cuentas en el territorio y no se encierra en Palacio. Más territorio, menos escritorio. 

Combate frontal a la corrupción. Esa es la vara. A esa vara deben medirse quienes hoy, por conveniencia, se proclaman claudistas.

El gesto del gobernador Villegas puede leerse como oportunismo político o como estrategia de sobrevivencia partidista. 

Pero si se quiere empezar a definir el término que empleó, habría que recordarle que el estilo de la presidenta Sheinbaum es un estilo de gobierno que privilegia la evidencia sobre el capricho, la rendición de cuentas sobre la opacidad, la responsabilidad pública sobre el cálculo personal. 

Es gobernar con método, decencia y eficacia.

Porque entre el “claudismo” proclamado en Durango y los pasos de gigante en Coahuila lo que se observa es un PRI agónico buscando sobrevivir al amparo de la 4T. 

La historia reciente ya enseñó que la retórica del PRI sin hechos no funciona. 

En las pasadas elecciones en Gómez Palacio, Durango por poner un ejemplo, la gente prefirió a MORENA con Betzabé Martínez (hoy presidenta Municipal), que continuar con un modelo de gobierno agotado y sin futuro.

Se agradece, aunque sea desde el oportunismo político que Esteban Villegas haya puesto en la mesa la discusión sobre el rumbo y la guía que, de manera subyacente, la presidenta Claudia Sheinbaum empieza a marcar.

El “claudismo” podrá ser, para algunos, una etiqueta de ocasión; pero también puede convertirse en un concepto que obligue a pensar la política desde una nueva gramática.

En este punto recuerdo aquella intuición foucaultiana: el poder no es algo que se posee, sino que se ejerce y se multiplica en los discursos, en la palabra. 

El gobernador Esteban Villegas, quizá sin quererlo nos ha dejado la pista para explorar ese nuevo significante en el simbolismo político.

El “claudismo” todavía difuso en el discurso y en la gramática política será lo que ya de entrada se empieza a percibir en los hechos, en una palabra, en la consolidación del segundo piso. 

El propio estilo de gobierno de la primera presidenta de México se empieza a sentir y notar. 

Nuestra primera presidenta en la historia que por nombre, lleva Claudia.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.