Un golpe de Estado “técnico” sería, así lo suponemos, la anulación de las elecciones por alguna causa que llevara, justamente, a desconocer los resultados. ¿Quién perpetraría tamaña enormidad? Pues el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el ente público encargado de validar los procesos electorales. Pero ¿por qué haría tal cosa o, mejor dicho, cuáles pudieren ser las causales para llegar a esos extremos?
De hecho, lo que estamos presenciando, más bien,es una elección de Estado, es decir, el aparato gubernamental, en manos del partido gobernante, se está movilizando masivamente para apoyar a la candidata del oficialismo.
De ahí, de estar aconteciendo tan descarada intervención, es de donde se deriva la paralela arremetida de los infractores en contra de los organismos encargados, por ley, de vigilar la equidad de la contienda y, llegado el momento, de sancionar las contravenciones: no quisieran, esos referidos transgresores, tener que rendirle cuentas a nadie, o sea, desearían moverse a su antojo y seguir violando alegremente las normas que, paradójicamente, fueron ellos mismos en exigir que se implementaran para que sujetos demasiado impetuosos como Vicente Fox y otros de su pelaje no se subieran al ring a tratar de inclinar la balanza.
Lo curioso, en estos momentos y estando las cosas como están, es que avisen de que algo así pudiere ocurrir siendo que los prosélitos de doña 4T son quienes tienen la sartén por el mango. ¿Estarán experimentando, por ahí, algún sentimiento de culpa y temen, sabiéndose pecadores, que el antedicho Tribunal pudiere, a la hora de la hora, llevarlos a la horca? O, acaso, ¿ya no se sienten enteramente seguros de arrasar el día de las votaciones, con todo y que las encuestas a modo que cacarean le otorgan a su señora aspirante 20 o hasta 30 puntos de ventaja, y son ellos, entonces, quienes van a impugnar los resultados y consumar su propio golpe de Estado, “técnico” o, de plano, flagrante?
Nos resulta muy inquietante, a los ciudadanos que respaldamos los valores de la democracia liberal, escuchar estas advertencias. México, nuestro país, ha logrado innegables avances al constituir instituciones que salvaguardan el orden democrático. Aquí no hay lugar para “golpes de Estado” de ningún tipo. Vamos a votar el 2 de junio, civilizada y ordenadamente. Eso es todo.