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  • El legado de Sasha: dona su indemnización para ayudar a víctimas de abuso sexual infantil

La historia de Sasha Sokol abrió una puerta a la justicia para miles de víctimas de abuso sexual infantil en México | Especial

La sentencia contra su agresor marcó un precedente y le devolvió la dignidad. Sasha donará su indemnización a una organización que brinda atención a víctimas de abuso sexual.

DOMINGA.– Durante años nos habituamos a conocer los escándalos de la farándula que revelaban estas violencias con la distancia que imponía el televisor o las revistas en la fila del supermercado: el productor poderoso, la estrella infantil, el silencio cómplice, la asimetría de poder, la normalización del abuso sexual.

Y luego, pasado el tiempo, aparecía ese “¿y por qué hasta ahora?” que deposita la sospecha sobre la víctima cuando al fin se atreve a hablar de lo que vivió.

“Me pasó esto porque hay algo mal en mí”. “Yo lo provoqué”. “Es mi responsabilidad”. Las personas que sufrieron violencia sexual en la infancia o adolescencia suelen decirse y repetirse este tipo de frases, una y otra vez. El trauma se prolonga en el tiempo y, como voy a contar aquí, no suele tratarse de forma adecuada. Pero hay quienes están haciendo un cambio en México.

Sasha Sokol impulsó un precedente legal al denunciar el abuso que vivió siendo menor de edad | Victoria Valtierra
Sasha Sokol impulsó un precedente legal al denunciar el abuso que vivió siendo menor de edad | Victoria Valtierra


Casos como el de Sasha Sokol contra el productor Luis de Llano, que derivó en una sentencia histórica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al determinar que los delitos de abuso sexual infantil no prescriben y pueden denunciarse por la vía civil en cualquier momento, son en realidad el espejo roto que refleja y amplifica una problemática –que es social y estructural– a menudo silenciada.

Sasha tenía 14 años y De Llano 39 cuando inició la “relación”, ese es el reflejo que nos devolvió esta historia. Y la diferencia no sólo era la edad. Además de ser su representante en Timbiriche, el productor gozaba en ese momento de una posición de gran poder dentro de la televisora que impulsaba al grupo.

El tema ha tomado fuerza a raíz de otro caso, que también rompió el silencio: el de Omar Bravo, el ídolo del futbol. Bravo enfrenta acusaciones de su propia hijastra. De acuerdo a la denuncia, el máximo goleador de las Chivas y exseleccionado nacional abusó sexualmente de su hijastra por seis años, desde que ella tenía once. Fue vinculado a proceso y se le dictó prisión preventiva en el penal de Puente Grande. Su imagen ha sido retirada del Estadio Akron en Guadalajara, Jalisco.

Omar Bravo, exfutbolista mexicano, enfrenta un proceso penal por abuso sexual infantil agravado | Especial
Omar Bravo, exfutbolista mexicano, enfrenta un proceso penal por abuso sexual infantil agravado | Especial


Ambos procesos –el primero por la vía civil por abuso sexual infantil y daño moral, y el segundo por la vía penal, también por abuso sexual infantil pero agravado– abren rendijas que conducen a preguntas que se deslizan en paralelo a los fallos, tribunales y juzgados: ¿cómo se recupera una vida robada a los 14 años, a los once o antes? ¿Cómo se sana el despojo de la inocencia? ¿Qué tipo de acompañamiento se requiere para reconstruir una autoestima resquebrajada a tan temprana edad?

El camino no es corto pero sí hay respuestas. Para conocerlo me acerqué a ADIVAC, Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas, con más de 30 años de trabajo especializado en la Ciudad de México, apoyando a personas que vivieron violencia sexual en la niñez o adolescencia, o que aún la están atravesando.

La institución a la que Sasha donará su indemnización

Todas las tardes y hasta el anochecer, está lleno el patio de la casona en la calle de Salvador Díaz Mirón, que funge como una sala de espera en ADIVAC. Cada semana atienden a unas 400 personas que encuentran aquí apoyo psicológico, médico y legal pero también una guía para ir desentrañando las mecánicas de la violencia sexual y lograr, poco a poco, remover la culpa que se incrusta profundo.

