Tula de Allende, Hidalgo., es el corazón del Valle del Mezquital; tiene una crisis ambiental que a lo largo de varias décadas no se ha podido resolver pese a que es una zona industrial que genera muchos empleos, derrama económica así como desarrollo en lo que se conoce como la refinería Miguel Hidalgo de Pemex y la termoeléctrica de Francisco Pérez Ríos que son las más señaladas.
De la misma forma, han dejado problemas sociales y naturales como la contaminación del aire, el agua y las enfermedades. Tula aparece regularmente entre las zonas altamente contaminadas en el mundo y con la peor calidad del aire en México.
Para los habitantes no es raro ver una nube gris cubriendo la ciudad, aunado a que el río Tula y la presa Endhó han recibido por décadas los residuos de las descargas industriales, dejando malos olores, muerte de peces y generando lesiones en la piel.
Además, se han presentado casos de cáncer y enfermedades renales, así como padecimientos respiratorias, incluyendo mil hectáreas degradadas, pérdida de productividad en las cosechas, causando así la pérdida de empleos en el campo y aumento en la migración.
Todo esto ha generado la desconfianza con las autoridades municipales, estatales e incluso federales, pese a que se han sumado planes de restauración ecológicos y proyectos de saneamiento desde el ex presidente Vicente Fox, Felipe Calderón, Peña Nieto y López Obrador en lo que refiere a la refinería y la hidroeléctrica.
Ahora los ciudadanos han recibido la misma promesa del gobierno federal de manera más ambiciosa, al buscar socializarlo en el Parque ecológico y de economía circular en Tula, el cual va a impulsar y ampliar la justicia ambiental y social para Hidalgo.
Se espera que esta vez las autoridades cumplan su promesa al realizar el proyecto, aunque se augura éxito, muchos de los habitantes aún dudan respecto a que se vaya a llevar a cabo y se quede como los demás proyectos, condicionado políticamente y al final por una cosa u otra, no se realice.