La semana que recién concluye fue de algunas sorpresas en materia económica. En los Estados Unidos se informó que en el primer trimestre de 2022, su Producto Interno Bruto (PIB) disminuyó -1.4% a tasa anual, lo que contrasta ampliamente con el crecimiento de 6.9% anual en el cuarto trimestre de 2021. La caída se debió a un déficit comercial cada vez mayor, a una tasa de inversión en inventarios por parte de las empresas más lento y la disminución del gasto de estímulo del gobierno.
No obstante la caída del PIB, el gasto de los consumidores aumentó a una tasa anual del 2.7% en el primer trimestre, una ligera aceleración comparado con el desempeño de finales del año pasado. Un informe del Departamento de Comercio sobre el consumo y la inflación en marzo muestra que el gasto también se aceleró el mes pasado, ya que el aumento de los salarios impulsó a los estadounidenses a salir a cenar y viajar más. Sin embargo, los mayores costos salariales y prestaciones laborales se encuentran entre los factores que, según las empresas, las están llevando a aumentar los precios de los bienes y servicios.
Ahora, en el caso de México, tenemos que contrario a lo que sucedió en el vecino del norte, el INEGI informó que con cifras preliminares, en el primer trimestre de 2022, el Producto Interno Bruto de México creció 0.9% respecto al trimestre inmediato anterior. Esta tasa es resultado de que las actividades primarias se contrajeron -1.9%, mientras que las secundarias y terciarias avanzaron 1.1% en ambos casos. En cuanto al comparativo del primer trimestre de 2022 respecto del mismo trimestre de 2021, tenemos que el PIB creció 1.6%, producto de que las actividades primarias aumentaron 2.1%, las secundarias 2.8%, mientras que las terciarias apenas 0.6%. Cabe señalar que parte de este crecimiento a tasa anual de 1.6% se debe a un “efecto rebote” ya que todavía hace un año, en el primer trimestre de 2021 el PIB había disminuido -3.8%.
No obstante lo anterior, queda claro que el sector más dinámico de la economía es la industria, y en particular, las manufacturas, mismas que se han visto beneficiadas por el crecimiento de las exportaciones a Estados Unidos, las cuales han crecido por la fortaleza del gasto del consumidor estadounidense, como lo señalé líneas arriba. ¿Qué pasará con el PIB de México este año y el que viene? Pues las expectativas de crecimiento se siguen ajustando a la baja, siendo el caso más reciente el de la CEPAL, organismo que bajó su pronóstico a 1.7% para el 2022. El riesgo de estanflación para México es muy alto y ante la ausencia de políticas públicas que incentiven el crecimiento, pues básicamente dependemos de lo que suceda con la economía de Estados Unidos para ver qué tanto podremos crecer en lo que resta del año.
Las perspectivas de crecimiento económico para este año, de 1.7% implican que el PIB de todo 2022 será todavía 2.1% más bajo que el que tuvimos en 2019; y si en 2023 crecemos 2.0%, entonces el PIB de ese año será 0.2% inferior al de 2019. Así de atrasados estamos en materia de crecimiento, por lo que la expectativa es que este sexenio será de CERO crecimiento económico neto. Sin embargo, este escenario no está exento de riesgos. Ya veremos cómo va evolucionando la economía de Estados Unidos, la inflación, el endurecimiento de la política monetaria y el alza en tasas de interés, entre otros temas.
En México, desde luego que será en los estados en donde veremos la lucha de cuales destacan y cuales se siguen rezagando. Como se presentó en esta entrega, ya hay 8 estados (tres de los cuales son de la región del Sur-Sureste) que tienen un nivel de actividad económica superior al observado en 2019. Pero hay entidades con vocación turística, y el caso de la Ciudad de México, que en 2021 registraron un nivel de actividad similar al que tenían hace cinco años. Mención aparte merece el impresionante caso del estado petrolero de Campeche, ya que en 2021 su nivel de actividad económica fue 35.4% inferior al que tuvo en el 2013 y sigue cayendo. También están los casos de Tabasco, Chiapas y Veracruz, que si bien los dos primeros son líderes de crecimiento en el actual sexenio, tuvieron niveles de actividad en 2021 inferiores a los de 2013.
En este contexto, es que los gobernadores que sepan hacer alianzas con el sector privado y generen condiciones propicias para la inversión, podrán destacar a pesar de un complicado marco macroeconómico en el ámbito nacional. Los estados que sean capaces de implementar políticas públicas en las que se puedan desarrollar las micro y pequeñas empresas, están destinados a destacar, mientras que los que centren su atención sólo en las grandes empresas podrán tener buenos indicadores globales, pero tendrán problemas sociales importantes. Obvio, aquellos estados en los que los gobernadores sigan tratando con desdén a la iniciativa privada, les irá muy mal y se seguirán rezagando.
Es así que ahora, más que antes, el hacer alianzas con el sector empresarial y la implementación de políticas públicas inteligentes en el ámbito local, será lo mejor que pueda hacer un gobernador que verdaderamente este preocupado por el desarrollo de su entidad.
Alejandro Gómez Tamez*
alejandro@gaeap.com
@alejandrogomezt
* Director general gaeap