Esta es la institución que Sasha Sokol eligió para donar la indemnización que su agresor está obligado a pagar tras el fallo de la SCJN a su favor. Lo estableció así tres años atrás, en julio de 2022, cuando dio a conocer, a través de su equipo legal, que había iniciado una acción civil por daño moral en contra de Luis de Llano.

Laura Martínez Rodríguez, directora de la ADIVAC en entrevista para Milenio Dominga | Octavio Hoyos
Laura Martínez Rodríguez, directora de la ADIVAC en entrevista para Milenio Dominga | Octavio Hoyos


Laura Martínez Rodríguez,
directora general y fundadora de ADIVAC, me recibe una tarde para conversar en su oficina. Sasha optó por esta asociación debido a su labor y al modelo de atención y prevención que han desarrollado, ganando reconocimientos como el segundo lugar de los Premios UNICEF 2008 a Mejores Prácticas desde la Sociedad Civil Organizada dirigidas a las infancias.

“[Sasha] no quiere quedarse con el dinero y le importaba que quedara claro”, dice. “Lo que quería, para empezar, era que un juez le dijera a este señor: ‘Para. Ya basta. Deja de hablar de mí y de revictimizarme’. Creo que quería evitar que empezaran a decir: ‘le quieres sacar dinero al señor’. Fue muy cuidadosa en saber a qué organización apoyar”.

Martínez fundó ADIVAC en tiempos en que no había referentes de atención específica a víctimas de violencia sexual. Primero trabajó sólo con mujeres. Desde la investigación y la práctica terapéutica buscaba explicarse los motivos de estas agresiones y fue encontrando que todo empieza con la educación diferenciada por género que se da desde la infancia, en la que aparecen los mandatos sociales que le dicen a los hombres cómo deben ser y deben dominar. Pronto extendieron su mirada hacia niñas y niños porque los casos empezaron a llegar.


Es psicóloga egresada de la UNAM y especialista en Estudios de la Mujer por El Colegio de México. Le pedí que me compartiera cómo trabajan. Antes, me invitó a participar en un taller de capacitación que impartió a policías para enseñarles como dar una primera respuesta no revictimizante frente a casos de violencia sexual infantil. También hablé con dos terapeutas que atienden a niñas, niños y adolescentes, de forma individual y grupal, en la sede de ADIVAC.

“Romper el silencio ayuda a las personas que vivieron violencia sexual, dejan de sentirse víctimas”, me explicó. “Pero es necesario entrar en un proceso de trabajo de esas emociones con alguien que realmente tenga las técnicas para acompañar. Entrar ahí no es fácil: implica ir al ‘shock’, es meterse en el ‘shock’”.

La entrevista en YouTube que inició la batalla de Sasha

No sé cuántas veces habré jugado de niña a cantar y bailar las canciones de Timbiriche, peleando siempre por ser Sasha, era mi favorita. Aún recuerdo mi emoción cuando en la primaria fui al teatro a ver Vaselina con ella en el papel de Sandy. Según su relato, fue en ese tiempo cuando inició “la relación” con el productor. ¿Cuántas niñas jugábamos a ser ella ignorando por completo que detrás del telón un señor en el que confiaba le estaba robando su infancia?

Sasha Sokol durante sus inicios en Timbiriche, grupo que marcó a una generación en los años ochenta | Especial
Sasha Sokol durante sus inicios en Timbiriche, grupo que marcó a una generación en los años ochenta | Especial


Quizá por eso, su triunfo legal  se sintió como una victoria colectiva que desarmaba por fin el reloj de la impunidad en una trama que por tanto tiempo fue más que un secreto a voces y que generacionalmente muchas mujeres como yo hemos sentido cercana: de alguna manera, en un plano muy secundario, estábamos ahí.

La sentencia que, el 25 de junio pasado, la SCJN ratificó en contra de Luis de Llano por daño moral –por el abuso sexual que Sasha sufrió cuando era menor de edad– fue también la validación de una historia. Un “yo sí te creo” rotundo que reafirmó que el tiempo –casi cuatro décadas transcurridas– no garantiza la cura de las heridas que se infringen cuando alguien se aprovecha de su posición de poder para doblegar la voluntad de una persona, a una edad en la que aún no se tienen las herramientas para entender lo que está pasando.

