Tampico estuvo ayer en la mesa de quienes califican la legalidad de las elecciones. Los magistrados del Tribunal Electoral de Tamaulipas (Trieltam) deliberaron sobre la contienda por la presidencia municipal porteña.
Movimiento Ciudadano, partido que el pasado 2 de junio obtuvo apenas 8 mil 765 votos, mientras la coalición ganadora Morena, PT y PVEM acumuló 82 mil 384, había impugnado algunas casillas con la intención de levantar un poco su porcentaje y acceder a regidurías plurinominales.
Es decir, mientras el segundo lugar, que perdió por 20 mil votos, tuvo la dignidad de no impugnar, MC que quedó en el tercero pero con un abismo de diferencia respecto al PAN, se puso a pepenar votos para arañar posiciones en el cabildo.
Tal y como lo había informado MILENIO Tamaulipas, este jueves el Trieltam empezó a resolver las apelaciones de los comicios locales y tocó a Tampico ser el primero en deliberar.
Por unanimidad, el Pleno validó la elección de Mónica Villarreal Anaya, el acta de cómputo, declaratoria de validez y constancia de mayoría.
No se esperaba otra cosa, dada la contundencia del resultado en las urnas, donde más de 82 mil tampiqueños construyeron para ella la votación más alta en la historia política de la ciudad.
De infundado e inoperante se tachó el reclamo del partido naranja, que alegó, sin poderlo probar, la integración de algunas mesas directivas de casilla con personas distintas a las autorizadas por ley, una impugnación que nunca buscó tumbar la elección, sino solo acceder a regidurías pluris.
De esas que llaman promociones frívolas, que están vacías pero hay que atenderlas.
Es la última fase del proceso electoral. Solo falta poco más de dos meses para que se instalen los nuevos alcaldes y diputados locales.
El número de impugnaciones se desplomó, solo fueron 26, mientras hace tres años hubo 750. Seguramente se debe a que la diferencia entre el primero y segundo lugar fue muy amplia en la mayoría de los casos.
El órgano custodio del voto tiene precisamente la misión de blindar la voluntad de los tamaulipecos. Para los partidos perdedores, el tema no es pedir sino acreditar sus recursos de inconformidad, pero hasta ahora lo único que han probado es su ineptitud.