Cultura

Malala y la educación de las niñas

Amazonia

La Premio Nobel de la Paz 2014 nació en Pakistán; por asistir a la escuela y publicar un blog fue víctima del ataque armado de un talibán que le disparó a la cabeza y la llevó al exilio.

La violencia estructural en contra de las mujeres no tiene fronteras. Parece que en varios lugares de este planeta existen hombres que actualmente se oponen a que las mujeres aprendan, vayan a la escuela, a la universidad, lean libros, discutan, se cuestionen cómo vivir y piensen libremente. En muchas ocasiones detrás de esas voluntades se esconden argumentos religiosos y en otros casos, simplemente se considera que, por la costumbre o la conveniencia, la mujer debe permanecer inmersa en la ignorancia y condenada al ostracismo.

Cuando era niña, Malala Yousafzai tenía miedo de asistir a su escuela local, porque vivía en una ciudad de Paquistán donde el régimen talibán (musulmán fundamentalista) había prohibido la educación para las niñas, pero a pesar del mandato, seguía asistiendo a clases. Era una chica valiente, pues sabía que podría haber consecuencias graves ante tal rebeldía.

El 9 de octubre de 2012 cuando tenía apenas 15 años, al regresar de la escuela en un autobús después de presentar un examen fue atacada por un talibán armado que subió al transporte y le disparó específicamente a ella y a otras dos chicas. Ya la tenían en la mira porque, desde pequeña, Malala era conocida por defender el derecho a la educación de las niñas, pues desde los once años escribía un blog para la BBC, bajo un seudónimo, narrando la experiencia de vivir bajo un régimen talibán en el que se prohibía la televisión, la música, que las niñas asistieran a la escuela y que las mujeres fueran de compras, como si esas actividades representaran graves faltas a ser corregidas.

Un día antes del atentado en un periódico local se publicaron extractos de su blog. Ella supo de inmediato que estaba en peligro, pero, aun así, no quiso faltar a la escuela. Varios de sus amigos ya se habían mudado a otras ciudades.

Los talibanes ya han hecho explotar más de cien escuelas para niñas.

A pesar de que el tiro que recibió Malala aquel día atravesó su cerebro, se le ofreció ayuda médica oportuna y después de unos días tuvo la posibilidad de ser trasladada a Inglaterra para continuar su tratamiento. Se recuperó y como consecuencia solo perdió un oído.

Yousafzai fue una niña prodigio, alentada siempre por su padre que también es activista. Después del atentado, la chica permaneció en Gran Bretaña y retomó su activismo a favor del derecho a la educación de las niñas. Fue apoyada por muchas organizaciones internacionales que condenaron el atentado y ella se volvió un símbolo de lucha.

En 2013, la joven activista publicó un libro en colaboración con Christina Lamb, sobre su vida: Yo soy Malala.

Un año después, en 2014, a los 17 años, recibió el premio Nobel de la Paz, junto a Kailash Satyarthi, (activista indio) por su labor de apoyo al derecho universal a la educación de las niños y en especial de las niñas, siendo hasta ahora la persona más joven en haber recibido el galardón. Estudió la licenciatura en Política y Economía en Oxford y desde entonces ha recibido innumerables premios.

AQ

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto
Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.
Más notas en: https://www.milenio.com/cultura/laberinto