Política

Sanae Takaichi: un batacazo al patriarcado japonés

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Muchas veces los aliados salen de donde menos se espera y esto –paradójicamente– pareciera estar sucediendo con el feminismo en Japón.

Allá, Sanae Takaichi acaba de ser elegida primera ministra, primera mujer que lo consigue en la historia del país.

“Soñaba con tener mi propio castillo”, escribió Takaichi en unas memorias de 1992. Hoy consiguió lo inverosímil en un país que posee una de las brechas de género más altas a escala mundial.

Takaichi, de 64 años, posee una personalidad disruptiva, y no la llamarían precisamente una feminista los cadeneros de esa causa.

Como líder del conservador Partido Liberal Democrático, Takaichi ha hablado sobre los desafíos de ser mujer en la política japonesa. Aunque critica la dependencia de Japón respecto a Estados Unidos, busca cooperación con Donald Trump. Es baterista aficionada y admira tanto a bandas de rock como a la histórica primera ministra británica Margaret Thatcher, La Dama de Hierro, lo que refleja vistiendo seguido de azul.

No obstante, basta con echar una ojeada a su pasado para entender cuál es precisamente su origen y formación. Y es lo que realmente siembra el Estado patriarcal japonés.

Takaichi creció en circunstancias humildes en la prefectura de Nara. No proviene de las élites de ricos, ni siquiera de escuelas particulares. De acuerdo con un artículo publicado por The New York Times, la nueva gobernante asistió a la Universidad de Kobe, una escuela estatal situada a unos 80 kilómetros al noroeste de su ciudad natal, a pesar de que había sido admitida en instituciones privadas de élite en Tokio. Sus padres pensaban que no necesitaba una educación universitaria porque era una niña –según ha relatado en entrevistas– y querían ahorrar para ayudar a su hermano menor.

Japón es un estado que se ha mantenido de manera sistemáticamente patriarcal. En el Índice Global de Brecha de Género (GGGI) de 2025, ocupa el puesto 118 entre 148 países, lo que sigue siendo el más bajo entre los países del G7 y uno de los de peor desempeño a nivel mundial.

Como si esto no fuese suficiente, a principios de año, Japón anunció que cancelaría la financiación del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés) de la ONU. La decisión se produjo tras la recomendación de la Cedaw de que Japón revisara su ley de sucesión imperial, exclusivamente masculina, para garantizar la igualdad de género en la sucesión al trono.

Cabe señalar que la Ley de la Casa Imperial para permitir una emperatriz fue votada en contra por la actual ministra Sanae. En las notas de las agencias que dieron cuenta de su nombramiento se recordó que formó parte de la clase política que han bloqueado medidas para el avance de la mujer.

Queda claro que Takashi no es feminista ni nunca ha mostrado un interés por llamarse como tal. Sin embargo, es innegable que su historia de vida dice mucho más de ella que si navegara con esa bandera.

En las agendas sociales, los avances no siempre vienen de la mano de los activistas, sino de acciones que, sin proponérselo, irrumpen de manera inesperada en la escena. Y, al parecer, Takashi ha logrado dar un batacazo al patriarcado japonés.


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Sarai Aguilar Arriozola
  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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