Espectáculos

La vergüenza como sentimiento por explorar

La vergüenza es una emoción social que aparece cuando sentimos que algo nuestro queda expuesto y podría ser juzgado. No solo tememos “quedar fuera del grupo”: tememos ser señalados, malinterpretados o burlados. Con esa definición, pensemos en la vergüenza como un semáforo interno: una luz que se enciende para avisarnos que hay algo valioso en juego—nuestra historia, pertenencia o dignidad. A veces nos protege; otras, nos detiene justo donde podríamos crecer.

La vergüenza no nace en el vacío, se aprende en casa con frases que lastiman (“no hagas el ridículo”, “mira a tu hermano, él sí pudo”), con comparaciones y silencios que dicen “así no”. Esos mensajes se graban en el cuerpo—garganta apretada, mejillas calientes, ojos al piso—y con los años se convierten tu voz interna. Ya adultos, esa narrativa guía el cuidado de la salud.

Gabor Maté—médico canadiense y autor reconocido— enmarca la vergüenza como un freno profundo al cuidado. Su frase: “La vergüenza es la más profunda de las emociones ‘negativas’; haremos casi cualquier cosa por evitarla. Lamentablemente, ese miedo constante a la vergüenza dificulta ver la realidad”, nos recuerda que cuando el miedo a avergonzarnos manda, dejamos de ver con nitidez y que lo que parecía prudencia se vuelve barrera: ocultamos síntomas, posponemos chequeos, nos aislamos y callamos—y la salud paga el precio.

Lo veo cada semana en el consultorio: muchas personas llegan con vergüenza de sus síntomas, de sus hábitos, de “no haber podido”. Y entiendo por qué. Durante años la medicina fue paternalista: enseñaba desde el regaño, señalaba el error y ponía en evidencia al paciente que terminaba sintiéndose culpable. Ese estilo producía obediencia, sí, pero también miedo, silencio y abandono a tratamientos. Hoy las generaciones han cambiado: la empatía forma parte del entrenamiento médico y sabemos que sin compasión no hay adherencia ni resultados.

Diferenciar ayuda: sentir vergüenza es lo que ocurre por dentro (una emoción válida); “pasar vergüenza” es cuando te exponen o te juzgan, y hoy quiero pensar que somos más los buenos. Y no solo en el hospital: en tu grupo de amigos, familia, comunidad. La mayoría comprende y acompaña cuando alguien sale de su zona de confort. Nos acercamos con empatía, sostenemos la incomodidad sin exhibir, evitamos la broma “inocente” que hiere y ofrecemos palabras de aliento. Si hoy sientes que tu entorno no es así, muévete de lugar: busca y cultiva espacios de respeto. Esa red silenciosa convierte la vergüenza en un puente hacia el cuidado, no en un muro.

Explorar la vergüenza no requiere grandes gestos: empieza en lo cotidiano. Aprende algo nuevo aunque te sientas torpe, ve al cine solo, manda el primer mensaje, inscríbete a una clase de baile, juega con tus hijos en el parque sin cuidar la apariencia, canta en voz alta, prepara un postre para compartir. En cada intento el cuerpo se tensa, la mente imagina juicios y, al final, no pasa nada grave. Descubres que la gente es más amable de lo que pensabas y ese aprendizaje se traslada a lo importante: explicarle al médico tus síntomas con claridad, acudir a un chequeo aunque sea incómodo, contar tu historia clínica familiar tal como es.

Si hoy la vergüenza te frena, no te pelees con ella: escúchala y da un paso breve hacia lo que te hace bien. Y si ves a alguien batallando, no lo hagas pasar vergüenza: acompáñalo con respeto y palabras de aliento y admiración. Al final, de eso se trata: de tener menos miedo y más cuidado para vivir más y mejor.

Alfredo San Juan
Alfredo San Juan



Google news logo
Síguenos en
Ale Ponce
  • Ale Ponce
  • Experta en ciencia e investigación de la nutrición con destacadas habilidades en el campo de la nutrigenómica y los alimentos funcionales. Vasta experiencia en el área de nutrición clínica y administración educativa. Publica su columna Vive más y mejor todos los lunes.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.