La máxima instancia de justicia le dio la razón a Sasha al negar un amparo al productor, quien alegaba que la acción ya estaba prescrita. Pero la respuesta de la SCJN fue un no absoluto que acreditaba el hecho ilícito, o sea la relación sexoafectiva con una menor, y también el daño, que era continuo y seguía presente.

La SCJN negó el amparo a Luis de Llano y confirmó el fallo a favor de Sasha Sokol | Cuarto Oscuro
La SCJN negó el amparo a Luis de Llano y confirmó el fallo a favor de Sasha Sokol | Cuarto Oscuro


La situación que detonó este desenlace inició el 6 de marzo de 2022, cuando el agresor se refirió a la actriz y cantante en una entrevista con Yordi Rosado en YouTube, en la que sostuvo que la relación –que inició cuando él tenía 39 años y ella 14– fue consensuada y transparente: “un romance”.

“La entrevista es tan desagradable. Hablan del tema como si fuera lo más normal, como algo que pasó y ya. Pero son declaraciones que vuelven a violentar, que revictimizan”, dice Laura Martínez, directora de ADIVAC, quien también cursó un máster en Género y Derecho por la Universidad de Barcelona y el CIESAS.
“Hay que entender que una experiencia de violencia sexual desestructura la vida. Rompe tu inocencia. Te sumerge en vivencias para las cuales no estás preparada. Puedes llegar a tener ese trauma ahí guardado y en algún momento va a salir. Y sale: por una entrevista, por un olor, una canción, por un espacio al que llegas y te conecta con eso. Y entonces, en ese momento, es cuando decides hacer algo”.

Dos días después de la entrevista, en el 8M, Sasha lanzó un mensaje en redes sociales: “Abusó de mí entonces y abusa hoy al manipular la verdad”. También posteó en su Instagram “Luis de Ya No”.


Con su narración, rompía el silencio: “¿Por qué miente cada vez que habla de mí? Porque sabe perfectamente que lo que hizo es un delito. Durante toda nuestra relación yo fui menor de edad. Escribo esto llorando. Llorando por lo que sucedió, sí, pero llorando también por lo que sigue sucediendo”.
“Hablar de esto me hace sentir una enorme vergüenza. Durante décadas quise creer que no mencionarlo haría que desapareciera. Estaba equivocada. Si existiera algún tipo de paz detrás de compartir esta historia tan dolorosa, es la de darle fuerza a otras mujeres para que levanten la voz si viven en alguna situación de abuso”.

Su relato detuvo en seco la banda sonora de mi niñez. Cuántas veces su voz en Timbiriche sonó en el tocadiscos de mi cuarto, entre cortinas rosas y animales de peluche, mientras ella caía en la trampa de un productor que en vez de cuidarla e impulsar su carrera desinteresadamente, la manipulaba.

Pero la historia daría un vuelco inesperado. Casi un mes después, la cantante advirtió en otro mensaje: “Luis: pensar que no actuaste de forma inmoral es lo inmoral. Nos vemos en los tribunales”.

Sasha Sokol, cantante y actriz mexicana, cuyo caso sentó un precedente histórico en la lucha contra el abuso sexual infantil | Especial
Sasha Sokol, cantante y actriz mexicana, cuyo caso sentó un precedente histórico en la lucha contra el abuso sexual infantil | Especial


Recordé el videoclip de “Rueda mi mente” de su primer disco como solista, en el que Sasha aparece como una estudiante que se obsesiona con un profesor mucho mayor. Era 1987 y me gustaba peinarme como ella para ir a la escuela. Aún conservo ese vinil. En la portada, con un fondo rojo, sale retratada en blanco y negro, mirado a la cámara de frente, las manos con guantes en el rostro y un aire de misterio.

Esa adolescente es hoy una mujer de más de 50 años que por fin encontró el valor de hacer pública su historia, a pesar del dolor, para ponerle un alto definitivo a su agresor y de paso abrir la puerta de la justicia para tantas otras.

