Durante décadas, el río Lerma ha sido el vertedero silencioso del crecimiento industrial en el Edomex, donde hoy, ese silencio es la apoteosis de la enfermedad ambiental. La Conagua anunció recientemente una inversión de 50 millones de pesos para recuperar 13.5 kilómetros del cauce, una fracción mínima de los más de 700 kilómetros que conforman el sistema Lerma-Chapala.
El objetivo es que el proyecto beneficie a 2.4 millones de habitantes en 23 municipios, sin embargo, ese monto revela una estrategia limitada frente a años de contaminación sistemática. Por desgracia, esa inversión insuficiente a todas luces, llega tarde y con poco alcance.
El río Lerma no necesita gestos simbólicos: necesita voluntad política, fiscalización efectiva y transparencia en la ejecución, pero se pretende continuar maquillando la crisis mientras el río muere. El Lerma no es solo un afluente, es una arteria hidráulica que conecta ecosistemas, comunidades y economías.
Sin embargo, su estado actual es alarmante; más de 80% de los contaminantes que recibe provienen de fuentes industriales que no son tratadas adecuadamente. La planta Reciclagua, que desde hace 43 años trata aguas residuales de 230 empresas del parque industrial Lerma, opera con tecnología obsoleta, diseñada para tratar aguas biológicas, cuando hoy enfrenta cargas químicas que simplemente no puede procesar.
Expertos en tratamiento de aguas industriales coinciden: sin una modernización profunda, Reciclagua no puede cumplir su propósito, y sin una solución integral, los 13.5 kilómetros que se buscarán recuperar serán apenas un parche en una herida que se extiende por cientos de kilómetros. En términos de infraestructura hidráulica, 50 millones de pesos es una cifra modesta; para ponerlo en perspectiva, modernizar una planta de tratamiento industrial puede costar cientos de millones, además, el saneamiento de un río no se limita a limpiar el cauce: implica monitoreo constante, control de descargas, reforestación de márgenes, educación ambiental y, sobre todo, voluntad política.
Sanear el Río Lerma no es solo una cuestión ambiental, es una deuda histórica, es devolverle a millones de mexicanos un entorno digno, saludable y sostenible.
Rastreando
La Barra de Abogados del Estado de México lanzó el Programa de Actualización Profesional Continua en Derecho, bajo la coordinación del doctor Agustín Flores Jaimes. La iniciativa busca fortalecer la preparación de los litigantes ante los cambios legislativos y recuperar la confianza ciudadana; la apuesta del destacado jurista es disipar la desconfianza en torno al sistema de procuración y administración de justicia, y que a su vez, los abogados gocen de mayor credibilidad y prestigio desde un ámbito colegiado.
¡Qué sorpresa! José Couttolenc quiere gobernar el Edomex, -sin la ayuda del partido guinda-… justo lo que la entidad con más retos en el país necesita: más experiencia en marketing de influencers que en políticas públicas... pero, ¿quién necesita propuestas cuando se tiene buen manejo de redes?...
Por otro lado, golpear periodistas el 2 de octubre no sólo es una afrenta a la libertad de expresión, es una burla a la memoria histórica; algunos cuerpos policiacos no han aprendido nada, siguen creyendo que el silencio se impone a golpes...
Pregunta seria: ¿por qué, cada que tiene oportunidad, el diputado de Morena Octavio Martínez Vargas externa una marcada animadversión hacia el titular de la FGJEM, José Luis Cervantes?, lo acusa de incapacidad, vínculos dudosos y de representar “la continuidad del viejo régimen”. Sin embargo, el fiscal mexiquense goza de la confianza de la gobernadora Delfina Gómez y continúa entregando resultados tangibles...