Policía
  • La extraña desaparición de los testigos protegidos que sabían demasiado del ‘Chapo’

  • Fueron informantes clave: revelaron operaciones, rutas y pactos del Cártel de Sinaloa. Esta es la historia de la desaparición de testigos protegidos que estaban bajo cuidado de la PGR.
Sabían demasiado del Chapo. Así desaparecieron los testigos protegidos

DOMINGA.— Marcelo Peña García era su nombre. Pero cuando decidió convertirse en testigo colaborador de la Procuraduría General de la República (PGR), le asignaron uno en clave: Julio. Con ese pseudónimo reveló la estructura de la organización que cofundó Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Sus declaraciones terminaron convirtiéndose en el primer gran documento judicial en contra del Cártel de Sinaloa.

Cómo no iba a conocer la organización si había sido el recadero oficial, el vínculo entre el narcotraficante y su hermano, Arturo Guzmán Loera, alias El Pollo, que andaba fuera de Sinaloa. Así se enteró de que en 1993 construyeron el primer narcotúnel en la historia, por el arquitecto Mariano Villegas Zamora, en la frontera entre Aguas Prietas, Sonora, y Douglas, Arizona.

Tras la primera captura al Chapo Guzmán, Julio se enteraría de los detalles más íntimos de las negociaciones del Cártel de Sinaloa. Y una vez que El Pollo asumió el liderazgo de la organización, se convirtió en su confidente y hasta cuñado.

Fueron informantes clave: revelaron operaciones, rutas y pactos del Cártel de Sinaloa. Esta es la historia de la desaparición de testigos protegidos.
Arturo Guzmán Loera fue acribillado al interior de 'El Altiplano' el 31 de diciembre de 2004 | Especial

Durante la primera semana al mando, dice, El Pollo enviaría siete toneladas de drogas a Estados Unidos, una entrega que le había quedado pendiente al Chapo. Con los meses Arturo Guzmán, igual de astuto que su hermano, empezaría a traer cocaína desde Colombia y llegaba directo a los puertos de Nayarit. El testigo también delataría la supuesta relación entre el narcotráfico y el poder político.

Confesó que el propio Arturo lo envió al penal de Puente Grande a darle un recado a su hermano preso. “[Vamos] a tener una reunión con el General Rebollo para ponerse a trabajar con él, en el tráfico de drogas y darle la cantidad de cien millones de dólares”. Julio se refería a Jesús Gutierrez Rebollo, entonces jefe del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas.

Según el testigo protegido, esta cantidad estratosférica de dinero la reunirían con la cooperación de muchos narcotraficantes, entre ellos algunos fundadores históricos del cártel. Amado Carrillo Leyva El Señor de los Cielos organizó la reunión y pidió a cada narco 10 millones de dólares. “Según supe que no se concluyó dicha negociación, pero que [sí] le habían adelantado diez millones de dólares”, diría.


Hay otros dos testigos protegidos más que hicieron cimbrar al cartel. José Javier Burgueño, empresario de Culiacán, bajo el nombre de César reveló cómo operaban en el centro y sur del país, y que los hermanos Beltrán Leyva se habrían aliado con socios colombianos. Otro que hablaría ante la autoridad sería Jesús Castro Pantoja, un exmilitar a las órdenes del cártel bajo el alias de El Chabelo.

Estos son los detalles de las declaraciones de testigos que construyeron la megacausa contra el Cártel de Sinaloa en 2001, y que volvieron a ser requeridos por la Fiscalía General para enjuiciar a otro capo fundador: Héctor El Güero Palma Salazar.

Esta es una colaboración de ARCHIVERO para DOMINGA, con declaraciones de testigos protegidos que revela que en México la verdad oficial siempre está en obra negra.

'El señor de los cielos' transportó cocaína por todo el país utilizando aeronaves, de ahí provino su apodo
'El señor de los cielos' transportó cocaína por todo el país utilizando aeronaves, de ahí provino su apodo.

