Prepararse para una nueva relación de pareja no implica sólo pasar cierta cantidad de meses o años en la soltería. También se requiere un sólido trabajo emocional y de autoconocimiento: comprenderse a sí mismos, relacionarse con los demás con intención y ser capaz de amar sin perder la identidad.
Según el Instituto Gottman, ese nivel de autoconciencia permite que las parejas estén mejor preparadas para gestionar los conflictos y expresar sus necesidades con claridad. Y para construirlo identificó doce puntos clave, clasificados en tres grandes pasos: fortalecer la relación con uno mismo, prepararse para estar en pareja y definir el futuro de ésta.
“Al invertir tiempo en comprender tus propios patrones emocionales (...) creas espacio para una intimidad genuina en lugar de proyección o codependencia”, señala un artículo del Instituto.
Por ello, los primeros cuatro consejos están enfocados en construir y fortalecer la relación con uno o una misma; lo que el Instituto llama “la base”.
1. Vuélvete radicalmente consciente de ti mismo
Antes de amar a otra persona, es crucial comprender el panorama emocional propio, así como los desencadenantes y patrones de conducta. Éstos se pueden identificar de diferentes maneras:
- Prestar atención a las reacciones emocionales a lo largo del día
- Ser capaz de identificar y nombrar las emociones
- Anotar los patrones de conducta, estados de ánimo, niveles de energía y reacciones en un diario.
- Practicar la técnica del “registro emocional”: programar tres alarmas a lo largo del día. Cuando suenen, hacer una pausa y hacer un ejercicio de reflexión con preguntas como “¿Qué estoy sintiendo ahora mismo?”, “¿Qué desencadenó esta emoción?” o “¿Qué necesito en este momento?”.
2. Aprender a disfrutar de la soledad
No significa gozar de estar solo o sola todo el tiempo, sinosentirse cómoda y contenta en tu propia presencia sin necesidad de validación externa ni distracción constante.
“No estar con alguien puede ser la oportunidad, desde el punto de vista, positivo para aprender mucho de nosotros mismos”, explicó a MILENIO el psicólogo, Emiliano Villavicencio.
3. “Desempacar” y procesar el equipaje emocional
Voltear a ver cómo fueron las experiencias pasadsa, cómo ha sido la interacción con la familia de origen y las experiencias vitales. Todo ello influye en los patrones relacionales actuales.
Específicamente, el Instituto recomienda prestar atención— y trabajar en apoyo de un terapeuta— al estilo de apego: seguro, inseguro-ansioso, inseguro-evitativo o desorganizado. “No lo juzgues, sino compréndelo y responsabilízate de él. (...) Esto es clave para prepararte para una relación sana”.
4. Identificar cuáles son tus valores fundamentales y no negociables
Esencialmente, las relaciones sanas se construyen con dos personas que saben lo que representan. Y si bien son varios los valores en los que una persona construye su identidad, el Instituto Gottman recomienda identificar los cinco más importantes, así como los tres o cuatro innegociables (por ejemplo, tener hijos, alguna religión o vivir en alguna zona específica).
Los cuatro puntos siguientes están relacionados con el segundo paso del proceso, el cual es respecto a cómo prepararse para una relación saludable. Concretamente, las claves para lograrlo.
5. Desarrollar hábitos de comunicación saludables
Aunque en la educación familiar no se haya inculcado, se puede desarrollar una comunicación sana y efectiva con orientación y práctica— que también puede aplicar con familiares o colegas—. Algunos tips que se pueden comenzar a practicar son:
- Afirmaciones en primera persona en lugar de acusaciones en primera persona. Esto evita que el diálogo se convierta en patrones destructivos.
- Hacer preguntas abiertas que inviten a compartir más profundamente. Por ejemplo, en lugar de “¿Qué tal tu día?” decir “¿Qué fue lo mejor de tu día y qué te resultó más difícil?”.
- Expresar agradecimiento de forma específica y regular.
- Dominar el arte de intentar reparar el conflicto
6. Practicar establecer y respetar límites
Este punto es esencial para mantener la autoestima y generar una conexión genuina con los demás. Existen diversas maneras de ponerlo en práctica, tales como rechazar planes cuando necesites descansar o pedir a amigos no hablar de cierto tema que pudiera incomodar.
Es igual de importante observar qué resulta difícil al establecer límites. Quizá por la culpa, el miedo al conflicto o la preocupación de ser rechazados.
7. Aprender a gestionar conflictos de forma saludable
Ninguna relación está exenta de los conflictos, sin embargo la clave está en cómo se resuelven, pues a partir de ahí determina la salud del vínculo.
En ese sentido, la psicóloga Sara Becerra enlistó tres puntos para lograr una discusión sana: primero, la comunicación amable y respetuosa; segundo, buscar el lugar y el momento adecuado, y tercero, hablar desde el “mí” o “yo” y no del otro.
“Si uno cuida la forma, en el 90% de los casos la discusión puede ser fructífera en vez de perjudicial”, señaló a MILENIO.
8. Poner las finanzas en orden
Comenzar una relación desde una posición de estabilidad económica (o al menos de claridad) reduce la presión y el estrés financiero.
Sin embargo, aclara el Instituto, eso no significa gozar de una gran cantidad de dinero. Más bien, de considerar un presupuesto básico, conocer tus metas e inquietudes financieras y platicar abiertamente sobre dinero con amistades o familiares.
Finalmente, las claves del tercer paso se encaminan a definir el futuro con la pareja.
9. Definir cómo es una relación sana
No sólo es pensar lo que no se quiere en una relación, también en lo que sí se quiere más allá de las preferencias superficiales. Para ello hay que plantear preguntas clave: ¿Cómo es la vida diaria en una relación sana? ¿Cómo gestionaremos los desacuerdos? ¿Qué papel quieres que desempeñen tus amistades e intereses individuales? ¿Cómo imaginas crecer juntos con el tiempo?
10. Comprende cómo te gusta expresar y recibir amor
No se trata de encontrar a alguien con un estilo similar al tuyo, pero es importante saber qué tipo de gestos nos hacen sentir queridos o queridas. Y al empezar la relación, hay que comunicarlo con claridad para evitar malinterpretaciones.
11. Aprender a reconocer las señales de alerta
Éstas incluyen la crítica (atacar el carácter en lugar de abordar el comportamiento), el desprecio (superioridad, sarcasmo o insultos), la actitud defensiva (negarse a asumir responsabilidades y contraatacar) y la evasión (cerrarse o retirarse de la interacción).
12. Cultivar la vida fuera de la relación
Las relaciones sanas no reemplazan, enriquecen la vida individual. Así, el Instituto recomienda invertir tiempo en amistades, buscar intereses, mantener la conexión con la familia y participar en actividades que contribuyan a algo más grande.
“Iniciar una relación desde la plenitud, en lugar del vacío, crea espacio para el amor genuino en lugar de la necesidad”.
ASG