El escritor español Javier Cercas habla con MILENIO sobre su insólito viaje a Mongolia con el Papa Francisco, la pregunta íntima que inspiró su nuevo libro El loco de Dios en el fin del mundo (Random House) y su próxima visita a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

La curiosidad como motor vital y literario
El autor, que estuvo en México para promocionar su más reciente libro, el cual es muy especial en la vida del autor.
Para Javier Cercas, la curiosidad es la herramienta más importante de un escritor. El autor, conocido por su audacia, asegura que esa motivación lo llevaría a los lugares más inesperados:
“Conversaría hasta con el diablo en el infierno; claro que iría y me encantaría. Si Hitler me hubiese permitido entrar en el búnker, también hubiese ido, porque la curiosidad es lo más importante que tenemos”.
Esa misma filosofía fue la que lo llevó a aceptar una de las propuestas más inusuales de su carrera: acompañar al Papa Francisco en un viaje a Mongolia para escribir un libro, quien desgraciadamente murió en abril, días antes de poder leerlo.
El origen del libro: una necesidad personal y la razón de por qué la religión
Cercas confiesa la razón principal para escribir El loco de Dios en el fin del mundo fue personal, incluso “egoísta”: una pregunta que le hizo su madre sobre la vida después de la muerte.
“Un día mi madre me dijo que vería a mi padre después de morir y quería preguntárselo al Papa en esa insólita oportunidad de viajar con él”, relata.
Aunque la pregunta era íntima, el autor destaca que no es el centro del cristianismo:
"No escribí este libro para contarle al mundo qué es el cristianismo, quién era Francisco o qué es la iglesia. No, eso es el resultado. Pero lo primero es lo personal, una obsesión, y eso es la literatura, es lo que transforma lo particular en universal. Un día mi madre me dijo que vería a mi padre después de morir y quería preguntárselo al papa en esa insólita oportunidad de viajar con él".
“La literatura transforma lo particular en universal”, afirma.
Por eso aconseja para aquellos futuros escritores lo que considera ser materia prima para un profesional:
"Todos mis libros surgen de una necesidad íntima. Como ya soy viejo, a veces los escritores jóvenes me preguntan: "¿Qué se hace para ser escritor?", y siempre les digo: leer mucho, escribir mucho, no tener prisa por publicar y ser fiel a tus obsesiones. Porque es lo más personal, íntimo e importante que tienes. Si te obsesionas con que por la mañana te levantas convertido en escarabajo, eso es importante".

La delgada línea entre periodismo y novela: "Hay que ser un poquito de todo"
Aunque ha recibido importantes premios de periodismo, Cercas insiste en que no se considera periodista, incluso si periodistas le mencionan lo contrario:
"Yo no soy periodista, ahí discrepo. Me ocurre con este libro y con muchos. Los periodistas me dicen que es una crónica periodística o los historiadores un libro de historia y yo les digo: “Sí, sí, es verdad”".
“Ustedes se equivocan, soy un impostor. Lo que yo hago no es periodismo; periodista es contar la caída de las Torres Gemelas cuando se están cayendo".
"Lo que yo hago no es eso. Ustedes dicen que escribió con la curiosidad de periodistas, creo que la curiosidad es de todos. Puedo admitir que uso instrumentos del periodismo, pero no lo soy; es algo demasiado serio para que yo me considere uno".
A pesar de ello, revela que para su profesión se debe de saber muchas cosas, incluyendo cosas que tal vez nunca hubiéramos tenido en la mira:
"Para ser novelista, esto lo decía Cervantes en el prólogo del Quijote, hay que ser un poquito de todo: historiador, filósofo, etcétera. Tengo la idea de una novela como un banquete con muchos platos, como un género que es capaz de integrar todos los demás géneros y trascenderlos".

