Negocios
  • El milagro que nadie vio venir: los pobres que salieron de la estadística

  • Con los resultados de la medición oficial de pobreza en 2025, tenemos los números más bajos de nuestra historia. ¿Qué lecciones nos deja sobre el combate a la desigualdad?
México alcanza los niveles más bajos de pobreza en un siglo, pero el reto sigue siendo convertir las cifras en igualdad real | Especial

DOMINGA.– La historia de la pobreza en México es de larga data, un camino de más de un siglo de estimaciones. Al menos desde la Revolución ha sido una preocupación clara y se puede notar en los discursos de distintos caudillos, como lo fueron Venustiano Carranza o Álvaro Obregón.

Las mediciones oficiales más o menos fidedignas las podemos encontrar desde los años setenta. Algunos académicos, como Miguel Szekély, han producido mediciones que nos llevan hasta los años cincuenta. En el libro que escribo sobre el tema me he dado a la tarea de extender las estimaciones.

Con los resultados más recientes del Inegi, vemos los números más bajos de pobreza en nuestra historia: 13.4 millones de mexicanos salieron de ella entre 2018 y 2024, años que comprendieron el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

Aunque las cifras muestran menos pobreza, la realidad aún deja a muchos fuera del conteo | Octavio Hoyos
Aunque las cifras muestran menos pobreza, la realidad aún deja a muchos fuera del conteo | Octavio Hoyos


La hazaña ha desatado muchos debates sobre esta reducción. Nos estamos preguntando si es la más grande reducción en nuestra historia, si se podrá continuar reduciendo la brecha al mismo ritmo o si se trató de un artefacto de los instrumentos de medición.

¿Qué lecciones podemos aprender sobre el combate a la pobreza? Vale la pena iniciar por el principio. Definimos a la pobreza como la situación en la que una persona no puede alcanzar un ingreso suficiente para satisfacer cierto nivel de consumo. Por ello desde que se estudia el fenómeno en distintas partes del mundo, la forma más común de cuantificar es estableciendo una “línea de pobreza”.

Una línea de pobreza es la cantidad de dinero que se estima como un mínimo indispensable para satisfacer una serie de necesidades que permitan a un individuo funcionar en la sociedad. Es decir, cubrir las necesidades básicas de alimentación, recreación, vivienda, salud. La primera línea de pobreza en la historia fue creada por Charles Booth, a finales del siglo XIX, aunque ideas similares se pueden rastrear al menos un siglo atrás.

Charles Booth, empresario y reformador social británico, creó a finales del siglo XIX la primera línea de pobreza moderna | Especial
Charles Booth, empresario y reformador social británico, creó a finales del siglo XIX la primera línea de pobreza moderna | Especial


Las primeras aplicaciones modernas se dieron en el Reino Unido en los años cuarenta, cuando el sociólogo Seebohm Rowntree, como parte de un estudio en la ciudad York, definió una línea semanal que equivalía a la suma de dinero que permitía a una persona “llevar una vida saludable”. De forma intuitiva podemos darnos cuenta que la medición de la pobreza es por lo tanto una medición dinámica. Cambia conforme lo hacen los precios de los bienes de consumo. En México por eso solemos pensar en líneas de pobreza urbanas y rurales, que reflejan las diferencias en costos de la vida dependiendo de dónde vivan las personas.

Si bien esta forma de medir y entender la pobreza es la más común: la usan organismos internacionales como el Banco Mundial al establecer distintas líneas dependiendo del nivel de ingreso de las personas. No obstante, algunos países tienen definiciones un poco más ad hoc con sus sociedades.

Algunos países de Europa, por ejemplo, Suecia, define la pobreza como las personas con ingresos inferiores a 60% de la mediana del ingreso. Por lo tanto, algo que se desprende de estas diferencias en formas de medición es que quienes pueden ser clasificados como pobres en un país, podrían no serlo en otro.

AMLO cita a Adam Smith, el padre del liberalismo económico | EFE
AMLO cita a Adam Smith, el padre del liberalismo económico | EFE


No obstante, todas las definiciones siguen una lógica similar, aunque en su aplicación sean diferentes. Es una idea que podemos rastrear desde la Teoría de los Sentimientos Morales, de Adam Smith, que ve a la pobreza como la exclusión social de las personas. Hoy esta idea la entendemos como si los individuos cuentan o no con los recursos suficientes para ser libres y funcionar en sociedad, teniendo la oportunidad de hacer todas las actividades que una persona “normal” puede hacer.

