La red de tráfico de combustible que hoy salpica y tiene en la mira de las autoridades al dueño de parte de la franquicia Miss Universo, Raúl Rocha Cantú, ha revelado, gracias a la información de inteligencia obtenida por la Fiscalía General de la República (FGR), cómo opera a detalle el tráfico de combustible desde que llega procedente de otros países, cómo se almacena y cómo se vende a empresas legalmente constituidas para generar millones de pesos en ganancias.
¿Cuál es la función de Rocha Cantú dentro de la red criminal?
De acuerdo con el expediente que conforma la orden de aprehensión contra Rocha, al que MILENIO tuvo acceso, y otras 11 personas, a finales de 2024 se detectó una red criminal que operaba desde la Ciudad de México, involucrada en el tráfico de drogas, de armas y de combustibles.
Raúl Rocha es identificado como miembro de la red criminal desde el 15 de diciembre de 2024, derivado de interceptaciones de comunicaciones en las que participó o en las que se le menciona.
Al frente del negocio está Jacobo Reyes León, encargado de coordinar la trama criminal y también identificado como un servidor público.
Fue director de Seguridad Ciudadana y comisario de Seguridad Pública del municipio de Acolman, Estado de México, y candidato a presidente municipal en San Martín de las Pirámides.
Reyes también es socio de la firma de seguridad privada Valvón Servicios Integrales, señalada por lavar dinero para el Cártel Jalisco Nueva Generación y La Unión Tepito.
A Rocha se le vincula como un miembro “con funciones de dirección, en la organización investigada, inyecta capital en la importación de combustible procedente de Guatemala y Estados Unidos de América”.
Según el documento en poder de MILENIO, “se concluye que uno de los principales socios de Jacobo Reyes León en la compraventa de hidrocarburo obtenido ilícitamente, quien es citado en las conversaciones como Rocha y/o Raúl y/o Raúl Rocha, es Raúl Rocha Cantú”.
Las ganancias las obtenía directamente a través de Daniel Roldán Morales, alias El Inge, quien cuenta con gasolineras que utilizaban el combustible adquirido principalmente en Guatemala, pero también en los Estados Unidos.
La Espuela y El Patio, los centros clandestinos de combustible y armas
La forma de operar consta en que los miembros contaban con centros de operación y almacenamiento de combustible en Querétaro, Ciudad de México y Estado de México, donde resguardaban y despachaban el combustible, que podía ser gasolina, diésel, MTBE o NAFTA.
Los centros de almacenamiento se llamaban La Espuela, bajo la razón social Ferropolymers, en Querétaro, una estación ferroviaria a donde llegan carrotanques, y El Patio, también conocido como Quinta La Chingada, donde además se realizaban mezclas de combustible.
Según un denunciante, en La Espuela también se almacenaban armas de fuego, a las cuales se les retiraban números de serie y de identificación, antes de distribuirlas en la Ciudad de México y otros lugares.
“Que también en La Espuela es donde guardan las armas hasta que se enfrié el pedo (sic)”, señala el denunciante.
Después de adquirido y almacenado el hidrocarburo, la gasolina o el diésel, era distribuido a varias empresas, como AGUI-MAR y PALMA SIKA, y las empresas Tabasco Capital, PTYH, Mada Energy, GN OIL y GMR Energéticos se encargaban de realizar facturas falsas para disfrazar la venta como algo legal.
Se identificó que, en algún momento, Jacobo Reyes incluso pensó en rentar gasolineras para también vender el huachicol, en alianza con Raúl Rocha, y otros miembros del grupo criminal.
“Tratando de formalizar dicha actividad consiguió rentar dos gasolineras por dos millones de pesos en la que pretende vender su producto y asociarse con más personas como Raúl (probablemente Raul Rocha Cantú), El EME, Coque, Daniel Roldán, entre otros”, se desprende de la carpeta de investigación.
El trato con empresas
Una serie de llamadas realizadas por un Guardia Nacional para obtener inteligencia, revelaron que un hombre identificado como Iker, era un punto de contacto con las firmas que buscaban adquirir huachicol gracias a su bajo precio.
El agente, quien se hizo pasar por un empresario y consiguió un teléfono de Iker, realizó la siguiente llamada:
Iker: —Bueno—
GN: —Buenas tardes, ¿con el señor Iker? Por favor—
I: —Sí, ¿quién habla?—
GN: —Me proporcionó su número el señor Jacobo, ando buscando quien me surta alimento (gasolina) para mis camiones—
I: —¿Ya te explicó cómo es la movida?—
GN: —Sí, algo me comento el señor Jacobo. Tengo empresa grande y quisiera comprar con usted, yo tengo quien me facture por fuera—
I: —Ok, te voy a mandar unas cosas por el WhatsApp para que nos vayamos entendiendo, después que las veas me vuelves a marcar. Solo te comento que yo no facturo, todo es del tubo—
GN: —Ok, lo checo entonces y le marco—
I: —Ok—
Otra llamada, con Daniel Roldán, otro operador de la red criminal, explica que en algunos casos incluso se permitía que algunas unidades o vehículos cargaran combustible directo de sus tomas.
Daniel Roldán: —Sobres pues, escríbeme por whats y pásame el nombre de tu empresa. De una vez te comento, no hay facturas, de eso tú te encargas y todo es del tubo. Si traes tus unidades hay que meterlas a la toma, ya te la sabes, mijo.—
En otra llamada realizada por un agente de la Guardia Nacional, el propio Jacobo Reyes León admite que estaba reclutando para gente de su organización.
Jacobo Reyes: —Sí, ya me acorde de ti, hijo; te voy a dar trabajo, pero no quiero que estés de puto (sic) quejándote. Conmigo se hace de todo, ya Jorge tuvo que haberte dicho. Hay que mover armas, hay que mover huachicol, hay que hacer servicios en la empresa de seguridad y de vez en cuando jalarle al gatillo hijo. ¿Estás de acuerdo?—
Aunque no se establecen parámetros o ganancias específicas para la red, un documento en poder de la fiscalía establece un cálculo general de ganancias por dos pesos con 50 centavos por cada litro de huachicol vendido.
ksh