Un ateo en el Vaticano: la mirada sin prejuicios que hacen un trabajo excepcional
Cercas perdió la fe a los 14 años, pero no dudó en aceptar el encargo de escribir sobre el Papa.
“Es imposible entender la cultura, la política o la ética de los últimos dos mil años sin comprender a la Iglesia Católica. La pregunta no es por qué acepté, sino cómo no iba a aceptar”.
Su objetivo fue limpiar su mirada de prejuicios y observar el Vaticano “como si lo viésemos por primera vez”, convirtiéndose en uno de los mayores logros al escribir el libro:
"El mundo quiere saber todo de la Iglesia y del Vaticano; por eso, el esfuerzo más grande para mí ha sido limpiarme la mirada de prejuicios".
Cercas quería relatar la gran historia que hay detrás de la religión, del Vaticano mismo, confesando la verdadera razón de porqué acepto hacer el libro:
"El desafío era llegar allí con la mirada de un niño y preguntar todo, hasta lo más elemental, porque es lo más profundo. Lo que está a la vista de todo el mundo, ahí está el misterio, lo realmente interesante; no lo que está escondido en las catacumbas, son catacumbas. ¡Carajo, mira la superficie!, ¡ahí es donde está el enigma!. Lo que he intentado es mostrar el catolicismo, el cristianismo, el vaticano como si lo viésemos por vez primera y, si haces ese ejercicio, todo es sorprendente, desde el principio hasta el final".

El encuentro con el Papa y el misterio sin resolver: ¿El Papa leyó su libro?
Cercas recuerda que en mayo de 2023 fue invitado a una reunión con creadores en la Capilla Sixtina y después a acompañar al Papa a Mongolia. Su primera reacción fue advertir: “¿Ustedes no saben que yo soy un tipo peligroso?”.
Nos relató como son aquellas personas que trabajan en el Vaticano, destacando que son personas normales, con vidas normales:
"Lo que yo he intentado es entender y mostrar cómo es realmente la gente allí; son seres humanos, normales. No son tipos conspiradores que te miran con caras extrañas y que hablan del misterio de la Santísima Trinidad y que en las catacumbas montan orgías. No. Yo cuento la realidad, no me la invento".
Ante la gran incógnita de la entrevista al Papa antes de su lamentable muerte, el autor simplemente contestó que siempre tuvo en mente hacer las cosas diferentes:
"¿De qué me hubiera servido tener una entrevista si ha concedido centenares? ¿Hablar otra vez de Ucrania, de la paz en el mundo? ¿A mí qué carajo me importa? En cambio, nadie le había preguntado lo que yo le quería preguntar. Algo tan sencillo, tan del corazón, tan elemental y tan central al mismo tiempo".
10 días antes del fallecimiento del Papa, el escritor confiesa que entregó el libro a un colaborador cercano de Francisco, aunque duda que el pontífice llegará a leerlo:
"¿Tú preguntas si el papa se murió por leer mi libro? Sé que llegó a él, pero no creo que lo leyese. Porque yo se lo di a uno de sus colaboradores más estrechos el 6 de abril y me dijo: “Seguramente no se lo daré yo en mano, porque desde que entró en el hospital estaba aislado”. Solo lo veían tres personas por motivos de salud; lo recibió diez días antes de morirse".
Durante la charla, el escritor revela que nadie en el Vaticano le pidió el libro para leerlo antes de publicarlo, pero Javier Cercas se acercó con Andrea Tornielli para que lo leyera y el periodista le hizo algunas observaciones, sobre todo en fechas.
Sobre la pregunta central —si el Papa respondió a la inquietud de su madre—, Cercas solo dice:
“Eso no te lo puedo contar; tendrás que leer el libro para saber si el loco de Dios le respondió a este loco escritor”.

La FIL Guadalajara: la feria más importante
Para Javier Cercas, la FIL Guadalajara es “la feria del libro más importante de nuestra lengua”.
“Voy encantado y feliz porque venir siempre es un placer. Lo único peligroso es el estómago, pero los chilaquiles matinales me encantan”.
En 2024, visitaría la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como parte de la delegación de España, el país invitado de honor; sin embargo, el escritor canceló su presencia.
"Iba a ir el año pasado, pero mi madre se murió el día en que yo viajaba. Ahora voy porque me han invitado, Barcelona es la ciudad de honor invitada y porque mi editor considera que debo ir, y feliz porque venir a México siempre es un placer".
Con humor, respeto y la mirada limpia de prejuicios, Javier Cercas logra en El loco de Dios en el fin del mundo acercar al lector al Vaticano y al Papa Francisco desde una perspectiva única.
Ahora, con su regreso a México y su participación en la FIL Guadalajara, el escritor confirma que la curiosidad —ese motor vital que lo haría conversar “hasta con el diablo”— sigue guiando cada una de sus páginas.
NAG