DOMINGA.– El grupo militante palestino está renunciando a gran parte de la influencia que tiene sobre Israel, sin garantías de que se cumplan algunas de sus principales exigencias
Hamás asumió un riesgo considerable al aceptar liberar a los rehenes que quedaban en Gaza, renunciando a gran parte de la influencia que tiene sobre Israel sin tener la certeza de que conseguiría todo lo que quería a cambio.
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El grupo militante palestino había dicho durante mucho tiempo que estaba dispuesto a liberar a todos los rehenes a cambio de la retirada completa de las fuerzas militares israelíes de Gaza, el fin permanente de la guerra y la liberación de presos palestinos. El acuerdo alcanzado el jueves sólo garantiza una de esas tres cosas: la liberación de los prisioneros.
No hay certeza de que esto conduzca al fin de la guerra y, en un principio, sólo prevé un repliegue parcial de las fuerzas israelíes.
Los analistas dijeron que se trataba de un gran compromiso que reflejaba cómo Hamás se había debilitado gravemente durante los dos años de guerra y había sufrido recientemente una enorme presión por parte de importantes aliados como Catar y Turquía.
“Hamás acaba de hacer grandes concesiones”, dijo Esmat Mansour, analista palestino que pasó años en cárceles israelíes con dirigentes de Hamás. “Está asumiendo un riesgo al creer que la guerra terminará, pero también tiene pocas otras opciones a su disposición”.
El acuerdo prevé el intercambio de todos los rehenes supervivientes, y los cadáveres de otros, por cientos de presos palestinos.
Los asuntos pendientes del acuerdo con Israel
El acuerdo no aborda una serie de asuntos que han sido puntos de fricción persistentes en anteriores rondas de negociaciones sobre el alto al fuego en Gaza, dejándolos para futuras discusiones, según dos funcionarios de un país árabe mediador, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir detalles delicados.
Los asuntos pendientes incluyen un plan para el gobierno de Gaza tras la guerra y la antigua exigencia de Israel de que Hamás se desarme.
Estos funcionarios dijeron que, al aceptar, Hamás depositaba su confianza en Estados Unidos para garantizar que Israel no reanude la guerra.
En futuras negociaciones, Hamás aún podría conseguir concesiones de Israel, posiblemente que le dejen cierto acceso a las armas y un papel en la Gaza de la posguerra.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dicho sistemáticamente que Hamás debe desarmarse antes de que pueda terminar la guerra en Gaza. Hamás considera desde hace tiempo que eso equivale a rendirse y ve la lucha armada como una forma legítima de resistencia contra el control israelí de las tierras palestinas.
Nos espera un “largo camino”, dijo el analista Mansour. “Las cuestiones pendientes no son fáciles”.
Natan Odenheimer colaboró con reportería
*Adam Rasgon es reportero del Times en Jerusalén y cubre asuntos israelíes y palestinos.