La línea del bienestar que se mide en México


En el caso de México hemos sido pioneros en otro tipo de medición, la llamada “medición multidimensional de la pobreza”, que se entiende en términos de carencias, falta de acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, a la alimentación, etcétera. En nuestro país estar por debajo de la línea de pobreza se le llama línea de bienestar”.

La motivación de este tipo de definiciones sigue una lógica similar. ¿Qué tan bien puede funcionar una persona en la sociedad? Y siguiendo de inspiración el trabajo de Amartya Sen, ¿qué tan libres son esas personas?

Desde 2008 México estableció de manera legal que sea ésta la que se considere la medición oficial de la pobreza. Aunque primero estuvo a cargo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), y ahora la obligación recae en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la medición ha sido básicamente la misma.

En un país que presume avances históricos contra la pobreza, comunidades como ésta recuerdan que la desigualdad sigue siendo estructural | Nelly Salas
En un país que presume avances históricos contra la pobreza, comunidades como ésta recuerdan que la desigualdad sigue siendo estructural | Nelly Salas


Metodológicamente la medición se ha mantenido constante con el objetivo de poder mantener la comparabilidad en el tiempo. No obstante, el instrumento que se usa para obtener los datos, la Encuesta Nacional de Ingreso y Gastos en los Hogares (Enigh) sí ha tenido cambios. En 2016 por ejemplo, se perdió la comparabilidad de la medición porque la Enigh sufrió cambios importantes.

Modificar el instrumento, bajo circunstancias que se percibieron como políticas, desató una enorme presión política que enfrentó al gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto. La presión y una excelente argumentación técnica de académicos e instituciones, terminó por hacer que el Inegi en ese año se viera obligado a crear un modelo estadístico que permitiera cierto nivel de comparabilidad con la serie histórica. La lección no fue que no se puedan realizar cambios en los instrumentos, sino que estos deben estar debidamente sustentados en criterios técnicos y hacerse de forma cuidadosa para preservar la comparabilidad de la serie.

Por esa razón, de 2016 en adelante la Enigh ha sufrido algunos ajustes menores para corregir preguntas con errores. Aun así, es generalmente aceptado que podamos comparar sin problemas de 2008 a 2014 y de 2016 a 2025. Además, con el uso del modelo de ajuste estadístico de 2016, podemos comparar toda la serie completa de 2008 a 2025 (ver Figura 1).

Figura 1/ Evolución de la Pobreza Multidimensional y de la Pobreza Extrema. Fuente/ 2008-2022 Coneval, 2024 INEGI.
Figura 1/ Evolución de la Pobreza Multidimensional y de la Pobreza Extrema. Fuente/ 2008-2022 Coneval, 2024 INEGI.


Los resultados de la medición dependen tanto de la definición que usamos como de la calidad de los datos de ingreso y niveles de precios. Así, por poner un ejemplo, si usamos la misma encuesta, la Enigh, pero aplicamos la definición de pobreza de Suecia (el estándar europeo de pobreza relativa AROP-60), el resultado es que la pobreza es de 26% versus 29.6% estimado con la metodología multidimensional.

Si comparamos las trayectorias de la pobreza extrema y de la AROP-60, que intuitivamente están altamente correlacionadas por ser mediciones que se concentran en la parte baja de la distribución del ingreso, podemos notar que siguen trayectorias muy similares, de hecho, tienen una correlación del 75%.

Este pequeño ejercicio muestra cómo la captación del ingreso es bastante consistente en el tiempo, especialmente para la parte baja de la distribución. La evolución de la pobreza en este ejemplo puede verse en la Figura 2. Este ejercicio nos muestra que la especulación sobre la mejora en la captación de recursos por la Enigh es poco relevante y ha sido en términos de medición de las carencias francamente una discusión bizantina. La razón es simple: proviene de un aumento en la distribución funcional del ingreso (la suma de todos las remuneraciones como porcentaje del producto nacional).

