Política

Repensar el análisis de la corrupción

  • Opinión fundada
  • Repensar el análisis de la corrupción
  • Ricardo Corona

Tras dos décadas de haber cursado la secundaria, un grupo de amigos se reunió. Todos con diferente perfil laboral. Y como nunca puede faltar en una sobremesa mexicana, comenzaron a hablar de la situación del país, específicamente de la corrupción. Hubo quienes se aventuraron a decir que es el abuso de poder para beneficio económico; el beneficio de poderosos neoliberales para hacerse ricos; que es cuando las empresas evaden impuestos; o cuando das mordida. Varias opiniones con motivo de su significado; sin embargo, hubo una constante que llamó la atención, a saber, que, a pesar de la diversidad de perfiles profesionales e ideológicos, sus concepciones compartieron elementos como “abuso de poder”, “beneficio económico”, “grandes empresas” o “servidores públicos”, dejando fuera a jugadores que muchas veces ni siquiera están conscientes de su participación en el problema. Es decir, gente que ve a la corrupción como un tema del que tienen la culpa esas personas que se ven en las noticias y redes sociales como gobernantes, políticos o funcionarios presos en México y el extranjero.

Hubo quien mencionó la existencia de información que describe a México como el país más corrupto en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que concentra al menos al 80% de las inversiones mundiales. Se habló de indicadores nacionales e internacionales que explican la corrupción dentro y fuera de México. Aunque lo más interesante fue cuando una amiga dijo que el problema de la mayoría de los indicadores es que se trata de percepción. A lo que le reviraron inmediatamente que es percepción de expertos, empresarios y académicos. Ella se limitó a reiterar “sí, pero es percepción y esa no la puedes comprobar y peor aún, puede cambiar con un evento”.

Lo que comenzó como una reunión casual dio lugar a reflexiones dignas de invitar a repensar el análisis de la corrupción. En primer lugar, redimensionar un concepto que actualmente margina a muchas personas que carecen de incentivos para, al menos, detenerse a ver cuál es su papel en el problema o qué pueden hacer. No verla a partir de un actor específico, sino categorizarla como la alteración de cualquier deber ser, sin importar si se trata del ámbito público, privado, individual o colectivo, incluso si se realiza de manera aislada o reiterada, ni el monto. Eso sería un buen punto de partida para diseñar una hoja de ruta para su análisis. En segundo lugar, buscar mejorar las fuentes de información que describan el fenómeno. Ir más allá de una percepción que por años ha dicho lo mismo, sin dar cuenta de la incongruencia entre lo que la narrativa por intentar contenerla dice y lo que la realidad que vive la ciudadanía muestra.

ricardo.corona@koalsulting.com


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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