Política

Siete tiros (por la izquierda y por la derecha)

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Vaya disputa política la que generó el lamentable, condenable y terrible asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo.

Desde la noche del sábado la discusión pública y privada se concentró en quién tuvo la culpa de lo que le pasó, después de más de un año en el cargo diciendo que su vida corría peligro por estar enfrentado al crimen y oponerse a negociar con algún delincuente.

Manzo es muestra de lo que vivimos en México desde hace décadas y ninguna estrategia federal lo ha podido cambiar: en este país quien te quiere matar, te mata. Eso como mexicanos nos pone en la total indefensión. Seamos apartidistas, de derecha o de izquierda. Da igual.

El alcalde llegó al cargo por la vía independiente. No hay partido que pueda decir que estaba en sus filas. Sí tuvo una carrera política anterior, incluso con Morena, pero no mataron al integrante de un partido para que uno u otro lo asuma como propio. Así que no les queda victimizarse.

La víctima fue él, su familia, seres queridos y cercanos. Mataron a un padre de familia, esposo, hijo, hermano y amigo. Y aunque contaba con protección federal y de escoltas municipales de su confianza, ninguno impidió que el tirador se acercara y le disparara. Si le pasó a él, le puede pasar a cualquiera.

¿Cuánto tiempo seguirán debatiendo los políticos y sus seguidores sobre “responsabilidades”?

Que si Calderón desató la guerra en Michoacán. Que si el que le pidió la intervención fue el entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel, hoy jefe de la Oficina de Presidencia. Que si con Peña las cosas empeoraron. Que si AMLO no resolvió el problema. O si aún es temprano para que la estrategia de Sheinbaum rinda frutos en ese estado.

Sea lo que sea, en las últimas dos semanas el crimen organizado le ha arrebatado la vida a dos líderes sociales que se negaron a hacerle al juego a los delincuentes: el líder limonero de Apatzingán, Bernardo Bravo, y el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.

Ambos adultos jóvenes echados para adelante, cuya valentía los terminó poniendo a expensas de sicarios. Uno intentando resolver las extorsiones de las que son víctimas los productores y el otro llamando a combatir a los criminales en su municipio.

El asunto no se resuelve con ideología política. Nos atañe a todos por el simple hecho de ser mexicanos. Porque el enemigo no es quién gobernó, ni quién gobierna, son los criminales que nos están matando.

Los siete tiros que mataron a Carlos Manzo se los dieron por la izquierda y por la derecha.


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Alejandro Domínguez
  • Alejandro Domínguez
  • alejandro.dominguez@milenio.com
  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnMilenio L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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