Figura 2/ Comparación de las mediciones de Pobreza Multidimensional, Pobreza Extrema y AROP-60.  Nota: Los cálculos de la AROP 60 son hechos usando
Figura 2/ Comparación de las mediciones de Pobreza Multidimensional, Pobreza Extrema y AROP-60. Nota: Los cálculos de la AROP 60 son hechos usando


El ejemplo anterior también nos sirve para mostrar qué hace que sean tan diferentes los resultados si se usa una medición multidimensional de carencias versus otras evaluaciones basadas únicamente en líneas de pobreza. La definición multidimensional incorpora la dimensión del ingreso, pero también otros déficits en derechos sociales.

Una persona que tiene dos o más carencias y además está por debajo de la línea de pobreza es considerada pobre. Una persona que no cumple esas condiciones, pero está por debajo de la línea o tiene hasta una carencia, se considera vulnerable. Una persona por debajo de la línea de subsistencia, es decir que su ingreso está por debajo de los niveles mínimos que le permiten adquirir sus alimentos, es considerada como pobreza extrema.

Ninguna medición es estrictamente mejor que otra, cumplen funciones distintas y de hecho son complementarias. Nos permiten observar distintas dimensiones del fenómeno y con ello diseñar mejores estrategias de combate.

El milagro mexicano introdujo a los pobres urbanos del siglo XX


Una vez que tenemos claro cómo se define y medimos la pobreza, podemos comenzar a pensar en cómo ha sido su evolución a muy largo plazo. En México la historia de la pobreza es de larga data, al menos desde la Revolución ha existido una preocupación clara por entender y atender el problema. Se puede notar en los discursos de líderes revolucionarios, como Venustiano Carranza o Álvaro Obregón.

No obstante, las mediciones oficiales que resultan más o menos fidedignas las podemos encontrar desde la década de los setenta. Algunos académicos como Miguel Szekély han producido mediciones que nos llevan hasta los años cincuenta. En el libro que escribo sobre la historia de la pobreza en México me he dado la tarea de extender las estimaciones hasta finales del siglo XIX. 

Figura 3: Evolución Histórica de la Pobreza por Ingresos 1895-2024. Nota: estimaciones usando un Bootstrap paramétrico con los datos de desigualdad de Castañeda
Figura 3: Evolución Histórica de la Pobreza por Ingresos 1895-2024. Nota: estimaciones usando un Bootstrap paramétrico con los datos de desigualdad de


Lo que podemos ver en la Figura 3 es un camino de más de un siglo de reducción de la pobreza. Este camino nos ha llevado a los que hoy son los números más bajos en nuestra historia. A finales del siglo XIX, como era el caso en la mayor parte del mundo, la gran mayoría, más del 90% de la población se encontraba en una situación de pobreza. Hasta el triunfo del programa revolucionario con la Constitución de 1917 y el establecimiento de derechos sociales y laborales es donde comenzamos a ver una reducción modesta pero sistemática.

El gran cambio ocurre en las décadas del milagro mexicano. No es algo que debería resultar sorpresivo, las altas tasas de crecimiento económico de los años cincuenta a los setenta permitieron la formación gradual de una clase media y sacar de la miseria a millones de mexicanos. En ese lapso de tiempo, la pobreza bajó de niveles superiores al 80% a cerca del 60%. Como se ve en la pendiente de la Figura 3, es el periodo de reducción de pobreza más importante en más de un siglo.

No obstante, ese momento histórico enfrentó dos retos importantes que limitaron la capacidad del Estado mexicano para disminuir aún más la pobreza. Por un lado, el rápido crecimiento poblacional y la fuerte migración del campo a las ciudades. Son fenómenos que sobrepasaron la capacidad de la economía nacional de crear empleos y que, por lo tanto, comenzaron una producción de pobres urbanos.

Indígenas rarámuris alzan la voz por condiciones dignas, recordando que la pobreza no se mide solo en números | Alejandro Guzmán
Indígenas rarámuris alzan la voz por condiciones dignas, recordando que la pobreza no se mide solo en números | Alejandro Guzmán


Por otro lado, la alta desigualdad de este periodo, el objetivo de la creación de la clase media y el mantenimiento de los privilegios de la clase alta, terminaron por condenar al olvido a una parte de la clase baja del país.

Es importante destacar que esta reducción ocurrió sin que existieran programas sociales. Es fundamentalmente el cambio estructural de la economía mexicana (su modernización y su paso de la agricultura a las manufacturas y servicios) y el alto crecimiento económico que le acompañó en esos años, lo que permitió la disminución de la pobreza.

