Es el momento de repartir culpas, inclusive antes de que tenga lugar el partido, contra Ecuador (que no es una perita en dulce, sobre todo estando como está el Tri), que pudiere dejar a nuestro equipo nacional fuera de la Copa América.
Busquemos consuelo: Italia, el campeón del pasado Campeonato Europeo de la UEFA, cayó ayer ante una Suiza tan ordenada y sólida como eficiente. Y la Croacia de Modric no superó siquiera la ronda de grupos en la tal Euro.
Recurramos a pretextos: la mentada Copa de la Conmebol, en la que los equipos menos malos de Concacaf juegan de convidados, es una competición de un nivel bastante superior al de la región futbolística donde acostumbran moverse los mocetones de Norteamérica –siendo, encima, que Estados Unidos es el nuevo “gigante” de la comarca y que Canadá, como se dice coloquialmente, ya no canta nada mal las rancheras— y a los futbolistas mexicanos les falta entonces empuje por no estar acostumbrados a enfrentar selecciones mayores.
Ofrezcamos explicaciones: los jugadores del Tri carecen de talento o están demasiado mimados o sienten una excesiva presión o simplemente no pueden anotar goles a pesar de que funcionan, en algunos momentos (digamos, el primer tiempo del partido contra Venezuela), con bastante autoridad. Ah, y ahí está Jaime Lozano que, dicen los que saben (o, los que pretenden saber), no tendría que haber sido nombrado director técnico desde un principio.
Muy buen tipo, el referido Jimmy, y con una trayectoria que no se puede desestimar en lo absoluto. Pero, miren ustedes, si nos vamos a poner severos y despreciativos con el actual entrenador, ¿qué podríamos decir entonces del Tata Martino o de Diego Cocca o de Sven-Göran Eriksson o de Enrique Meza o del mismísimo Hugo Sánchez, por no hablar de que Javier Aguirre tampoco terminó su segundo período de la mejor manera?
Al parecer, las cualidades que se le pueden apreciar a un director técnico cuando lleva las riendas de algún club se disuelven fatalmente en cuanto llega al banquillo de doña Selección Nacional de Patabola. Al escribidor de estas líneas le gustaba mucho el Tri cuando jugaba bajo la batuta de La Volpe pero la historia, de todas formas, no acabó de la mejor manera.
Algo pasa, no cabe duda, con el supremo representante del balompié azteca. Podríamos aventurar la observación de que sigue siendo lo que siempre ha sido –o sea, un equipo no demasiado esplendoroso, de modestos tamaños, que jamás de los jamases fue un protagonista del fútbol mundial y cuyos mayores logros han tenido lugar, justamente, en las competiciones regionales, frente a la Jamaica de rigor y comparsas como Haití, Honduras y, en sus tiempos, Estados Unidos.
El tema, sin embargo, es que ahora están las cosas peor que nunca porque los futbolistas estadounimexicanos ya no le ganan a los estadouniamericanos y Canadá, el otro socio comercial (que diga, el tercer país del subcontinente llamado Norteamérica) ya ha subido también unos buenos escalones en la escala del balompié.
Es difícil abordar el tema sin caer en las descalificaciones de costumbre y en los señalamientos que repetimos una y otra vez. Al Jimmy lo van a echar del puesto, como suele ocurrir (a no ser que el Tri le pase por encima a Ecuador, hoy por la tarde, algo que no parece demasiado probable) y… todo seguirá igual. O, ¿ustedes piensan que vamos a ver un gran cambio luego de que se vaya?