Una sentencia histórica por abuso sexual infantil

“Ninguna persona había ganado algún juicio como el que inició Sasha. Marca un precedente”, me dice Laura Martínez, con 30 años conociendo casos de violencia sexual y acompañándolos también como psicóloga. Cuenta que historias como la de Sasha o la hijastra de Bravo, que tienen alcance mediático, pueden ser de gran utilidad para alguien que esté viviendo o haya vivido algo similar.

“Hay una mentalidad patriarcal en el acceso a la justicia y no les creen a las personas que lo viven. Si cuando acaba de pasar, que tienes las marcas en tu cuerpo, no te creen, imagínate si ya pasaron años. Es muy difícil decirlo, muy difícil. Las personas piensan: no me van a creer; le van a dar la razón a él y no a mí; tengo miedo a más violencia. Cada quien tiene su tiempo”, dice la directora de ADIVAC.

El 25 de junio la prensa se llenó de titulares con la noticia y yo consulté a la abogada feminista Melissa Ayala:

“Al resolver el amparo, se resolvió también que no opera la prescripción en casos civiles cuando se alega abuso sexual en el marco de una relación asimétrica entre una menor de edad y un mayor de edad”. Y añadió que el proyecto de sentencia del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo –que se aprobó en la Primera Sala, aún con la integración previa de la Corte– le parecía “un gran proyecto”. Esto derivó en dos tesis que son obligatorias para todos los jueces y tribunales en casos de estos

El productor Luis de Llano, involucrado en el caso de Sasha Sokol, en un evento del Senado | Mario Jasso
El productor Luis de Llano, involucrado en el caso de Sasha Sokol, en un evento del Senado | Mario Jasso
“Es un fallo histórico que manda un mensaje: tanto en la materia penal como en la materia civil la prescripción no opera. Por lo tanto, una persona que haya vivido una violación a sus derechos cuando era menor de edad, frente a una persona mayor de edad, tiene todo el tiempo necesario para accionar el sistema judicial”.

La sentencia ratificó, además, que Luis de Llano debe pagar a la cantante la indemnización; ofrecerle una disculpa pública; tomar un curso de sensibilización, y algo muy importante: no volver a mencionarla.

ADIVAC: un lugar para sanar y saber cómo actuar


En el piso, sobre una colchoneta, está su inseparable Berenjena, una pitbull bonachona que está presente en un taller a policías capitalinos que Laura Martínez y sus colegas imparten de forma gratuita en uno de los salones de la planta baja. Es una mañana de miércoles. Fueron cuatro sesiones intensivas, de más de tres horas cada una. Yo estuve en la última y me integré como una participante más.

“Para que lo tengan claro: la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes es una decisión y un uso de poder de una persona adulta, aunque también puede ser adolescente, en contra de una persona menor de edad donde el objetivo principal es obtener un fin que es una gratificación sexual. Siempre se dan estos dos elementos: decisión y uso de poder. Siempre.”

Las y los policías anotan en sus libretas la definición que Laura da. Son muy jóvenes. Quieren aprender cómo actuar ante estos casos porque en su día a día no saben cómo deben reaccionar. Trabajan en zonas de alta marginación, vulnerabilidad e incidencia delictiva en la Ciudad de México, en contacto directo con la población, en los programas Alto al Fuego y Reconecta con la Paz de la Dirección General de Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

“Lo importante para acompañar es la compasión”, les dice la directora de ADIVAC. “Eso es lo que tienen que sentir. No es necesario que tengan una formación de licenciatura. Tienes que tener esa compasión y mucha gente no la tiene”.

En Reconecta con la Paz, desde un acercamiento ciudadano y sin uniformes ni placas, imparten talleres psicoeducativos. Y las historias que empezaron a conocer fue una de las razones por las que decidieron buscar a ADIVAC.

“En el taller Sociedad de Niñas trabajamos únicamente con niñas de entre 12 y 19 años”, dijo una policía. “Se les habla de empoderamiento, proyecto de vida y violencia. Ahí hay muchos casos de violencia sexual. Y la verdad es que no sabemos qué decirles. O sea, ¿qué le digo a una chica cuando me dice que su papá la toma?”.