El exmilitar que formó parte de la seguridad del Chapo

UNO. Su nombre verdadero era Jesús Castro Pantoja pero en el mundo del hampa era conocido como El Chabelo. El 2 de noviembre de 2001 fue detenido en el lobby de un hotel de Guadalajara, por elementos de la PGR. Daría una cantidad de detalles inéditos, intimidades de la familia Guzmán Loera.

Hasta 1991 perteneció a las fuerzas armadas con el rango de subteniente de infantería; sin embargo por problemas personales desertó y decidió irse a vivir con la familia de su madre a Estados Unidos, donde empezó a trabajar en la construcción. Pero se cansó: a inicios de 1993 decidió regresar a México y, a través de un amigo, conoció en el DF al Chapo Guzmán. Un encuentro de vista.


Aunque sería realmente en un rancho conocido como La Ruana, en Nayarit, donde se lo encontró el día de las fiestas del pueblo y le dijo: “¡que milagro que te dejas ver!”. Pantoja cree que le cayó bien a Guzmán, pues de inmediato lo invitó a trabajar con él. Ese año empezaría en las labores de seguridad y, como bautizo, le dieron una pistola Pietro Beretta de 9 milímetros para que cuidara al patrón.

Uno de los primeros escándalos que le tocó vivir fue el intento de asesinato al Chapo Guzmán en el aeropuerto de Guadalajara. El 24 de mayo de 1993, un grupo de sicarios de los Arellano Félix montó una emboscada en el estacionamiento del aeropuerto con rifles AK-47. Sin embargo los gatilleros pensaron que venía en un Grand Marquis blanco. Y se equivocaron. El cardenal Jesús Posadas Ocampo murió acribillado.

Pantoja dice que todo ocurrió porque los Arellano Félix contrataron pandilleros del Barrio Logan de San Diego, que andaban muy drogados. “Me dijo [El Chapo] ‘estos pendejos mataron a un curita, va a haber pedo mundial’”.

El 9 de junio, sin embargo, El Chapo fue capturado en el departamento de San Marcos, en Ciudad Tecún Umán, por elementos de la Guardia de Hacienda de Guatemala. Horas después, el gobierno de ese país lo expulsó y lo entregó formalmente a autoridades mexicanas en el puente internacional de Talismán, sobre el río Suchiate, para su traslado a la PGR. Fue recluido en el Centro Federal de Readaptación Social No. 1, en Almoloya de Juárez.

Posadas Ocampo
La PGR sostuvo la hipótesis de que el asesinato del cardenal habría sido producto de una confusión| Cuartoscuro.

Se desploma el Learjet que iba a una boda de Jalisco

El Chabelo escapó otra vez a Estados Unidos. Pero ya le había gustado el dinero fácil: así que para inicios de 1994 regresó a Tepic, donde le aconsejaron hablar con Héctor El Güero Palma, quien controlaba esa zona. Se presentó con el narco, dijo que ya había sido parte del equipo de seguridad de El Chapo Guzmán. El Güero Palma lo aceptó y fue parte de su escolta privada.


Hasta que ocurrió la tragedia: el 22 de junio de 1995, Palma y otras once personas, entre ellas Pantoja, abordaron un Learjet rumbo a una boda en Jalisco. Pero la aeronave se desplomó. “Yo lo saque al Güero Palma para salvarlo”, diría y aportaría más detalles para entender lo que pasó ese día.

“Iba herido de la espalda, cabeza y piernas, y El Güero igual que yo o más”. Lograron entablar comunicación con unos amigos que los trasladaron a un hospital, mientras a Palma se lo llevaron con destino desconocido. Un día después supo que a su patrón le cayó un operativo, mientras recibía curaciones en una casa de Jalisco.

