Política

Spider-Man: en el multiverso de la pandemia

Si bien el Hombre Araña no encuentra el camino a casa, sí ha logrado rescatar a la taquilla de la caída mortal que ha representado la pandemia. Detrás de este éxito inesperado para muchos está un héroe que trascendió a la trama de ficción para convertirse en un símbolo de esperanza para millones de jóvenes en la vida real, en el contexto de un virus que también les alteró la vida.

Cierta crítica pedante de cine explica la altísima recaudación de esta película (más de mil millones 200 mil dólares al último día de 2021, convirtiéndose en la más exitosa del año) al acaparamiento de salas y a la mercadotecnia habitual. En realidad, se trata de una mirada superficial, que oculta un fenómeno social que podríamos considerar único e irrepetible en esta pandemia.

Un dato interesante es que hasta un mes antes de su estreno, no había una sola publicidad de la película ni en las salas ni en las calles ni los parabuses de prácticamente ninguna ciudad del mundo. El primer póster se dio a conocer en internet apenas en los primeros días de noviembre. El ritmo de presentación de los trailers también fue tardío, lo que era fácil de documentar viendo las recurrentes quejas de los fans que volvían el tema como trending topic en Twitter.

¿Por qué, de repente, si no tuvimos la publicidad asfixiante desde meses, si del tema rara vez se hablaba en los medios, si no formaba parte de nuestras conversaciones, de repente cientos de miles de jóvenes hicieron filas interminables para conseguir los boletos en la preventa, al grado de provocar peleas frente a las taquillas? ¿Por qué muchos acudieron al estreno disfrazados del superhéroe? ¿Qué ocurría invisible a nuestros ojos mientras nos abocábamos a otros temas?

Hay una explicación mercadológica: la estrategia de los productores (Sony y Marvel) iniciada desde octubre de 2020 para sembrar la idea (sin confirmarla nunca oficialmente) de que habría un “Spider-Verse” que traería de nueva cuenta a la pantalla grande a los actores de las sagas anteriores del “amigable vecino”, Tobey Maguire y Andrew Garfield. Esta expectativa desató la euforia en millones de fans en el mundo que durante más de un año dieron rienda suelta a toda clase de teorías en redes como TikTok e Instagram, cuya actividad no suele ser monitoreada por los grandes medios como las de Facebook o Twitter.

Pero esta euforia no se explicaría sin la personalidad del héroe y de las fibras que toca en una juventud que ha sufrido los estragos de la pandemia de una manera que los más adultos quizá no hemos acabado de comprender.

El protagonista, Peter Parker, es un joven que en los estándares actuales se encuentra en una adolescencia prolongada. Tiene todas las características propias de un joven que la vida no le sonríe ni en lo económico, donde sobrevive de empleos freelance y el apoyo de su tía. Tampoco encaja en la representación social ni parece ser respetado por su entorno.

Es un héroe para una generación de jóvenes a quienes la pandemia ha afectado particularmente en sus expectativas de empleo. Las plazas destinadas a ellos suelen considerarse “desechables” para no generar costos de liquidación. Sus salarios tampoco alcanzan para independizarse y generalmente se les tilda con sorna como “generación de cristal” ante cualquier queja que expresen.

Así que encontrarse con Parker en pantalla es como no sólo ver el multiverso, sino formar parte de él.

La pantalla como sucedáneo de la realidad o la prolongación de la imagen más allá de la pantalla, algo que para muchos es un concepto ya conocido en el arte. No obstante, nos encontramos más bien con la inserción del espectador en la pantalla, como participante, en el reflejo del protagonista. Una visión de su propia realidad en la que el héroe es esperanza de triunfo y, aunque suene extraño en esta época de cinismo, hacer el bien.

La duda es si permaneceremos como meros espectadores ante una película que refleja la desesperanza de quienes deberían ser la esperanza o decidimos revisar –cual Prometeo observando al hombre con frío– transformar esa realidad que azota a las generaciones jóvenes, donde puedan ellos encontrar su camino al éxito.

Sarai Aguilar Arriozola*

@saraiarriozola

*Doctora en Educación y Maestra en Artes. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL.

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Sarai Aguilar Arriozola
  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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