No consiguieron recursos para pagar la capacitación pero Laura Martínez aceptó impartirla de todas maneras. Para ella y su equipo es una cuestión de compromiso y una forma indirecta de incidir.

Para ADIVAC es impostergable que las autoridades pongan en marcha medidas concretas que hagan frente de forma efectiva a la violencia sexual infantil, pues a pesar del compromiso de la presidenta Claudia Sheinbaum, de construir una república de y para la niñez, “los avances siguen siendo limitados”.

Laura Martínez, directora de ADIVAC, organización que brinda atención a víctimas de violencia sexual | Octavio Hoyos
Laura Martínez, directora de ADIVAC, organización que brinda atención a víctimas de violencia sexual | Octavio Hoyos
“Los indicadores más recientes muestran que la violencia contra niñas, niños y adolescentes no cede”, afirmó la organización en un comunicado al cumplirse el primer año de gobierno de Sheinbaum. “Más de 2 mil 200 menores fueron asesinados en 2024; de ellos, 73 fueron víctimas de feminicidio. El 62% ha sufrido algún tipo de maltrato y más de 3.7 millones trabajan, muchos en condiciones de riesgo. Las niñas y adolescentes siguen siendo las principales víctimas de violencia sexual y familiar”.

Lo más preocupante, de acuerdo a ADIVAC, es que no se haya instalado formalmente el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, que es la columna vertebral de todas las acciones para evitar que queden dispersas entre dependencias y sin mecanismos de coordinación y evaluación.

A esto se suma, la ausencia del Programa Nacional de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes que debe orientar las metas, estrategias y el presupuesto a favor de la niñez. La organización pide que se etiqueten presupuestos específicos para la protección infantil, especialmente en casos de violencia sexual y familiar; que se fortalezca el DIF con recursos y facultades que le permitan dar una atención integral, e incluir la voz de las infancias y adolescencias en el diseño de políticas públicas.

“Justo me tocó atender a estas chicas”, dice otra policía al terminar la capacitación. “De un taller de cinco niñas, cuatro habían vivido violencia sexual y todas seguían en el mismo entorno donde está quien abusó de ellas. Entonces, creo que no basta un cariñito. No puedo llorar con ellas, aunque quisiera, pero tampoco tengo las herramientas de qué decirles. Me voy sensibilizada con el tema, pero sé que es un primer punto de toda una ruta que debemos recorrer”.

Transformar el silencio en futuro

“Mucha gente no ha identificado la violencia sexual que experimentó, la tienen muy guardada”, dice Laura Martínez en su oficina, donde hay una pequeña biblioteca llena de libros y carpetas con trabajos académicos, además de una colección de pequeñas muñecas que le han ido regalando.

Las muñecas que regala Laura Martínez forman parte de su iniciativa comunitaria | Octavio Hoyos
Las muñecas que regala Laura Martínez forman parte de su iniciativa comunitaria | Octavio Hoyos
“Entonces cuando ven algo, o escuchan una noticia en la radio, o van en el metro y oyen a unas chavas hablando de eso: pum, se conectan. Y ahí empieza la crisis otra vez desde cero, como si acabara de pasar”.

“[Nosotros] implementamos técnicas sistematizadas y probadas. No es un modelo que confronta a la persona en un inicio”, explica David López, uno de sus terapeutas. Conversé con él y con Verenice Ortega, que también es psicóloga aquí. Él es egresado de la UNAM y ella de la Ibero. Tenemos apenas un rato, la hora de la comida, antes de que empiecen las sesiones que se prolongarán sin descanso.

Verenice llegó a la asociación a los 20 años y lleva casi el mismo tiempo que David, salvo por un periodo que se tomó cuando nació su hijo. “Ahí sí dije, no voy a poder porque se mueven muchas fibras emocionales personales, por eso nosotros también tenemos contención, supervisión y nuestro propio espacio terapéutico”.

David y Verenice forman parte del equipo de 12 personas que trabajan en la asociación. Antes de la pandemia eran 36, pero por falta de recursos perdieron personal. En el área de personas adultas hay cuatro psicólogas; en la infantil, seis; hay además un abogado, más la recepcionista, cuya labor es crucial pues en ese primer contacto es cuando, dependiendo de la sensibilidad, alguien decide si vuelve o no.

