Y justo cuando las autoridades federales y estatales presumían la disminución de los homicidios dolosos en Guanajuato, surge un repunte con la masacre que ocurrió en el municipio de San Felipe, donde fueron asesinados siete jóvenes tras un festejo por el Día de la Madre, organizado por la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe Reina de los Apóstoles.
La masacre se escenificó en la comunidad de San Bartolo de Berrios, que quedó sumida en el temor que produce la disputa de la plaza entre grupos delincuenciales que operan en el estado de Guanajuato.
Por supuesto vienen las muestras de apoyo de parte de las autoridades a las familias de los jóvenes asesinados, entre ellos un menor de edad, pero el clamor de justicia de sus seres queridos se escucha fuerte.
Y también se dio la condena por parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano y del arzobispo de León, Jaime Calderón. Los obispos alzaron la voz para exigir una respuesta contundente a las autoridades, mientras que varias regiones del país se sumen en el caos ocasionado por los grupos armados y la indiferencia del gobierno federal.
Cuando se piensa que la violencia solo se focaliza en algunos estados como Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Sonora, Jalisco, Michoacán y Guanajuato, solo por mencionar algunos, que en realidad son demasiados, justo ocurre el doble homicidio de dos colaboradores muy cercanos a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada.
Un tirador ejecutó a la secretaria particular de Brugada, Ximena Guzmán, y al asesor José Muñoz, quienes murieron en la calzada de Tlalpan, una de las vialidades más importantes de la CdMx, lo que hace que se detonen las dudas de qué significa este homicidio. Un tirador experto envía un mensaje a las autoridades.
Esto es un desafío, tal y como los cárteles que se disputan el control de Guanajuato lo hacen con masacres como la de la madrugada del lunes en San Felipe.
Pues que las autoridades tomen nota y busquen a los responsables, porque esto que vivimos en México desde hace años no se puede convertir en costumbre.
Comenzaron a tener resultados en Guanajuato con la coordinación con la Federación. Ya vieron que ese es el camino. En sus manos está lograr la seguridad en el estado.