Política

¿Nuestras simpatías? Con la izquierda bolivariana…

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A la izquierda radical le mete mucho ruido el sistema de libre mercado porque el sector empresarial ejerce también el poder. Por ahí va el tema del visceral rechazo a los “capitalistas”: van por su cuenta (dentro de los límites establecidos por las leyes y las reglamentaciones, desde luego, porque un fabricante de coches está obligado a seguir las normas de seguridad y una empacadora de carne debe ajustarse a las regulaciones sanitarias), se manejan a su aire y determinan cómo invertir sus caudales, guiados por un espíritu emprendedor que tiene un componente indudablemente libertario. Justamente, el elemento que enoja a quienes quieren, sobre todo, controlar a los demás.

La vocación primera de los socialistas autoritarios es centralizar la absoluta totalidad de las decisiones, o sea, que nada se mueva en ningún lugar sin que ellos lo hayan previamente dispuesto y autorizado. No pueden, entonces, admitir que existan actores sociales independientes y con ideas propias. El calculado adoctrinamiento de toda una población, ¿no vendría siendo la más clamorosa prueba de que el dominio es lo que más les importa a los izquierdosos opresores?

Estas reflexiones parecieran no tener ya demasiado sentido luego del estrepitoso fracaso histórico del comunismo pero, miren ustedes, aquí a la vuelta, en nuestro subcontinente, la izquierda bolivariana tiene el propósito de restaurar el modelo colectivista en varias naciones latinoamericanas: ahí están Venezuela y Nicaragua, para mayores señas y, aquí mismo, el régimen de doña 4T simpatiza abiertamente con aspirantes a caudillos del pelaje de un Evo Morales o con sujetos tan nefarios como Alberto Fernández, el responsable del hundimiento económico de la Argentina, invitados de honor en la pasada jornada electoral.

Ha estado también, en primera fila durante los festejos para celebrar nuestra independencia, el dictador en funciones de la devastada Cuba, de manera que podríamos decir que el tema de estatizar los medios de producción, de socavar el orden democrático y de acaparar todo el poder no nos resulta, aquí y ahora, tan ajeno ni distante.

México no seguirá el camino de los venezolanos, nos dicen, pero la deriva autoritaria del actual régimen es, en sí misma, lo suficientemente alarmante como para que nos planteemos una muy perturbadora pregunta sobre el futuro de la democracia en este país, más allá de que sobreviva, mal que bien, el mercado. 


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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