Mientras Santa Anna avanzaba y con grandes limitaciones iba armando un ejército mayormente por leva.
En Texas un grupo de colonos, pero más filibusteros marchó a detener el avance del general Cos, quien se dirigía a Béjar para apoyar a Ugartechea.
Según documentó C. Valadés Wharton ofreció cinco mil pesos a quienes mataran o hicieran prisionero a Cos.
Austin se puso en movimiento mientras Cos ocupó San Antonio y construyó parapetos en la misión del Álamo.
Austin recibiendo nombramiento de comisionado por los rebeldes entregó el mando a Burleson, quien destacó a James Bowie para atacar a Cos poniéndolo a la fuga.
Los mexicanos ante la superioridad en armas de los rebeldes y la falta de víveres fueron perdiendo terreno.
Lenta y con muchas dificultades los soldados mexicanos marcharon de San Luis a Saltillo, se había adelantado la salida a raíz de las noticias tenidas por Santa Anna de que Cos había capitulado en Béjar y se dirigía a Laredo; los planes de Santa Anna de que Joaquín Ramírez y Sesma auxiliara a Cos se frustraron.
Ramírez había tenido que sortear grandes problemas; primero, no recibió el dinero ofrecido por el gobierno nacional para pagar las tropas; tampoco encontró en Saltillo tropas armadas que el ministro de guerra pensaba estarían en esta ciudad.
Así sin dinero ni apoyo de tropas salió de Saltillo el 4 de diciembre, recaudando dinero de manera forzada de las comunidades por donde transitaba, lo cual ocasiono quejas.
Mientras tanto Santa Ana llegó a Saltillo el 6 de enero de 1836, urgido de dinero, de víveres y ropa porque arreciaba el frío y al revisar sus tropas encontró que no traían abrigos, incluso ni zapatos.
Santa Anna ordeno a Ramírez regresar a Monclova e instruyó al general Urrea quien había llegado a Saltillo con un regimiento parte de un escuadrón para que se dirigiera a Matamoros, movimientos ilógicos de tropas que gastaban esfuerzos sin provecho.
Urrea aparte de su regimiento de caballería salió con dos piquetes de montados de Tampico los auxiliares de Guanajuato y ordenes que, trescientos mayas que estaban en Matamoros se incorporaran a sus tropas.
Matamoros estaba asediada por James Grant, ex vecino de Parras, exdiputado por Coahuila, aliado de los Viesca, defensor de la república y perseguido por Santa Anna, había cambiado ya de bando.
Seguirá.