En las entregas anteriores se dijo que al desaparecer Santa Anna la República y la Constitución de 1824, se hicieron evidentes los liderazgos y actos separatistas.
Así al realizar los colonos su segunda convención en abril de 1833 fue factible que Wharton presentara a la asamblea un acuerdo donde se exigía al gobierno mexicano la erección de Texas en estado; apoyaba la propuesta Sam Houston quien, aprovechando el viaje y prisión de Austin, vio la cancha libre para operar contra los pacifistas e inducir a los colonos a ir por la vía de una guerra.
Pero ¿estaba México en condiciones de enfrentar una guerra? Hasta ahora hemos revisado el plano político, pero una guerra requería conocer otros aspectos del gobierno como la situación económica de la nación.
La realidad era que la tesorería de la nación estaba agotada además el ejército era una masa informe de soldados; que no había manera de obtener crédito y una clase política que no caía en la cuenta de la situación que se vivía. Se había establecido el peso de cobre que fue rechazado abiertamente, al desaparecer el peso duro, el de plata.
Tuvieron que suspender su acuñación.
El ministro de hacienda al informar la situación de 1845 1836 dijo que solo existían en la oficina un millón y medio de pesos; que se debían entregar quinientos sesenta mil pesos a la redención de duda exterior, pero solo alcanzó para abonar mil trescientos nueve pesos.
Terminó diciendo *Todo lo de la nación está empeñado” porque los agiotistas eran los dueños de los ingresos aduanales.
De 1826 a 1836, la aduana de Veracruz pagó a los prestamistas seis millones de pesos; la de Mazatlán dos; un millón ochocientos mil la de San Blas; Guaymas pagó un millón cien mil pesos.
Y los ingresos eran muy reducidos, por ejemplo: Tamaulipas recaudó en 1835- 1836 cuarenta y dos mil quinientos pesos:
Querétaro treinta tres mil ciento veinte; Jalisco sesenta y nueve mil ochenta pesos.
Cuando Santa Anna frente a los acontecimientos texanos, abandonó su retiro y tomó la resolución de dirigir la campaña contra Texas, encontró que el presupuesto para gastos de guerra eran siete y medio, millones de pesos, pero prácticamente comprometidos en gastos para las fuerzas pasivas, las partidas para la oficialidad, la deuda del ejército y la corrupción, panorama muy desalentador.
Seguirá.