Política

El estereotipo de belleza en la hora de Zoom

Porque femenina y socialmente bella, hasta en los espacios virtuales. Porque ni en esos espacios se puede escapar del monitor social que se ha interiorizado en la mujer hasta volverse una voz interior.

Durante el confinamiento se han vuelto virales algunas imágenes que bromean sobre la apariencia personal durante el home office. No obstante, para la mujer la presión de cumplir con el estereotipo de belleza no cede. Ni siquiera en los tiempos de Zoom.

Es cierto que para algunas mujeres la cuarentena ha significado un respiro respecto de la presión social sobre el uso de tacones altos, fajas o depilaciones diarias. Así lo menciona Ruth La Ferla en un artículo publicado en abril en The New York Times. Sin embargo, esto no ha sido así para muchas otras.

Disculpas “por mi peinado, por mis arrugas, por mi sobrepeso” o bromas que buscan generar condescendencia por no poder mantener el canon de belleza impuesto a las mujeres a través de la feminidad, se escucha con frecuencia en el arranque de las videoconferencias en las que es obligado encender la cámara.

También en este espacio virtual la mujer es confrontada a responder a exigencias y condicionamientos estéticos y de apariencia, aun cuando la pantalla solo refleje el rostro. Son las prácticas que obligan a llevar al plano tangible los cánones, gustos y costumbres sociales que permiten llamar bello a un cuerpo (Umberto Eco, Historia de la belleza, 2010).

Es en esa confrontación con la propia imagen, reflejada como la otredad en la pantalla, donde más de una ha caído en pánico en la cuarentena. Esto puede ser explicado desde la perspectiva de la doctora Silvia Tubert, psicoanalista, quien ha mencionado: “Puesto que no existe una feminidad esencial, la cultura construye modelos ideales –articulados con las relaciones sociales de desigualdad y poder entre los sexos– con los que las mujeres se identifican e incorporan a su Ideal del Yo. Estos modelos normativos suelen entrar en conflicto con los deseos, posibilidades y aspiraciones de cada sujeto, creando un malestar cuando no puede ser reconocido y expresado”.

Y es aquí donde se empiezan a popularizar los consejos y aplicaciones para mejorar y retocar la imagen en las videoconferencias. Porque femenina y socialmente bella, hasta en los espacios virtuales. Porque ni en esos espacios se puede escapar del monitor social que se ha interiorizado en la mujer hasta volverse una voz interior.

Para Susana Rioseras, investigadora, artista y activista social, de forma estereotipada se dice que en los hombres priman el ser y el hacer, y en las mujeres el parecer, la apariencia, lo cual ha alimentado esa obsesión por ajustarse al ideal. Así, en cada retoque, con cada disculpa, con cada broma, buscamos disculparnos por no cumplir con esa estética que más allá de ser un mero canon visual se convierte en algo moral.

Parece que nos apegamos con fuerza al poeta británico John Keats cuando enuncia que la belleza es verdad, la verdad es belleza. Y en esa búsqueda por ser verdad, nos transformamos en algo irreal, a veces irreconocible tras las máscaras de maquillaje y filtros embellecedores.

En resumen, no es malo querer lucir de determinada forma, como expresara Susan Sontag. “No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo”.

* Maestra en Artes y doctora en Educación. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL.

@saraiarriozola


Google news logo
Síguenos en
Sarai Aguilar Arriozola
  • Sarai Aguilar Arriozola
  • Doctora en Educación, máster en artes, especialidad en difusión cultural
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.