Durante esa época Pantoja se escondió y recibió rehabilitación para la columna tras el desplome del Learjet. Más tarde escaparía a Estados Unidos por segunda vez. Pero regresaría en el año 2000 a casarse con una joven de nombre Verónica y luego se iría a vivir a Guanajuato.

Hasta que lo contactó Mauro Palomares Melchor, un viejo exmilitar que trabajaba para el Chapo Guzmán. Lo citó en el Centro Ceremonial Otomí del Estado de México, ahí le dijo que el nuevo patrón necesitaba un equipo de seguridad: se trataba de Arturo Guzmán El Pollo.

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Entonces, El Chapo se había fugado de la prisión de Puente Grande, y era el más buscado, junto con su hermano Arturo. El Pelón, uno de los primos de los Guzmán, conseguía las casas de seguridad donde ambos se mudaban al menos una vez al mes para evitar que las autoridades los rastrearan. Pero algo falló. El Pollo fue detenido en la Ciudad de México el 6 de septiembre de 2001. Según Pantoja, aquella tarde salió de su escondite para ver a un abogado.

Dos meses después Pantoja fue capturado. Tras su aprehensión fue enviado al penal de máxima seguridad de El Altiplano, mejor conocido como La Palma. Y a partir de ese día decidió que no pasaría toda su vida en prisión: se ofreció como testigo protegido. Contó que El Chapo, desde que se había fugado de prisión, visitaba a su mujer, Griselda, dos veces al mes. Y que tenía una novia, llamada Gladys, que vivía también en Sinaloa, y que sus mujeres tenían como escoltas a policías judiciales.

El empresario que seguía los movimientos de Arturo Beltrán Leyva

DOS. La PGR rebautizó al empresario José Javier Burgueño Urías como César. Para 1996, era mandadero de Sergio Fierro Chávez, piloto aviador de Joaquín Guzmán. Según su historia, empezó traficando cocaína para El Señor de los Cielos y, más tarde, para Guzmán Loera. Había logrado verdaderas proezas en el mundo del hampa, como llevar hasta 6 mil 500 kilogramos de cocaína en un solo viaje.


En sus declaraciones, cuenta que su jefe Fierro Chávez había decidido independizarse, el chisme llegó hasta la prisión de Puente Grande y no le gustó nada al Chapo Guzmán. Por eso, para evitar un conflicto, mandó a José Javier a reunirse con Humberto Loya Castro, un abogado que operó como consejero jurídico y enlace político del Cártel de Sinaloa. Y Loza, a su vez, coordinó una reunión con El Pollo un día de 1996, en un restaurante de Pabellón Polanco, en la Ciudad de México.

El Pollo le dijo que lo hablaría con su hermano. Y recibió la bendición de El Chapo unas semanas después, no sin antes acordar que le entregarían 20% de las ganancias al Cártel de Sinaloa. Sería el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, entonces lugarteniente del noroeste del país, quien se encargaría de cobrar las ganancias de Fierro. Y todos contentos.

Una vez detenido por la PGR y siendo testigo protegido, reveló los gustos de Beltrán Leyva, que se encerraba en habitaciones de hotel para comprar joyas de 150 mil dólares; que su hombre de confianza siempre fue Humberto Márquez García, el cobrador de las deudas del cártel; que serían ellos quienes asesinaron al sinaloense, Raúl Ángel Ibarra Celis, porque debía 7 millones de dólares.

La casa hasta donde llegó el túnel construido desde el penal del Altiplano por donde huyó 'El Chapo'.
La casa hasta donde llegó el túnel construido desde el penal del Altiplano por donde huyó 'El Chapo'.

Burgueño dijo que lo mandó matar en 1997 porque le debía esta suma millonaria a uno de sus socios colombianos, José Vicente Castaño Gil, El Profe, fundador del desaparecido grupo armado de extrema derecha Autodefensas Unidas de Colombia. También contó que los lugartenientes de Arturo Beltrán andaban con credenciales de la Secretaría de Gobernación, transportando cocaína en barcos.

