Hay quien piensa que la 4T no ha tenido aciertos. Y hay quien piensa que no ha tenido errores. Esta columna es parte de una serie de cuatro entregas que trata aciertos y errores de la 4T que no han tenido suficiente cobertura mediática.
En esta ocasión les contaré un acierto: la transformación del Infonavit.
El Infonavit se ha vuelto una institución más social e inclusiva, que se ha acercado a familias no tradicionales, trabajadores de salarios bajos y personas sin relación laboral. El camino todavía es largo y falta mucho por hacer para lograr el efectivo acceso a la vivienda en México, pero aun así me parece importante reconocer tres cambios positivos.
Primero, el Infonavit ha creado una nueva oferta de créditos que responden mejor a las necesidades actuales del mercado: créditos a personas que no cuentan con una relación laboral vigente, a policías sin afiliación directa y para comprar terrenos (en vez de viviendas prefabricadas).
Además, por primera vez en la historia de México las personas pueden acceder a créditos sin importar estado civil o género. Así se han dado 19 mil 428 créditos a parejas o amigos del mismo sexo en menos de dos años. El tema incluso llamó la atención del “Interactive Advertising Bureau” que premió al Infonavit por tener la mejor campaña de “diversidad e inclusión” del año pasado.
Segundo, se ha desarrollado una “cobranza social”. En vez de llevar a los deudores a juicio, dejándolos con la carga de la deuda y del litigio, la meta del Infonavit se ha vuelto facilitar que la gente encuentre forma de terminar de pagar su casa. Esto ha implicado otorgar reestructuras, prórrogas, convenios de mediación y descuentos por liquidación anticipada. Así, de 2019 a 2022 se han otorgado más soluciones de cartera que durante todo el sexenio pasado, beneficiando a 3.5 millones. Una parte importante del trabajo ha sido convertir deudas que estaban en múltiplos del salario mínimo a pesos. Se han hecho 341 mil conversiones reduciendo en 60 mil millones de pesos la deuda de las familias.
Tercero, es loable reconocer el esfuerzo por recuperar la vivienda abandonada. El Infonavit está empadronándola, entendiendo las causas del abandono, seleccionando las rescatables y realizando convenios con gobiernos locales o empresas para recuperarlas. Hay 683 mil viviendas abandonadas o deshabitadas que el Infonavit puede recuperar. De esas, 177 mil ya le han sido adjudicadas, pero sin escrituras. Solo 8 mil 500 viviendas están en proceso de venta, disponibles y asignadas para comercialización. El tema avanza lento por su dificultad, pero ya se está atendiendo.
El director general del Infonavit, Carlos Martínez, atribuye la transformación del Infonavit a dos características que son poco comunes dentro de la 4T: “tener clara la agenda de trabajo y generar consenso con todos los involucrados”. Es decir, a tener un plan anual detallado y ambicioso, e implementarlo mediante la negociación de soluciones que favorezcan a todas las partes.
Ojalá más espacios dentro de la 4T se dieran a la tarea de planear y dialogar con sus opositores. Los pocos éxitos que ha tenido esta administración son prueba de que consensuar es más importante que avasallar opositores o tener ocurrencias. El mandato de López Obrador no es ignorar a quien piensa distinto, sino mejorar la calidad de vida de las personas. Eso requiere dejar a un lado mezquindades políticas.
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