Los desastres naturales de las inundaciones que ocurrieron en este tiempo son fenómenos de la naturaleza que han afectado gravemente la vida de los hidalguenses.
Hubo pérdidas humanas, desaparecidos y muchos otros resultaron heridos; además, la destrucción de viviendas, infraestructura, caminos, escuelas y servicios básicos, aunado a la crisis económica, pérdida de empleos, cosechas, abandono de hogares, dejando un gran impacto psicológico por la tristeza y la desesperación por toda la afectación que generan.
Estos fenómenos siempre llegan sin aviso, dejando huellas profundas que revelan el dolor y en medio de la catástrofe surge la solidaridad, el apoyo entre paisanos y la esperanza compartida de la recuperación, que tal vez no sea inmediata ni fácil, pero se construirá paso a paso y más aún, si la autoridad interviene y coordina el trabajo comunitario acompañado de la resiliencia de un pueblo como el de los hidalguenses que no les permitirá rendirse.
En los últimos años el estado de Hidalgo ha enfrentado diversos desastres naturales como lluvias, deslaves e inundaciones que han golpeado, especialmente a las comunidades rurales, indígenas y a las familias con menos recursos.
Cada temporada estos fenómenos dejan el mismo escenario triste, no sólo muestran la fuerza impredecible de la naturaleza, sino también las debilidades de la infraestructura y la falta de prevención de los municipios más afectados que siempre suelen ser los mismos. Sin embargo; el pueblo hidalguense ha demostrado su fortaleza, solidaridad y resiliencia social junto a las autoridades encabezadas por Julio Menchaca Salazar quien reaccionó de manera inmediata al atender a los municipios y comunidades afectadas al repartir despensas y ayudar a recuperar la infraestructura dañada.
Pese a que el gobierno de Julio Menchaca ha hecho lo que le corresponde, Hidalgo necesita una política ambiental y social a corto plazo, no sólo de asistencia después del desastre, sino anticipar los escenarios que puede atraer este tipo de fenómenos en donde terminan pagando los más pobres y olvidados.