El mensajero que se convirtió en integrante de la familia Guzmán Loera

TRES. De Marcelo Peña García, más tarde se sabría que se convertiría en cuñado del Chapo Guzmán, pasando de mensajero a integrante de la familia. Al convertirse en testigo siguió contando más intimidades. De Arturo Guzmán dijo: “a veces platicamos que le costaba trabajo dirigir la organización y que la situación estaba muy delicada por la búsqueda que la DEA y la PGR tenía en contra de su hermano El Chapo. El Pollo le dijo también que se iba a poner en contacto con un agente de la DEA, de nombre Tito, para negociar la situación de su hermano.

La casa hasta donde llegó el túnel construido desde el penal del Altiplano por donde huyó 'El Chapo'.
La casa hasta donde llegó el túnel construido desde el penal del Altiplano por donde huyó 'El Chapo'.

Estos testigos aportaron los primeros detalles de la relación del Cártel de Sinaloa con los colombianos, con las autoridades policiales y hasta con la DEA. A partir de 2001, cuando se convirtieron en testigos protegidos y se filtraron algunos de sus datos, desaparecieron sin dejar rastro.

Sin embargo, el 15 de junio de 2016 los demonios volvieron a soltarse. Estados Unidos decidió liberar al capo histórico El Güero Palma. El narco había sido extraditado en 2007 y sus declaraciones han sido mantenidas bajo llave. Fue a través de un acuerdo de cooperación que logró su liberación. Sin embargo, el gobierno mexicano lo detuvo en la frontera y lo volvió a encarcelar por su presunta responsabilidad en el asesinato de un subcomandante, Antonio Contreras, y de su escolta José Cruz Guerrero. También lo hizo por delincuencia organizada.

En mayo de 2021 distintos medios reportaron que un juez había absuelto a Palma de este último cargo y las razones fueron la desaparición de dos hombres: los testigos Julio y César. Los que habían colaborado en la megacausa de 2001 y que la Fiscalía necesitaba para comprobar que El Güero Palma había sido parte de la organización criminal.

Fueron informantes clave: revelaron operaciones, rutas y pactos del Cártel de Sinaloa. Esta es la historia de la desaparición de testigos protegidos.
Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente, montó guardia frente a los restos del cardenal | Miguel Castillo


En ese entonces la autoridad dijo que había ordenado la búsquedas de Julio y César en las 32 Unidades Administrativas de la dependencia, es decir por todo el país. Incluso se comunicaron con personal de la embajada de los Estados Unidos, para intentar rastrearlos en aquel país.

En el escrito del Güero Palma, entregado a través de sus abogados, dice: “Los testigos protegidos o colaboradores presentan contradicciones, son incoherentes, están contrapuestas, son inverosímiles, son irrazonables…”. Revela que perdió contacto con Julio desde octubre de 2003, en tanto que con César desde diciembre de 2006. Según la Fiscalía, César pidió retirar la custodia brindada por la Agencia Federal de Investigaciones desde 2003, así como permiso para salir del país.

En 2023, un juzgado de Jalisco dictó otro auto de formal prisión al narcotraficante Palma, ahora por homicidio calificado en contra de Juan Castillo Alonso, subdirector del Centro Federal de Reclusión Social No. 2. Uno de los testigos protegidos de aquel 2001 sí reapareció: era Marcelo Peña García, el excuñado de El Chapo. Según los medios ese día Marcelo se atrevió a decirle a Palma: “¡Ten un poquito de pantalones!”. Después se replegó y dijo: “25 años después aún teme por su vida”.

GSC


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Laura Sánchez Ley
  • Laura Sánchez Ley
  • Es periodista independiente que escribe sobre archivos y expedientes clasificados. Autora del libro Aburto. Testimonios desde Almoloya, el infierno de hielo (Penguin Random House, 2022).
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