“Hay una psicóloga que está atendiendo ahorita como a 60 personas. No nos damos a basto”, dice Laura.

ADIVAC se sostiene de donaciones, financiamientos y apoyos económicos. Las cuotas de recuperación que cobran son de máximo 400 pesos. “Hay mucha gente que no puede pagar y entonces dan lo que pueden”.

Verenice es ahora subdirectora pero antes coordinó el área infantil. Su labor y la de David consiste en dar acompañamiento psicoterapéutico. “Nos interesa que se sientan cómodas y poco a poco vamos tocando temas sociales, revisando a la familia, los mandatos sociales, el abuso de poder, el género y los secretos, hasta llegar al punto culminante que es desarticular la percepción de víctima; que la persona se desetiquete socialmente y con ese autoempoderamiento logre resignificar el evento y tener un proyecto de vida”, me explica David.
“El primer impacto –agrega– es un shock porque la violencia puede venir en una envoltura de amor, en otros casos viene con una amenaza, pero lo peor es cuando no te dicen nada y no tienes explicación alguna. No entiendes tampoco qué está sintiendo tu cuerpo. Ese es un primer impacto y las afectaciones, cuando no se tratan, siguen a la persona en cada etapa de su vida, provocando a veces trastornos de alimentación, autolesiones, depresión, ansiedad.
La marcha del 8M reunió a mujeres que, como las acompañadas por ADIVAC, buscan sanar y resignificar su historia | Ariel Ojeda
La marcha del 8M reunió a mujeres que, como las acompañadas por ADIVAC, buscan sanar y resignificar su historia | Ariel Ojeda
“Incluso hay quienes piensan en el suicidio. La persona que violenta deposita en la persona violentada toda la responsabilidad y eso implica mantener un secreto. Romperlo es bien difícil. Es como ir taladrando varias capas hasta llegar al fondo y esa confrontación es durísima”.
“En el área de niñas, niños y adolescentes, dependiendo de la etapa de desarrollo, nos centramos en la terapia de juego. Tenemos muchos logros con nuestro modelo, reconocido por UNICEF en 2008”, dice Verenice.
“Usamos muñecos anatómicos o sexualizados, que tienen los genitales completos para que niñas y niños puedan expresar la situación de violencia sexual que vivieron sin necesidad de verbalizarla. Estas situaciones se presentan sobre todo en la familia y afectan todas las esferas sociales.”.
También han encontrado que el trabajo en grupo es enriquecedor. “Ayuda mucho porque lo que yo no puedo ver en mí, lo veo en otra persona”, dice Verenice. “El grupo –complementa David– cumple una función integradora, se dan lazos afectivos, se genera un sentido de pertenencia y además ayuda a constatar que se puede salir adelante, [y que] logran reconstruirse desde una nueva perspectiva”.
Verenice y David están conscientes de que su trabajo implica un gran compromiso. “En nosotros depositan su confianza personas a quienes les rompieron la suya y no tenemos la posibilidad de quedarles mal. Ver cómo se reconstruyen nos alimenta y es una gran satisfacción”.

Los escándalos mediáticos pasan, igual que terminan trayectorias como las de Luis de Llano u Omar Bravo. Lo permamente es la jurisprudencia forjada en la Corte que amplía los derechos de las personas que vivieron violencia sexual en la niñez o adolescencia. Y hay más: Sasha hizo de una indemnización un cheque para invertir en esperanza y futuro, y con su decisión convirtió la reparación del daño al plural.

Tal vez su ejemplo ayude también a otras jóvenes, como la hijastra del ídolo de futbol hoy preso, a despojarse más fácil de culpas y miedos porque “si ella pudo, yo también”.

GSC / MMM


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Olivia Zerón Tena
  • Olivia Zerón Tena
  • Periodista y conductora. Le interesan los derechos humanos, el medio ambiente y la cultura. Actualmente, conduce el programa ‘Violeta y oro’ en Radio UNAM. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en 2007.
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