Es una pregunta válida para cualquier mexicano que además se ha de preguntar ¿cuándo nos levantan el castigo como país?
¿Cuándo se le acaba a un político ese beneficio? La gente sigue albergando esperanza en que la situación mejore para su familia, para su bolsillo, para su salud, pero las noticias negativas se encadenan una tras otra y parecen que no tienen fin.
Muchos analistas escribían el año pasado que el sexenio ya tocaba su fin, que lo que se hizo ya se había hecho y ya lo que restaba era el descenso en una administración federal que no trajo bienestar para los mexicanos, al contrario. El número de pobres se incrementó hasta llegar a la cifra de 5 millones más.
Parece que ya lo que toca es la gestión de las crisis para el gobierno de la 4T, pero cómo se gestiona una tragedia como la de la estación migratoria en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde murieron hasta 40 personas por un incendio en las instalaciones, mientras permanecían encerrados por los mismos agentes del Instituto Nacional de Migración y los guardias de seguridad privada que ahí estaban.
Unas inoportunas carcajadas del Presidente en la mañanera en la que previamente había informado sobre la defunción de decenas de migrantes, le dieron parque en las redes sociales a opositores a su gobierno. Y un día después, en el control de daños, Andrés Manuel López Obrador salió a hablar, con un rostro compungido, de los momentos que más lo han perturbado durante el sexenio, como la explosión de Tlahuelilpan y ahora Ciudad Juárez.
Y al día siguiente se subió al avión para ir a la mismísima Ciudad Juárez, y el viaje no fue placentero, los videos en las redes sociales contaron los seguidores de AMLO que lo recibieron en el aeropuerto, los migrantes que le exigieron justicia y la discusión del Presidente con una mujer a la que le dijo “te mandó Maru, mi amor”, para después reunirse, como en acto de campaña, con “servidores de la nación” quienes lo ovacionaron como en sus mejores tiempos.
Mientras tanto la FGR busca culpables entre los guardias privados y agentes destacados ahí, anuncian que cerrarán la estación migratoria, pero nadie voltea hacia los mandos como Francisco Garduño, titular del INM, y cercano a AMLO, o a su jefe, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien de inmediato tiró la bolita hacia el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, por ser responsable de la política migratoria. Valiente gestión de crisis.
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