Aquí podemos encontrar una primera y muy importante lección: el crecimiento económico, en especial si este es pro-pobre, es fundamental si se piensa en combatir la pobreza de forma acelerada y sostenida.

La política social que nació para responder a los estragos de las crisis


Con el agotamiento del modelo económico del desarrollo estabilizador, y la década perdida de los años ochenta, es cuando comenzamos un periodo de deterioro económico que hizo que la pobreza creciera dramáticamente. Crisis como la de 1995 mantuvieron la pobreza a niveles muy elevados. Entre ese año y 2005 comenzó un proceso gradual pero sostenido de reducción sobre todo resultado de la combinación de un periodo de estabilidad económica, con algunas mejoras en términos de crecimiento y con el uso más agresivo de programas sociales. Entre 2006 y 2014 volvemos a ver un periodo en que la pobreza vuelve a crecer, y desde 2015 a la fecha encontramos otro periodo de reducción sistemática y sostenida de la pobreza.

Esta historia con sus muchas altas y bajas nos ofrece lecciones valiosas. La primera y más importante es el rol del crecimiento económico. La segunda es la importancia de la estabilidad macroeconómica, pues las grandes crisis no sólo han minado nuestra capacidad de crecimiento potencial, también nos han dejado un legado de pobreza que aún no terminamos de superar.

Entre rieles y láminas, un asentamiento en Tacuba revela los límites del bienestar urbano | Jesús Quintanar
Entre rieles y láminas, un asentamiento en Tacuba revela los límites del bienestar urbano | Jesús Quintanar


Una tercera lección es que la política social puede ser una herramienta importante pero no es un sustituto para una economía que crece y genera buenos empleos. La política social nació como un recurso para responder a los estragos de las crisis. Para intentar compensar a una población que en su mayoría resultó perdedora. Nació como un bálsamo, no como soluciones a los problemas estructurales.

La política social nunca ha sido ni en México ni en ninguna otra parte del mundo una herramienta principal de desarrollo económico. La política social es una herramienta que debe complementar al desempeño de la economía pero que nunca la va a poder sustituir. Por eso es necesario dejar de pensar en términos de programas sociales como eje rector de la economía y, más bien, pensar en políticas productivistas y de crecimiento como estrategia de largo plazo.

Otra lección que podemos ver al comparar los distintos periodos es que nuestra reducción actual ha ocurrido en el marco de un esfuerzo muy concreto por reducir la pobreza. En los cincuenta o sesenta se deseaba reducirla, pero no existían políticas específicas con ese sólo objetivo. Hoy, así como en el periodo de 1995 y 2005 se logró una reducción importante buscando como objetivo que así sucediera.

Es decir, las reducciones recientes han sido un triunfo de la política pública. Es aún más destacado que en los últimos años se lograra dicha reducción con una economía prácticamente estancada. El factor decisivo fue la corrección de una injusticia histórica: el congelamiento de los salarios mínimos.

En Apango, una escuela de madera y ladrillos improvisados muestra que la desigualdad también se aprende desde el aula | Omar Franco
En Apango, una escuela de madera y ladrillos improvisados muestra que la desigualdad también se aprende desde el aula | Omar Franco


Ahora bien, aunque los resultados de los últimos años han sido positivos, sería un error pensar que son replicables hacia el futuro. Los límites de la redistribución sin crecimiento están muy próximos a ser alcanzados, si no es que ya lo fueron. Los salarios mínimos no pueden crecer infinitamente sin crear distorsiones poco deseables. Los programas sociales históricamente se han mostrado de una efectividad limitada. Es por lo tanto el crecimiento económico la única forma de asegurar reducciones mayores hacia futuro. Claro está que es un crecimiento que debe ser redistributivo.

La política social puede seguir jugando un rol, sobre todo atendiendo de forma más focalizada a la pobreza extrema, es un rol importante pero secundario. De la misma manera la corrección de injusticias históricas aún puede ofrecernos algunas ganancias, por ejemplo, implementar políticas que aumenten la participación femenina en el mercado laboral.

Si algo nos enseña nuestro pasado y las experiencias alrededor del mundo es que el crecimiento es el único futuro viable.


GSC / MMM


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Dominga es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/dominga
Dominga es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.
Más notas en: https://www.milenio.com/dominga