El martes 21 de mayo de 2024 quedará en los anales de Torreón tras el anuncio de la creación del Centro Cultural del Norte, que con urgencia pronto entrará en funciones.
Comenté que es el proyecto cultural público más importante en los últimos cincuenta años.
Cierto que hace poco se abrió un centro cultural y deportivo en el espacio donde existió La Jabonera La Unión, con el propósito de rescatar a jóvenes y familias del crimen del sector poniente, al pie del Cerro de Las Noas.
Pero este proyecto tiene como atenuante el rescate del hermoso edificio que fue la PVC y lo anterior es trascendente si recordamos como Torreón, como otras ciudades coahuilenses han perdido patrimonio arquitectónico por afanes de la modernidad.
Recuerdo como en Saltillo, se destruyó uno de los más hermosos edificios del norte de México el Hotel y Banco de Coahuila, herida narcisista para los saltillenses de la cual nunca sanará, como ha sucedido con las hermosas viejas casonas del centro histórico que subrepticiamente han hecho estacionamientos, como sucedió en Torreón con el Teatro Princesa, que tuvo dos fachadas hermosas; mecanismo que han logrado detener por ejemplo, en Durango capital, donde se han convertido sus viejas casonas del centro en oficinas, notarías, despachos o comercios conservando la belleza de las construcciones y de su centro histórico.
Al llegar a Torreón vi cómo se destruyó o escondió un hermoso edificio parecido al Arocena, para instalar un centro comercial sin valor arquitectónico y quién no recuerda la preciosa casa llamada Alhambra, para hacer una vidriera sin chiste.
El hermoso Hotel Salvador se ha salvado, pero con un gran deterioro sin que nadie haga nada para detenerlo.
Me tocó ver en una ciudad de Andalucía, España una casa de 700 años todavía funcionando como restaurante, sin necesidad de modernizarla, es decir cuando se vence la tentación modernizar sin construir nada valioso a cambio, es un enorme acto de conservación patrimonial y eso debemos aprenderlo en Torreón, donde se ha destruido riqueza.
Por eso aplaudo al municipio el nuevo uso dado al Chalet de Juárez y Colón, porque es una forma de conservar patrimonio a costa de lo que sea, aunque no falten los destructores de las buenas acciones e intenciones, solo por criticar y estorbar bajo obscuros intereses.