Quiero decirles que yo siempre he sido marzista, no por ortografía sino por fonética porque tanto su servidor como el PRI cumplimos años el mismo día, sí el 4 de marzo, aunque he de confesar que también en mi juventud fui marxista, porque leí el capital, estudié a Engels, discutí con priistas de avanzada las leyes de la dialéctica, seguimos a Gramsci y Willy Brandt, para promover su aplicación, he escrito, aunque no muy bien, bajo las reglas del materialismo histórico y mantengo posiciones críticas, instituyentes y quizá por eso no me he encumbrado en mi partido.
Ayer se cumplieron 94 años de que Plutarco Elías Calles, para dar rumbo a la política mexicana que estaba después de la revolución muy fragmentada, fundó el Partido Nacional Revolucionario.
En realidad se habían creado partidos alrededor de distinguidos revolucionarios con intereses particulares y con poca base popular, otros en torno a organizaciones como el Partido Católico, creado tras la caída de Díaz, el Partido Liberal Constitucionalista que postuló a Obregón, el Partido Nacional Cooperativista, el Partido Laborista, brazo electoral de la CROM; el Partido Nacional Agrarista; el Partido Comunista Mexicano y otros locales como el Partido Socialista de Yucatán de Felipe Carrillo Puerto, o el Partido Socialista Fronterizo de Tamaulipas fundado por Emilio Portes Gil.
Calles logró ir creando la idea de dejar atrás la personalización del poder y dar paso a la etapa de las instituciones.
Así en Querétaro el 4 de marzo de 1929 se concreta el programa del PNR fundándose como tal.
Se declaró el partido de todas las clases y grupos que se identificaran con las reivindicaciones de la Revolución incluyendo la no reelección.
El primer presidente del PNR fue el coahuilense Manuel Pérez Treviño, así que los coahuilenses fueron protagónicos. El PNR postuló a Pascual Ortiz Rubio.
Los conflictos siguieron, pero el PNR los contuvo internamente; Cárdenas para afianzar su poder reorganizó las fuerzas sociales, obreros, campesinos, clases medias, empresarios, militares y refundó el partido con el nombre de Partido de la Revolución Mexicana; a partir del 18 de enero de 1946 tomó el nombre de Partido Revolucionario Institucional.
El partido se derechizó a partir de Salinas, abandonó las causas populares, sufrimos así las consecuencias.